La forma más fácil de mantener una alimentación sana

1. LLevar una dieta equilibrada con abundantes frutas, verduras y cereales integrales tiene muchas ventajas para la salud. Asegúrate de comer suficiente de esta clase de alimentos y evitar otros que son más perjudiciales y menos saludables. Si tenéis perro, sácalo a pasear cada día e intenta aumentar el trayecto para que sea más prolongado y sumes más pasos. Toma por lo menos 5 porciones al día de frutas y verduras de temporada. Un buen hábito puede ser atestar la mitad del plato con vegetales tanto en el almuerzo como en la cena. A primera hora de la mañana, toma un vaso de agua tibia con 1 cucharada de jugo de limón y 1 cucharada pequeña de miel. La vitamina C del limón, la energía de la miel y la hidratación que obtenemos del agua se convierten en una combinación saludable y rejuvenecedora. Consume tu última comida del día por lo menos tres horas antes de irte a la cama. Puedes preparar de forma anticipada bocadillos saludables y tenerlos en el congelador para poder añadirlos fácilmente durante la semana a la comida para llevar de niños y adultos. Si quieres que tus hijos coman alimentos saludables, tienes que darles ejemplo. Esto implica que no puede haber secretos ocultos, refrescos en la nevera o distintas reglas alimenticias todo sobre la alimentacion para los adultos. Toda la familia precisa comer bien. En ocasiones no apreciamos inmediatamente las evidencias de los cambios que seguimos hacia una vida más saludable. Esto puede resultar desalentador. El truco está en tener en mente resultados en términos más extensos. Al tiempo, puedes hacer pequeños cambios en lugar de grandes cambios para alimentar la motivación y evitar la frustración. ¿Eres un enorme fan de los horneados? Intenta utilizar salsa de manzana o bien otros purés de frutas en vez de mantequilla para tus recetas. ¿Los macarrones con queso son tu debilidad? Añade a la salsa una tonelada de

2. vegetales verdes o bien coliflor cocida en puré. Puedes seguir tomando tus platos favoritos siempre que hagas ciertos cambios para hacerlos más saludables. No te sobrepases con la sal. Prueba las comidas antes de añadirles sal de manera automática. Cuando cocines, échale sal al plato una vez terminado en lugar de mientras se cocina el alimento. Es recomendable tener algún tipo de carne y vegetales en el congelador, así como arroz, pasta y tomate triturado envasado en la despensa. También es muy útil tener por lo menos tres o cuatro recetas que sabes que puedes hacer en menos de treinta minutos con ciertos ingredientes básicos. Intenta sentarte a comer a la mesa y no comas andando o delante de la televisión. Cuanto menos atención prestes a tu comida, menos registra tu cerebro cuánto come, haciéndole pensar que ha comido menos. Procura adquirir diferentes géneros de frutas y verduras. Te recomendamos ir probando nuevos vegetales para poder ver si te agradan y incorporarlos a tus comidas.