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Presentado por: Antonio García Moreno Dirigido por: Gualberto Buela -Casal

Consecuencias psicosociales de la crisis económica en los desempleados y personas sin hogar de Andalucía. Presentado por: Antonio García Moreno Dirigido por: Gualberto Buela -Casal. INTRODUCCIÓN.

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Presentado por: Antonio García Moreno Dirigido por: Gualberto Buela -Casal

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  1. Consecuenciaspsicosociales de la crisis económica en los desempleados y personas sin hogar de Andalucía Presentado por: Antonio García Moreno Dirigido por: Gualberto Buela-Casal

  2. INTRODUCCIÓN • La problemática de estos colectivos se acentúa por la duración e intensidad de la actual crisis económica iniciada en el 2007, ha provocado una severa subida en las tasas de desempleo (INE, 2013). • Actualmente, las tasas de desempleo siguen aumentando en el primer trimestre de este año . Andalucía es la comunidad autónoma que sufre un mayor aumento de parados, 144.100 parados más durante el último año. Los datos ofrecidos por este estudio muestran que en España, el número de parados crece en 237.400 y alcanza la cifra de 6.202.700 durante el primer trimestre del 2013. Siendo más de 500.000 personas las que no reciben ningún tipo de ingreso, ni del trabajo, ni de prestaciones por desempleo o de la Seguridad Social (INE, 2013). • Las personas sin hogar manifiestan que la falta de trabajo haya sido el factor más determinante en sus procesos hacía la exclusión social extrema (el 45%) (INE, 2012).

  3. INTRODUCCIÓN • El desempleado vive la situación en un estado permanente de ansiedad con sentimientos de inferioridad, mala suerte, debilidad, temor. La angustia ocasionada deriva en síndromes psicosomáticos asociados muy diversos: trastornos del sueño, repentinos cambios de humor, etc. Si la situación se perpetúa y la desesperanza se incrementa, acaba derivando en trastornos depresivos (Franco-Vicario, 2012). • En Australia estudios recientes, han concretado que encontrarse en desempleo aumenta la probabilidad de padecer depresión (Leach, Butterworth, Strazdins, Rodgers, Broom y Olesenet, 2010). • El desempleo aparece como uno de los factores de riesgo de suicidio en un amplio estudio a nivel mundial (Borges et al., 2010).

  4. INTRODUCCIÓN • El otro colectivo a evaluar son las “personas sin hogar” que en estudios anteriores se han definido como aquellas que viven en las calles de las ciudades, y temporalmente en albergues, a causa de una ruptura encadenada, brusca y traumática de los lazos familiares, sociales y laborales (Cabrera, Malgesini y López, 2003). • Estos grupos se asocian a una baja calidad de vida y altas tasas de enfermedad física y psíquica (Folsom, et al., 2005). Resulta evidente que el deterioro mental que padecen es fruto de su estancia en la calle (Cabrera, 2000; Pascual, et al., 2008; Vázquez, Vázquez y Muñoz, 2003). • Hwang (2001) afirma que la prevalencia de enfermedades mentales entre las personas sin hogar es difícil de determinar con precisión. Estudios actuales aseguran que el “sinhogarismo” no responde mayoritariamente como se afirmaba en las dos últimas décadas del siglo XX a problemas de enfermedad mental (Muñoz, 2009).

  5. INTRODUCCIÓN • El objetivo de la investigación es conocer y comparar las consecuencias psicosociales de los desempleados y las personas sin hogar en Andalucía a causa de la crisis económica actual. • La hipótesis de trabajo de esta investigación sería que el grupo de personas sin hogar presentará generalmente mayores problemas respecto a los desempleados en todos los aspectos psicológicos, ya que se encuentran en una situación de exclusión social extrema.

  6. En el estudio participaron 239 personas procedentes de las diferentes provincias de Andalucía para obtener una muestra generalizada de la población de esta comunidad. Para la selección de la muestra referida a desempleados se seleccionaron 120 sujetos con una media de edad de 36.58 años (DT = 9.92). La muestra se recogió en las oficinas del SAE (Servicio Andaluz de Empleo) y del INEM (Instituto Nacional de Empleo) de cada una de las provincias de Andalucía. Los criterios de inclusión para este grupo eran: a) encontrarse en situación de desempleo más de dos meses y b) encontrarse en el rango de edad de 18 a 65 años. Y los criterios de exclusión serían: a) pertenecer a población extranjera y b) presentar un deterioro cognitivo importante. MÉTODO: Participantes

  7. Mientras que para la muestra referida a personas sin hogar se seleccionaron 119 sujetos con una media de edad de 45 años (DT=11.51). La muestra se seleccionó de centros de acogida, albergues o comedores sociales para personas sin hogar, de cada una de las provincias de Andalucía. Los criterios de inclusión para este grupo son: a) encontrarse sin hogar y b) encontrarse en el rango de edad de 18 a 65 años, y los criterios de exclusión de este grupo serían a) pertenecer a población extranjera y b) padecer un deterioro cognitivo importante que dificulte la respuesta a los cuestionarios. MÉTODO: Participantes

  8. Para el estudio se utilizó el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg (Pittsburg Sleep Quality Index, PSQI) (Buysse, Reynolds, Monk, Berman y Kupfer, 1989). Empleamos la versión española de Royuela y Macías (1997). Consta de 18 items, aparte de la puntuación global, este instrumento proporciona puntuaciones parciales en siete dimensiones del sueño: Calidad subjetiva, Latencia, Duración, Eficiencia, Alteraciones, Uso de medicación hipnótica y Disfunción diurna. Para este estudio se obtiene con el alfa de Cronbach una consistencia interna de 0.71 por lo que se encuentra entre los 0.67 –obtenida en una muestra de estudiantes- y 0.81 –en una muestra clínica- obtenidos por Royuela y Macias (1997). MÉTODO: Instrumentos

  9. Así mismo, se utilizó el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (Manual fot the State-Trait Anxiety Inventory, STAI) (Spielberg, Gorsuch y Lushene, 1970). Se utilizó la versión española validada por Buela-Casal, Guillén-Riquelme y Seisdedos (2011). El cuestionario está dividido en dos escalas de 20 items cada una y miden: Ansiedad rasgo y Ansiedad estado. Los índices hallados de consistencia interna con el alfa de Conbrach en esta muestra son bastante buenos (entre 0.90 y 0.92). MÉTODO: Instrumentos

  10. Otro cuestionario utilizado, es el Inventario de Depresión Estado- Rasgo (State/Trait Depression Questionnaire, ST/DEP) (Spielberger y Ritterband, 1996). Se empleó la versión española validada por Buela-Casal y Agudelo (2008). El cuestionario consta de 20 items y evalúa las siguientes dimensiones: Eutimia estado, Distimia estado, Eutimia rasgo y Distimia rasgo. Los índices de consistencia interna obtenidos con el alfa de Conbrach en esta muestra oscilan (entre 0.85 y 0.92). MÉTODO: Instrumentos

  11. El Cuestionario de Evaluación de Sintomas-45(Symptom Assessment-45 Questionnarie, SA-45) (Davison, Bershadsky, Beiber, Silversmith, Maruish y Kane, 1997). Se empleó la versión española validada por Sandín, Valiente, Chorot, Santed y Lostao (2008). El cuestionario consta de 45 items y evalúa las dimensiones: Hostilidad, Somatización, Depresión, Obsesión-compulsión, Ansiedad, Sensibilidad interpersonal, Ansiedad fóbica, Ideación paranoide y Psicoticismo. Los índices de consistencia interna en este estudio oscilan según el alfa de Cronbach (entre 0.62 y 0.83). MÉTODO: Instrumentos

  12. Y finalmente, se utilizó el Cuestionario de Creencias Actitudinales sobre el Pensamiento Suicida (CCCS-18) (Ruiz, Navarro-Ruiz, Torrente y Rodríguez, 2005). El cuestionario consta de 18 items y evalúa los siguientes factores: Legitimación del suicidio, Suicidio en enfermos terminales, Dimensión moral del suicidio y el Propio suicidio. Se obtuvo una consistencia interna para la muestra de este estudio mediante el alfa de Conbrach de 0.81, siendo de 0.87 para el estudio realizado por Ruiz, Navarro-Ruiz, Torrente y Rodríguez (2005). MÉTODO: Instrumentos

  13. El primer paso era contactar por teléfono, con los diferentes centros con los que se tenía intención de recoger la muestra. Se solicitó el permiso para el acceso al centro, se presentaron solicitudes formales por escrito si así lo estimaban los directores de albergues, centros de acogidas o comedores sociales para personas sin hogar. En este estudio ex post facto (Montero y León, 2007), todos los participantes independientemente del colectivo al que pertenecen completaron en el siguiente orden los cuestionarios PSQI, STAI, IDER, SA-45 y CCCS-18. El evaluador fue siempre el mismo y las pruebas se contestaron de manera individual. Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS en su versión 15.0. Se realizaron análisis descriptivos y de medias a través del estadístico de t. MÉTODO: Procedimientos

  14. RESULTADOS

  15. RESULTADOS

  16. RESULTADOS

  17. RESULTADOS

  18. RESULTADOS

  19. Los resultados encontrados en el estudio ponen de manifiesto, en primer lugar, el hecho de que tanto los desempleados como las personas sin hogar presentan una mala calidad de sueño, coincidiendo con el estudio de Pedersen, Gronbaek y Curtis (2012). Así, se aprecia que no existen diferencias significativas entre ambos grupos en la puntuación global de calidad de sueño, encontrándose diferencias significativas sólo en una de sus siete dimensiones relacionadas con el sueño que recoge Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg. DISCUSIÓN

  20. Por otro lado, teniéndose en cuenta otros estudios que han asociado estar sin hogar con el desarrollo de diferentes psicopatologías (Salavera, Tricas y Lucha, 2013). Se han comparado ambas muestras en diversos rasgos psicopatológicos, demostrando de forma consistente que las personas sin hogar presentan mayores puntuaciones en todas las dimensiones e índices del SA-45que los desempleados. Si se tienen en cuenta los baremos españoles del SA-45, la muestra de personas sin hogar se sitúa en torno al percentil 90 en todas las dimensiones psicopatológicas, incluyendo el Índice de Síntomas Total. Lo cual pone claramente de manifiesto el elevado deterioro en salud mental presentado por las personas sin hogar. DISCUSIÓN

  21. En los resultados obtenidos por el STAI, se observa que la Ansiedad Estado se encuentra significativamente más elevada en la muestra de desempleados que en la sin hogar. Esta muestra indica la importancia que adquiere la pérdida de trabajo en los niveles de ansiedad, como se mostró también en el estudio de Sarault (2010). En este caso, si se tiene en cuenta los baremos españoles se situarían sobre el percentil 80, lo que indica un nivel notable de ansiedad en este grupo que puede estar asociado a su situación. DISCUSIÓN

  22. En el caso del IDER, no se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos. Presentándose la puntuación más elevada en torno al percentil 80 en la dimensión de Eutimia Estado. En el que en ambas muestras se presentan aspectos depresivos tales como ausencia de entusiasmo, bajo estado de ánimo y no sentirse bien en general. DISCUSIÓN

  23. Finalmente en el CCCS-18, se observa que en la mayoría de sus dimensiones las personas sin hogar obtienen una puntuación mayor que los desempleados excepto en la dimensión referida al Suicidio en enfermos terminales. En esta muestra, se observan factores asociados con niveles particularmente altos de las personas sin hogar hacia el suicidio como aparece en el estudio (Dunne, Duggan y O’ Mahony, 2012). DISCUSIÓN

  24. En este estudio aparecen datos interesantes, tales como, que los desempleados presentan mayores problemas de ansiedad que los sin hogar, datos muy similares de trastornos del sueño y de depresión. Y que los mayores problemas de trastornos de personalidad y comportamientos suicidas aparecen en las personas que han perdido su hogar. Las limitaciones observadas tras la realización del estudio, en primer lugar son motivadas por la heterogeneidad que suelen presentar las personas sin hogar, siendo un desencadenante de sesgo a la hora de medir los aspectos psicológicos y de extrapolar estos resultados al resto de la población, ateniéndose solamente a si se encuentra o no sin hogar. Otra limitación encontrada para realizar la investigación, ha sido la ausencia de estudios previos que se asemejaran para contrastar los resultados obtenidos y tener referencias para conocer cómo se llevaron a cabo. DISCUSIÓN

  25. Como conclusión principal, podríamos considerar que los problemas psicológicos no se presentan mayoritariamente en el grupo de personas sin hogar como se pensó en un principio sino, que difieren dependiendo del trastorno evaluado. Tras los resultados obtenidos las directrices a seguir para futuras investigaciones relacionadas, podría ser la inclusión de un grupo control formado por personas con empleo, para contrastar los datos con esta población. Además de incluir un instrumento cualitativo, en el que se recojan las características sociales de los sujetos, para tratar de conocer las causas que desatan o favorecen su situación psicológica. DISCUSIÓN

  26. Borges, G., Nock, M.K., Abad, J. M., Hwang, I., Sampson, N.A., Alonso, J. et al. (2010). Twelve month prevalence attempts in the World Health Organization World mental health surveys. The journal of clinical psychiatry, 71, 1617-1628. Buela-Casal, G. y Agudelo, D. (2008). Adaptación española del IDER. Inventario de depresión Estado-Rasgo. Madrid: TEA. Buela-Casal, G., Guillén-Riquelme, A. y Seisdedos, N. (2011). Adaptación española del STAI. Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo. Madrid: TEA. Buysse, D.J., Reynolds, C.F., Monk, T.H., Berman, S.R. y Kupfer, D.J. (1989) The Pittsburg Sleep Quality Index: A new instrument for psychiatric practice and research. Psychiatry Research, 28, 193-212 Cabrera, P. (2000). La acción social con personas sin hogar en España. Madrid, España: Caritas Española. Cabrera, P., Malgesini, G., y Lopez, J.A. (2003). Un techo y un futuro: buenas prácticas de intervención con personas sin hogar. Barcelona: Icaria Davison, M. K., Bershadsky, B., Beiber, J., Silversmith, D., Maruish, M.E. y Kane, R.L. (1997). Development of a brief, multidimensional, self-report instrument for treatment outcomes assessment in psychiatric settings: Preliminary findings. Assessment, 4, 259-276. Dunne, E., Duggan, M. y O’Mahony, J. (2012). Mental health services for homeless: patient profile and factors associated with suicide and homicide. Iris Medical Journal, 105, 71-2,74. Folsom, D., Hawthorne, W., Lindamer, L., Gilmer, T., Bailey, A., Golshan, S., et al. (2005). Prevalence and risk factors for homelessness and utilization of mental health services among 10.340 patients with serious mental illness in a large public mental health system. American Journal of Psychiatry, 162, 370 - 376. REFERENCIAS

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