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El Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero Gén 12:1-9

El Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero Gén 12:1-9. “La obra de la iglesia se arraiga en la compasión de Dios, en el carácter histórico de la revelación bíblica, en la dimensión misionera del sufrimiento del testimonio y es como obra de Dios mismo en el mundo” David J. Bosch.

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El Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero Gén 12:1-9

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Presentation Transcript


  1. El Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero Gén 12:1-9

  2. “La obra de la iglesia se arraiga en la compasión de Dios, en el carácter histórico de la revelación bíblica, en la dimensión misionera del sufrimiento del testimonio y es como obra de Dios mismo en el mundo” David J. Bosch

  3. Introducción Robert E. Speer afirmó: “Los argumentos supremos para la misión no se encuentran en ninguna palabra específica. Están en el mismo ser y carácter de Dios donde la base para la empresa misionera se encuentra. No podemos pensar en Dios excepto teniendo una idea misionera. A pesar de que las palabras podrían revelarnos un deber misionero eterno, el fundamento está en el ser y en el pensamiento de Dios, en el carácter del cristianismo, en el objetivo y propósito de la iglesia cristiana y en la naturaleza de la humanidad, su unidad y su necesidad.”

  4. Es refrescante leer este fundamento teocéntrico en medio de las corrientes modernas que explican la misión. Corrientes antropo-, cosmo- y eclesiocéntricas. La misión es teocéntrica y allí encuentra su fuente, dinámica y propósito más allá de tiempo y espacio en eternidad.

  5. El Dios que en el AT se identifica a sí mismo como el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob, que revela a Moisés su nombre propio, Yahvé, es el Dios de todo el mundo. La experiencia de unos patriarcas y después de la nación de Israel con este Dios extiende el horizonte a incluir el mundo entero. La visión del Dios del AT nunca fue tener un pueblo privilegiado –que además era de los pueblos antiguos el más insignificante—, que viviera en la exclusividad y gozara egoístamente de los beneficios de Dios.

  6. ¡No! El deseo de Dios era que ese pueblo, ese minúsculo pueblecito, fuera como la levadura en la masa, es decir, que ese pueblo fuera catalizador y testimonio en medio de muchos pueblos. El deseo de Dios es que la humanidad sea su pueblo.

  7. Para llevar a cabo esta tarea, el Señor realiza tres acciones con su pueblo, mismas tres acciones que quiere realizar con nosotros hoy. Veamos estos tres pasos y consideremos el actuar del Dios del Antiguo Testamento.

  8. “El Dios del Antiguo Testamento:” I. Nos exhorta a caminar en comunión con él, Gén 17:1 “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”

  9. En la Biblia destaca la figura de Enoc. Desde Adán, Enoc fue el séptimo hombre de su generación y primero en mencionarse específicamente que “caminó con Dios” (Gn 5:24). En Amós 3:3, el profeta hace una sencilla, pero penetrante pregunta: ¿caminarán dos junto si no estuvieran de acuerdo? Para caminar con Dios, entonces, hay que estar de acuerdo con él. ¿Qué implica estar de acuerdo con Dios?

  10. Implica: Reconciliación. Necesitamos estar en buenas relaciones, en armonía y en comunión de intereses con Dios. Correspondencia de naturaleza. La luz no tiene relación con las tinieblas. Un pecador no puede caminar con Dios, pues no tiene nada en común con él. Comunión espiritual. La palabra “caminar” implica progreso y permanencia. Enoc no caminó un mes con Dios, sino sus 365 años.

  11. “El Dios del Antiguo Testamento:” II. Nos escoge para ser bendición del mundo, Gén 12:1-3 “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré, y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

  12. “El Dios del Antiguo Testamento:” III. Nos envía para proclamar redención al mundo, Sal 96:2-3 “Cantad a Jehová, bendecid su nombre; Anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria, (anunciad) en todos los pueblos sus maravillas”.

  13. Conclusión Después que la Biblia termina su registro del juicio de Dios sobre las naciones, geográficamente descrito en el pasaje de la Torre de Babel, en Génesis 12 cambia al llamamiento divino a Abraham para dejar Ur de los caldeos. Algunos dirán que “El Dios de toda la tierra” enfoca con mucho interés su vista a la historia privada de una familia y de una tribu, pero nada podría ser mas apartado de la verdad. En las palabras de Groot, “Israel es la palabra inicial en la proclamación salvadora de Dios , no el Amén.”

  14. De aquí en adelante, Israel, “el pueblo de Abraham” es separado de las otras naciones, pero solamente para que a través de Israel, Dios pueda preparar el camino hacia el cumplimiento de sus objetivos mundiales. En la elección de Israel como una fracción de toda la humanidad, Dios nunca apartó sus ojos de las otras naciones; Israel fue una minoría llamada para servir a la mayoría.

  15. Dios escoge un pueblo para que a través de él la humanidad entienda los propósitos divinos; éstos sencillamente son comunión, bendición, redención. Dios quiere guardar una íntima comunión con el hombre; lo hizo con personajes antiguos como Enoc, Noé, Abraham, Jacob, Moisés, Josué y muchas otras luminarias del AT.

  16. Dios quiere traer bendición al hombre. El deseo de nuestro Dios es bendecir al hombre. En mitología antiguas prevalece el enojo, y en algunas veces hasta el coraje y la envidia, de los dioses hacia el hombre. Pero el Dios de la Biblia es un Dios cuyo deseo y propósito es bendecir al hombre que ha creado. Dios quiere otorgar redención al hombre. Por causa del pecado, el hombre se extravió y se fue tras sus propios deseos; por eso, Dios quiere otorgar redención y vida eterna.

  17. Yo te exhorto a que consideremos el actuar de Dios, que veamos sus propósitos de comunión, bendición y redención y no cometamos el error del pueblo de Israel, sino que seamos testigos de Dios en mundo que lo necesita. Que comprendamos que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero y que nosotros somos sus testigos.

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