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15 Poemas para María

15 Poemas para María. Virgen santa, porque eres de Dios amada y de santidad estás colmada, ruega por nosotros, pecadores. Porque del Dios tres veces Santo que a los humildes eleva eres su humilde sierva y a la gloria te ha ensalzado, ruega por nosotros, pecadores.

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15 Poemas para María

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Presentation Transcript


  1. 15 Poemas para María

  2. Virgen santa, porque eres de Dios amada y de santidad estás colmada, ruega por nosotros, pecadores. Porque del Dios tres veces Santo que a los humildes eleva eres su humilde sierva y a la gloria te ha ensalzado, ruega por nosotros, pecadores. Porque del Verbo eres Madre cuando en ti se hizo Carne y te embarcó para siempre en el carril de la historia, ruega por nosotros, pecadores. Porque eres puerto seguro para arribar hasta el cielo en Cristo Resucitado, ruega por nosotros, pecadores. 1

  3. Sugerente, y lenta, sube la oración de la tarde, en la aldea, como el incienso al Señor de cielo y tierra, antes de que el sueño con las sombras de la noche se entremezcle. El suave correr del agua en la fuente se oye, como un salmo de alabanza al Dios que estremece el alma de una virgen nazarena. Huele el fuego a leña verde que chisporrotea y arde iluminando de luz intermitente el humilde hogar de Galilea. De pronto, de luz nueva la estancia se ilumina, y un arcángel del Señor saluda: “¡Alégrate, llena de Gracia, que de Dios eres amada”! 2 Ante la sorpresa grande de la humilde doncella el ángel Gabriel añade: “¡No tengas miedo, María, que has sido de Dios elegida para ser del Verbo la Madre, oh celestial princesa!”. Al comprender María lo que Dios de ella requiere, con fe y humildad responde: “¡Soy del Señor la esclava, cúmplase en mí su palabra!”. Y según cae la tarde suavemente en Galilea, el Dios que cielo y tierra ha creado el misterio de la humanidad asume, y en el seno intacto de María Hombre para siempre se ha encarnado.

  4. María por la alborada, como flor entre las flores, va deprisa a la montaña para atender a Isabel. Aunque camina sencilla no puede disimular que su caminar es de Reina. Alboreando ya el día entra en Ain Karen y al saludar a Isabel florece nueva alegría. Por el Sí dado al Arcángel, al abrazar a su prima saltó Juan de alegría en el seno de Isabel. 3

  5. 4 ¿Dónde vais, José y María, dónde vais, de madrugada? Vamos con prisa a Belén que va a nacer Emmanuel. ¿Dónde vais pastores, dónde, dónde vais, de madrugada? Vamos con prisa a Belén que ya nació Emmanuel. ¿Dónde vais cristianos, dónde, dónde vais, de madrugada? Vamos a saber del Niño y a darle nuestro cariño.

  6. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. Sabiendo próximo el día sabiendo que se acercaba el nacimiento del Niño los dos la casa arreglaban. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. De paja será la cuna de tela fina la ropa que quiero que duerma el Niño cual si estuviera entre rosas. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. Contenta estaba María, igual estaba José. La mula y el buey pensaban: yo mi calor le daré. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. Y cuando el día llegó los dos en Belén andaban metidos en papeleos que ninguno sospechaba. 5 Ya no cantaba María, ya no cantaba José. Llamando de puerta en puerta tan sólo un cuarto buscaban, no hay posada, les decían, ya ni uno ni otro cantaban. Ya no cantaba María, ya no cantaba José. Y estando la noche en calma de pronto el cielo se abrió y alumbrado por luceros el Hijo de Dios nació. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. Ay, ay, cantaron los ángeles a dúo con los pastores. Gloria a Dios en las alturas que es ésta noche de amores. Ay, ay, cantaba María, ay, ay, cantaba José. Ay, ay, cantaron los ángeles aquella noche en Belén.

  7. 6 La Virgen va a buscar agua hasta la fuente del pueblo, lleva al hombro el cantarillo y a Jesús niño en su seno. Quién fuera el sol y alumbrar hasta la fuente el sendero por donde va el cantarillo con el Niño Nazareno. Me llenaría de luz junto al agua del venero y al Niño yo le diría: déjame ser tu sendero.

  8. 7 Regocíjate, María, de Dios mujer escogida, el Señor está contigo, glorificada en el Hijo. De Jesús eres la Madre la Mujer más venerada pues antes de que nacieras fuiste llena de Gracia. Colmada de bendición, de Dios humilde esclava, a la hora de Pasión al pie de la cruz estabas. Por eso el pueblo te canta, Virgen gloriosa María, y tus virtudes ensalza rebosante de alegría. Por ser la llena de Gracia, mujer tan buena y sencilla, te abrimos con gozo el alma bendita Virgen María. Ruega, Madre, por nosotros que con cariño de hijos imploramos tu socorro y condúcenos a Cristo.

  9. 8 Tiene tu nombre, María, el color azul de un poema, hermosa Mujer Nazarena. Cinco letras, con sabor a Mujer Hebrea desvelan tu nombre, María Cinco recuerdos prendidos lo mismo que los luceros del firmamento azul de tu cielo donde noche a noche desgrano del rosal de mis recuerdos pétalos de avemarías que guardo desde cuando y apenas era un niño. Hoy al pronunciar tu nombre, Madre, ahora que ya soy grande es como arribar a puerto cruzando el mar de la vida y al llegar, encontrar escrito en el corazón del tiempo tu nombre intacto, María. Cuando trémulos mis labios tu dulce nombre pronuncian siento que tus bellos ojos con amor maternal me miran, hoy lo mismo que antaño. Esos tus ojos, María, que tanta paz infunden y mi vida toda iluminan. Por eso, y por tantas cosas, tus cinco letras son como cinco rosas, con sabor a néctar y poema en el fervor de mis besos.

  10. Te pintaron de azul mis ojos y el paisaje se hizo blanco tan blanco como la nieve. Te pintaron de rojo mis ojos y surgió un corazón de madre arrullándome en su seno. Te pintaron de verde mis ojos y en tus brazos maternales me llevaste hasta los cielos. Te pintaron de Madre mis sueños y los ángeles, a dúo, entonaron el Ave María con los santos. 9

  11. Porque eres Madre, y tan buena, a tu altar una flor he traído; no sé si es una rosa, una petunia, o si es un clavel. Sólo sé que tiene forma de un corazón sencillo, eso sí lo sé, por tratarse, Madre, de mi corazón de hijo. A cambio, te pido, Madre, que me des el cariño de tu maternal amor. 10 Sé que si planto mi rosa, petunia, o clavel, en el jardín de tu regazo, pronto florecerá un vergel donde rezarte podré cada día mi oración con el aroma fragante de mi cariño y mi amor.

  12. Luz de Madre es tu mirada bellos tus ojos, María, cuánta ternura derraman en el alma de tus hijos que con cariño te aclaman. Unos te cuentan sus penas otros te expresan deseos, pero quién más y quién menos cosas íntimas te cuentan que solamente a una madre muy en secreto se dicen. Todos se marchan contentos tras depositar un beso en tu milagrosa imagen y desgranar con cariño la letanía de un rezo. 11

  13. ¿Cuál es tu nombre, Mujer? Debes llamarte María que está tu nombre grabado en el fervor de mis días. Callaste la sinfonía de tu música por dentro mientras José se inquietaba por no saber del misterio. Y entre sueño y sobresaltos al fin comprendió el por qué cuando el ángel le aclaraba que es del Espíritu Santo el hijo que va a nacer para alegrar su vejez y bendecir su piedad. Y de este modo campanas de boda alegres sonaron cuando María y José en Nazaret se casaron. 12 Un tiempo nuevo nacía a la esperanza del mundo mientras María acunaba a su Niño rubicundo, y ángeles y querubines volaban por las majadas glorias y loas cantando al Dios nacido entre pajas. Rebaño perro y pastor van deprisa hasta la cueva donde una Virgen y Madre les presenta la gran nueva: que Cristo nació en Belén y sol estrellas y luna adoran al Emmanuel que está dormido en la cuna.

  14. Cinco letras, como cinco rosas forman tu nombre, Mujer. Madre para amar Abogada para confiar Reina para proclamar Inmaculada para a Dios glorificar Alegría para todos celebrar. Cinco letras, como cinco rosas forman tu nombre, Mujer. Matinal rosa del amanecer Alborada y flor de Nazaret Rocío del mes de abril Iris de luz para ver Aroma de amor sin fin. Cinco letras, como cinco rosas forman tu nombre, Mujer. 13

  15. Quiso Dios reconstruir del humilde barro quebradizo al Hombre en el mal caído, y empezar de nuevo su historia y llevarlo al Paraíso. Lanzó su Verbo de fuego al global Mundo universo y alumbraron con luz nueva luceros astros y estrellas. Oyó el Universo el eco de su Voz todopoderosa y la gente estalló en jubileo. Sobre el lamento ancestral del Hombre pobre y mortal, el Amor eterno del Padre llenó de Esperanza el orbe cuando una Niña nacía, por sobrenombre María, en Gracia de Dios concebida. 14 Cuando al llegar la noche me ponga a contemplar los luceros, y dar gracias a Dios, con el aroma limpio de un beso y palabras tomadas de María, rezaré: “Salta de gozo mi espíritu porque Dios ha mirado la humildad de su esclava”.

  16. 15 Al cielo se fue la Virgen al cielo Nuestra Señora a recibir la corona por ser Reina soberana. Cantos de triunfo resuenan en los cielos y en la tierra cuando la fiel nazarena es transportada a la Gloria. Ángeles y querubines cantos y aleluya entonan, cuando el Padre la corona y los santos la bendicen. Al cielo se fue la Virgen un día quince de agosto desde este valle de abrojos donde quedamos sus hijos. En el cielo y en la tierra gran alegría hay Señora, pues tú eres la intercesora de los fieles que te aclaman, te bendicen y te honran, y con entusiasmo aguardan que pase el tiempo que falta y estar todos en la Gloria.

  17. F I N Juan Manuel del Río

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