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El español de México.

El español de México. En nuestra comunicación cotidiana utilizamos numerosas palabras que provienen de las lenguas indígenas y que se incorporaron al español desde el siglo XVI, como chocolate, cacao, coyote, hule y tomate.

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Presentation Transcript


  1. El español de México.

  2. En nuestra comunicación cotidiana utilizamos numerosas palabras que provienen de las lenguas indígenas y que se incorporaron al español desde el siglo XVI, como chocolate, cacao, coyote, hule y tomate.

  3. Estos vocablos se conocen como indigenismos y pasaron a formar parte de nuestra lengua porque no tenían equivalente en las voces que utilizaban los españoles,

  4. pues se referían a elementos propios de la realidad mexicana como comidas, utensilios, plantas, animales y prendas de vestir, entre otros.

  5. Ejemplos de estas palabras son: pozole, tamal, metate, huipil, zapote, epazote y cempasúchil.

  6. Hoy en día, aunque algunos indigenismos sí tienen equivalente en español, en el habla cotidiana usamos el vocablo indígena o la palabra española, según el contexto,

  7. o la situación comunicativa en la que nos encontremos, tal es el caso de voces como cuate y amigo, tecolote y búho, tianguis y mercado, guajolote y pavo.

  8. Además del vocabulario, las lenguas indígenas aportaron otros elementos al español de nuestro país, como la incorporación de los sonidos “tl” provenientes del náhuatl,

  9. que empleamos en palabras como Tlalpan, Tláhuac, y la pronunciación “sh” que atribuimos a la letra “x” en vocablos como Xola, Xipe y xólotl.

  10. También proviene de las lenguas indígenas la terminación –eco, que utilizamos en palabras como yucateco, chiapaneco y chinanteco, entre otras.

  11. El uso de palabras indígenas provenientes del náhuatl, el maya, el otomí y el tarasco, entre otros, es una característica del español que se habla en nuestro país.

  12. Sin embargo, existen otras diferencias entre el español de México y el de otros lugares de Hispanoamérica,

  13. tales como la forma de pronunciación, el significado de las palabras y el orden de los elementos de la oración.

  14. En cuanto a la pronunciación, en el español que se habla en México se dan fenómenos como el seseo, esto es:

  15. empleamos un mismo sonido /s/ para las grafías “s”, “c” y “z”, de modo que cuando decimos “tasa” y “taza”, el oyente percibe lo mismo, aunque se trate de palabras diferentes.

  16. En cambio, otros hispanohablantes utilizan dos sonidos distintos para esas grafías: pronuncian “tasa” como nosotros con un sonido silbante; pero en “taza” producen un sonido dental, como los españoles.

  17. Un fenómeno semejante es el yeísmo, que consiste en dar el mismo sonido /y/ a las grafías “y” (ye) y “ll” (elle). También, al hablar en México no hacemos una distinción entre la “b” (be) y la “v” (uvé),

  18. mientras que en otros países y ciertas regiones de España, pronuncian la “b” con los labios y para la “v” emplean un sonido labiodental.

  19. En algunos países de América del Sur es frecuente el voseo, que consiste en utilizar el pronombre “vos” en vez de “tu”, como ocurre en el habla de los argentinos: “¿Y vos cuándo llegás?” “Tenés ganas de un mate?”.

  20. En el español que se habla en nuestro país es frecuente escuchar expresiones como “órale” y “pásale”, así como una gran cantidad de palabras en diminutivo como “un momentito”, “tantito”, “ahorita”.

  21. Respecto al significado de las palabras, en México tendemos a utilizar “re” en vez de “muy” para expresar una cualidad o una acción llevada al máximo grado:

  22. “Está retefácil”, “Llegaste retarde”. También decimos “pena” y no “vergüenza”, “pasto” en vez de “césped”, “recibirse” por “graduarse” y “panteón” en vez de “cementerio”.

  23. Como pudiste apreciar, el español que se habla en nuestro país presenta diversas variantes, las cuales pueden ser:

  24. Léxicas o de vocabulario: • Términos provenientes de distintas lenguas indígenas. • Persistencia de arcaísmos del español del siglo XVI, como “truje”, “priesa”, “mesmo”, entre otros.

  25. b) Morfosintácticas: • El uso del pronombre personal ustedes en vez de vosotros, correspondiente a la segunda persona del plural.

  26. b) Morfosintácticas: • El voseo, que consiste en el empleo de vos en lugar de tú. El vos se utiliza con la arcaica segunda persona del plural: vos sos (por sois), vos podés (por podéis), vos llorás (por lloráis).

  27. b) Morfosintácticas: • El uso y abuso de diminutivos.

  28. b) Morfosintácticas: El pronombre le enlazado a verbos en modo imperativo sin que implique sustitución del objeto indirecto: camínale, sígale, apúrale.

  29. c) Fonológicas: • La tendencia a suavizar la j, acercándola un poco a la inglesa.

  30. c) Fonológicas: • El seseo, que consiste en pronunciar de igual forma la s, z y c (seguida esta última de e, i), mientras que en España se marca la diferencia.

  31. c) Fonológicas: • El yeísmo, por el cual no se distingue, por ejemplo, olla de hoya.

  32. c) Fonológicas: • La fuga de vocales, principalmente en el habla de la meseta central y del occidente (en Veracruz y las Antillas, por el contrario, se percibe la fuga de consonantes, sobre todo al final de las palabras).

  33. c) Fonológicas: • La tendencia a pronunciar con diptongo ciertas voces que no lo tienen: pior (peor), peliar (pelear), ai (ahí), máistro (maestro).

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