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PEREGRINACION URBANA CON MARIO HIRIART

MikeCarlo
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PEREGRINACION URBANA CON MARIO HIRIART

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    1. PEREGRINACION URBANA CON MARIO HIRIART (1ª Edición) Guía Sentido Textos Motivaciones

    3. Queremos tener aquí un momento de meditación y oración inspirados por la oración del enfermo, de Mario “Madrecita, tú fuiste la primera enfermera en la historia de la humanidad, la primera visitadora social. En tu hermosa visita a santa Isabel hiciste un acto de caridad para con ella... Tenías pleno derecho a exigir que todo el mundo te sirviera. Pero te adelantaste a dar a los demás tu caridad y servicialidad. Es la primera consecuencia práctica, para ser cáliz vivo. Quiero vivir como tú, según tu modelo. Miro concretamente a mi vida de familia: en las pequeñas tensiones de la vida en común, cuando fácilmente quiero hacer predominar mis pequeños egoísmos sobre los legítimos intereses de los demás, esa actitud de servicialidad amorosa y desinteresada es la que debe primar sobre toda otra. Y cuando estoy enfermo, físicamente, o también espiritualmente, lo que acontece con tanta frecuencia, ¿no es lo más cuerdo llamarte, para que, a la cabecera de mi cama, cuides de mi dolencia? No sólo como Madre, sino también como enfermera solícita sabrás cuidar de mí en esas ocasiones, así... en tu regazo descanso y duermo. Amén.” Texto biográfico Por su parte, los compañeros de ingeniería en la Universidad Católica muchas veces debieron acudir a los apuntes de Mario Hiriart y siempre encontraron su ayuda para pasar algún ramo en el que peligraban. Mario dirigió sus esfuerzos, al mismo tiempo, a ganar almas para la Santísima Virgen entre sus amigos ingenieros y a intentar predicar con el ejemplo. Uno de ellos, en una oportunidad le escribió a Mario: "Gracias también por el insuperable ejemplo que me has dado profesionalmente, desde el banco vecino al tuyo podía observar diariamente tu seriedad, dedicación, honradez e impecable actuar, durante nuestros años en la universidad.” Mario se caracterizaba por su orden, y capacidad de síntesis; los alumnos escuchaban tranquilamente al profesor, confiados en que Mario escribiría en su cuaderno lo importante. Como ayudante era conocido por su rectitud y justicia, también por su dedicación y preocupación personal por cada alumno. Esto mismo fue reconocido por uno de los profesores que trabajó con él, para quien fue evidente el fondo apostólico que movía a Mario. Uno de los alumnos de Geometría Analítica años más tarde recordó del que fuera su ayudante: "él se preocupó de mantener una objetividad absoluta en su cargo como ayudante, cuando se trataba de cumplir una tarea profesional universidad, él me trataba con absoluto respeto, deferencia y objetividad. Afuera podíamos ser amigos, siempre mantuvo esa posición que por lo demás me hizo respetarlo y estimarlo mucho más que si hubiera transigido en principios "[1] [1] Entrevista N° 15 a Pablo Domeyko, sin fecha, año 1967. Meditación Mario buscó aquí apasionadamente aquí su vocación, por un lado del sentido humano y divino del ser ingeniero y luego de su servicio como profesor a los alumnos. Queremos meditar aquí la Oración del estudiante. “ Madrecita, ahora renuevo mi alianza contigo, alianza de fecundidad de los dones del Espíritu Santo, cada vez que prepare mis exámenes o tenga que darlos. ¡Cuántas dificultades surgen aún en el horizonte! El camino se hace mucho más llano si se llega a comprender y vivir intensamente contigo. Tú has cuidado siempre maternalmente de mí, por eso, ansío espíritu de victoriosidad y reciedumbre para dominar situaciones difíciles ... y en todo: humildad y confianza.

    4. Un pensamiento me acompañará en todo momento: ‘ el Padre está en el timón’. Suceda lo que suceda, la victoria es de Él. Si hago simplemente un buen examen puede tratarse de un acto éticamente valioso. Pero si lo hago bien porque sé que es lo que Dios quiere de mí, entonces este día se convierte en una silenciosa y efectiva oración. Por eso, al comenzar se lo ofrezco, pidiendo que sea para su mayor gloria, y al terminar nuevamente se lo ofrezco, sea un éxito o un fracaso, porque unido a él soy su instrumento predilecto. Así, me transforma a mí mismo, de simple vaso en cáliz precioso.” Amén Mario Hiriart era un hombre sin dobleces y su estilo de vida era coherente con su forma de pensar. Era considerado atento, afable, caballeroso, servicial, muy sobrio y sencillo. Su influencia en el medio profesional sin ser de gran notoriedad, lo hizo ser considerado como alguien excepcional en ese ambiente. [1] Entrevista a Enrique Vial C., gerente de CORFO en Nueva York al tiempo de la entrevista. 12 de abril de 1967. [2] Entrevista N° 39 a Sergio Canales A., ingeniero de CORFO, 28 de abril de 1967. Meditación En este lugar Mario une fe y vida. Fue un excelente profesional muy reconocido entre los suyos y animó una allí comunidad cristiana de oración y reflexión que se juntaban con regularidad a la hora de almuerzo. Meditemos la oración del trabajo de Mario. Recemos en común esa oración y encomendemos nuestro trabajo y el de muchos trabajadores a Mario, para que siempre puedan unir fe y vida. La participación en la actividad creadora de Dios es un regalo de su amor: nos permite participar de su propia felicidad. Estando en sus manos, somos creadores de historia. Señor, quiero actuar en tu nombre. Lo haré como un cáliz vivo que ofrece sus sacrificios del día y la alabanza para que los hagas valiosos. En la agitación del día de trabajo, andaré en tu presencia. Viviendo a imitación de Cristo, para anhelar el cielo y construir la vida terrena, e irradiarlo a todos. Con la dinámica de los santos... en que el día de trabajo se convierte en oración y unión contigo. Haré una labor más efectiva, seré más activo, con iniciativas, no malgastaré el tiempo de trabajo, caminaré en alegre servicio para ti. Con delicadeza de oído a las llamadas del Espíritu Santo, afrontaré el día con esperanza, unido al sacrificio redentor de Cristo. Y san José será mi modelo en el trabajo. Amén.

    5. Cuarta Estación: Barrio Plaza Brasil (Metro Cumming) En este lugar son significativos la casa donde vivió cuando niño (Agustinas # 2231), hoy es un Hotel de tercera; su Colegio, el Instituto Alonso De Ercilla (Sto Domingo 2145), que se puede visitar sólo en visitas guiadas; y las Iglesias De los Capuchinos” (Catedral 2345); “Preciosa Sangre (Compañía 2226)” y “Las Sacramentinas” (Santo Domingo esquina Brasil) donde asistía a misa, especialmente como alumno de Colegio. En esta última hizo su Primera Comunión. Después de recorrer el barrio los invitamos a un momento de adoración en las Sacramentinas. Textos: A) Sobre su casa: Agustinas 2231: “Al contraer matrimonio, los padres de Mario no contaban con casa propia, por lo que debieron vivir unos meses en casa de una prima de Amalia. Muy pronto se trasladaron a casa de la abuela materna, doña Amalia Alfonso Muñoz y allí vivió los primeros catorce años de su vida. Más tarde descubrió en su niñez gracias extraordinarias derivadas del hecho de haber vivido con sus padres en la casa de su abuela materna.” Dirigiéndose a la Virgen María, reconoció esto como un signo de su especial protección y conducción: "fue también una protección tuya muy especial que mis padres no tuvieran dinero para poner casa propia, y debieran vivir tantos años… con mi abuelita Amalia; providencial también que me colocaran en el Ercilla[1], por deseo de mi abuelita (...) ¿no fue verdaderamente una protección providencial tuya mi contacto de tantos años con mi abuelita y mi tía Sara? ¡Cuántas cosas aprendí de ambas (...)! Fueron dos verdaderas santas, Madrecita, y espero que ahora estarán en el cielo muy cerca de ti, y que continuarán protegiéndome desde allá, como lo hicieron durante tantos años acá en la tierra."[2] Mario asociaba el recuerdo de su hogar con la experiencia de Dios Padre y con lo que él llamó la "visión filial de la vida": “Nosotros como niños pequeños cuidados por la mirada bondadosa de Dios Padre, ¡es una cosa maravillosa!, y además ¡es tan cierta, tan real! Me trae recuerdos nostálgicos y alegres de mi infancia, de nuestra casa en la calle Agustinas, donde vivíamos con nuestra abuelita y todos mis tíos y tías, y se respiraba un profundo ambiente familiar matriarcal" [1] Se refiere a su colegio Alonso de Ercilla [2] Mario Hiriart P., Diario; 16 de septiembre de 1957, págs. 51 y 52 B) Sobre el Colegio: En 1937, ingresó al Instituto Alonso de Ercilla de los Hermanos Maristas, donde cursó desde la básica hasta la media. Al comenzar la preparatoria, Mario ya sabía leer, escribir y conocía los primeros números. Era de estatura mediana, algo gordito y de tez morena. Mario tenía un certificado médico que lo eximía de las clases de educación física y de las actividades deportivas, lo que no le impedía organizar y tomar parte activa en las competencias de fútbol del colegio, asumiendo el papel de árbitro. Además, tenía gran afición a los clubes y partidos de fútbol. Fue siempre respetado por sus compañeros. A ello contribuyó probablemente su actitud frente a la propia salud. Según recordó un compañero de aquella época, Mario hablaba poco de sí mismo. Javier Zaldívar dijo: “Nunca lo vi quejarse, nunca… ni tampoco me contó su operación”. Mario tendría para entonces unos 12 años. No obstante su debilidad física, nunca faltaba a clases, lo que le permitió obtener siempre el primer premio en la asistencia y puntualidad. Sus tareas y trabajos se caracterizaban por la exactitud, el orden y la limpieza. Dotado de un gran espíritu de servicio estaba siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara. Las actividades religiosas del colegio favorecieron el desarrollo y la maduración del mundo espiritual de Mario: allí hizo su Primera Comunión, participó en los ejercicios espirituales que se impartían, y se desempeñó como tesorero de los aspirantes de la Acción Católica del establecimiento. Por otra parte el culto a la Santísima Virgen había sido especialmente importante durante la época del colegio. Meditación: Cuando el niño Mario estuvo varias veces en la Iglesia de las Sacramentinas. Aquí hizo su Primera Comunión. Te invitamos a un momento de adoración inspirado por estas palabras de Mario.

    6. “Porque tú viniste a mí, a llenarme con tu presencia, yo estoy participando de tu vida.” “Al venir todos los días hacia mí, santificas mi día y todo lo que puedo hacer. Así, ‘No vivo yo, sino Cristo quien vive en mí’. La capacidad del cáliz para contener a Cristo crece en el silencio de la meditación y la oración, en el contacto íntimo y personal con él, que no es sino un abrirse más y más para recibirle...” “Tú me enseñaste durante la adoración al Santísimo: ‘tú en mí y yo en ti, y ambos unidos en el corazón del Padre”. Por su presencia eucarística en mí como en un cáliz y por las visitas a su tabernáculo, vivo en unión con él.” Meditar la oración de visita al Santuario de Mario sobre su significado “Cuando tú me haces una visita, a través de cualquier persona o suceso de mi vida diaria, o cuando, en la pequeña capilla, me atraes hacia el altar y depositas en mi corazón a tu Hijo que llevas en las entrañas, Madrecita.... enséñame a llevar a Jesús en mi corazón, como tú lo llevaste, y saltar de alegría por eso. Hazme sentir que empiezo a ser un cáliz vivo igual como tú lo eres. Y a comprender que no hay alegría más grande que la de recibir tu visita con el Niño.” Amén

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