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China. Tecnología y mercados. Mapamundi elaborado por el cartógrafo jesuita Mateo Ricci en 1602 para el emperador de China Wanli. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China y Japón.

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  1. China. Tecnología y mercados Mapamundi elaborado por el cartógrafo jesuita Mateo Ricci en 1602 para el emperador de China Wanli.

  2. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China y Japón China ha sido la principal potencia tecnológica y (aunque en menor medida) científica del mundo desde el siglo III hasta el XVI. Las invenciones y descubrimientos chinos se produjeron en prácticamente todos los campos del saber. En algunos, como las matemáticas, otras civilizaciones pueden presentar logros superiores. Pero, en conjunto, ninguna fue tan brillante hasta la Edad moderna. John Needham ha elaborado estos dos cuadros que recogen el lapso temporal entre la invención o el descubrimiento de algo en China y su reinvención, descubrimiento o (como él dice) adopción, en Occidente. La principal conclusión es que nos movemos en plazos centenarios. Aunque algunas de las invenciones chinas de los cuadros son discutibles (el arado de hierro), y en otras se ha exagerado el retardo, la distancia entre China y Occidente sigue siendo enorme.

  3. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Uno de los muchos logros de la ciencia china fue la cartografía. Y aunque en este campo la medición del retardo es imposible, también es evidente que China llevaba un considerable adelanto al Islam y Europa. Aquí aparece un mapa de autor anónimo y datado en 1137. A su lado, otro actual de la misma región. Es obvio que el mapa antiguo es muy bueno, y mucho más preciso que los que, por entonces, se hacían en el resto del mundo.

  4. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China No obstante, el desarrollo tecnológico chino suscita algunas preguntas. Ante, todo, ¿por qué todas estas invenciones sólo se adoptaron en Occidente al cabo de varios siglos? Más aún: ¿por qué muchas de ellas tuvieron que “reinventarse” en Occidente? La razón estriba en que una parte no pequeña no se difundieron fuera de China o, incluso, en la propia China. Quizás el caso más conocido sea la imprenta de tipos móviles. Gutenberg creó la suya en 1450 a partir de artefactos desarrollados por otros artesanos europeos. No deja de ser meritorio, pero también ilógico. Lo lógico hubiera sido que la invención china, unos cuatro siglos anterior, se trasladase a Europa por mediación de, digamos, los árabes. Máxime teniendo en cuenta que las imprentas chinas no fueron un mero proyecto, sino una realidad, aunque de limitada extensión. Grabado aparecido en la obra "NungShu" de 1313, de LiuRuo-Chun

  5. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Durante las dinastías Tang y Songse alcanzó un notable progreso científico y tecnológico. Pero la capacidad de innovación fue disminuyendo con los Yuan y los Ming, y se paralizó con los Qing. Como el conocimiento es acumulativo (y no hubo un “cataclismo cultural”), el nivel tecnológico de China no cayó; pero la distancia con Europa fue reduciéndose, sobre todo a partir del siglo XV. Lo sucedido con la pólvora es un buen ejemplo. Habiéndose inventado durante la dinastía Tang, se la encontró infinidad de usos lúdicos y, por supuesto, militares: morteros, bombas, cohetes, lanzallamas y muchos otros artefactos cuya denominación ni siquiera encuentra traducción. Sin embargo, hubo dos cosas que nunca se hicieron: cañones realmente eficientes y armas ligeras de tipo fusil(arcabuz, trabuco, mosquete, etc.). De hecho, tanto en un caso como en otro China acabó copiándolas o comprándolas a Europa. Todo sugiere que la evolución en este tipo de armas, como de muchas otras tecnologías, se detuvo hacia el siglo XIV o XV.

  6. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Dos soldados del Imperio Qing en la segunda mitad del siglo XIX. El de la derecha es un mosquetero, con los cartuchos de su rudimentaria arma rodeándole la cintura. El otro es un arquero manchú. En la época en la que se hicieron estas fotos los yanquis disparaban a los indios con fusiles del tipo Winchester 73 (“el arma que conquistó el Oeste”), y los prusianos a los franceses con cañones Krupp que se cargaban por la culata. No resulta sorprendente que este ejército fuera derrotado de modo aplastante por el británico en las décadas de 1840 y 1850 (guerras del opio). La falta de cambios también explica que, posteriormente, fuera derrotado por el japonés.

  7. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Los grandes viajes del almirante Zeng He a finales del siglo XIII y comienzos del XIV son otro ejemplo de deficiente progreso tecnológico. Por el tamaño de los barcos y su número son realizaciones impresionantes. Sobre lo primero véase la imagen. Sobre lo segundo, un dato: ninguna armada europea anterior al siglo XVII (o, quizás, XIX) reunió tantos hombres. Sin embargo, desde un punto de vista náutico no hicieron nada diferente de lo que venían haciendo los marinos musulmanes desde el siglo IX; es decir, unir China con Arabia por rutas que casi siempre eran de cabotaje. Desde una perspectiva económica, los viajes de Zeng He fueron menos relevantes que aquellos. Sobre la importancia del tráfico naval árabe en China, mucho menos espectacular y conocido, baste decir que en Cantón se estableció una colonia en la que, al parecer, vivían más de 100.000 extranjeros.

  8. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Lo que nos lleva a otra cuestión más importante: ¿para qué sirvieron esas expediciones? Cualquiera que fuera su propósito (¿diplomático? ¿militar?) sólo lograron satisfacer la curiosidad o vanidad del emperador Yongle y su corte. Cuando éste murió en 1424 también lo hicieron las expediciones (hubo una última en 1430-33). La ilustración recoge algunos de los resultados obtenidos: mapas detallados de los lugares visitados y animales exóticos traídos a China desde la lejana África. Aún más llamativo es que a partir de entonces (o un poco más tarde) se abandonara a su suerte el Mar de China, que pronto de convirtió en el campo de operaciones de piratas japoneses y de otros países. El gobierno imperial prefirió despoblar la costa a mantener una presencia humana y militar. Es decir, prefirió el aislamiento a la exploración (o, quizás, al reconocimiento de su impotencia en el control de los mares). Así pues, los grandes viajes de HengZe pudieron haber sido el primer paso de una importante expansión comercial y, por ende, tecnológica. Pero terminaron siendo poco más que una curiosidad histórica.

  9. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China En definitiva, el brillante desarrollo científico y tecnológico chino mostró tasas decrecientes de progreso. Hacia el siglo XVII la capacidad inventiva de China se restringía a unas pocas actividades; significativamente, aquellas en las que la implicación del Estado era menos necesaria, como la industria textil y la agricultura.

  10. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China La cuestión es por qué. Evidentemente, se trata de un proceso que responde a causas internas. Aunque existía un comercio exterior, China estuvo bastante aislada del resto del mundo hasta el siglo XIX (a excepción, obviamente, de las invasiones de pueblos nómadas, que no aportaron prácticamente nada desde una perspectiva cultural). Dado que no hubo problemas de superpoblación hasta el siglo XVIII (o, más bien, XIX o XX), las explicaciones deben buscarse en otros ámbitos. Pero en el campo estrictamente económico las cosas tampoco están claras. En esencia, China era una economía de libre mercado poco intervenida, que operaba de modo eficiente para los parámetros de la época. El gráfico recoge una medida de esa eficiencia: la integración del mercado de los mercados de cereales en el siglo XVIII (cuanto más baja es la dispersión mayor es la integración). En definitiva, los mercados chinos superan a todos sus competidores, incluidos los japoneses y europeos.

  11. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China En la base de esa eficiencia (pero también de las guerras campesinas) se encontraba el hecho de que la inmensa mayor parte de la tierra no pertenecía ni al Emperador ni a la nobleza (por otro lado, muy pequeña) sino a simples súbditos que, en la mayor parte de los casos, eran pequeños campesinos. La tabla hace una comparación entre el tamaño de las explotaciones y la propiedad en ciertas regiones de Francia y China en el siglo XIX. Las regiones de Orleans y Nantes son ejemplos de propiedad minifundista. Pero China no ofrece una imagen diferente. Así, en 1882 el 75% de los campesinos chinos eran propietarios de tierra. En el segundo cuarto del siglo XIX el 85% de todas las granjas eran pequeñas propiedades. No parece que, en este aspecto, China fuera muy distinta de la Francia que surgió de la Revolución y la abolición de los derechos feudales.

  12. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Otro aspecto en el que China no tenía mayores problemas era la disponibilidad de recursos naturales. Los mapas recogen dos de ellos: reservas de carbón y recursos hidráulicos. Es notable no sólo su cuantía, sino también su distribución relativamente uniforme.

  13. La gran divergencia: la no-Europa antes de 1800. China Una vía de explicación quizás más prometedora es la que ofrece el siguiente gráfico sobre los niveles de bienestar en Asia y Europa. Estos se miden con relación a los salarios y los precios. Es decir, es una medición de los salarios reales. En realidad, no hay diferencias significativas entre la India (Bengala), Japón (Kyoto/Tokio) y China (Sanghai, Beijing y Beijing). Tampoco las hay con Italia (Milán). La diferencia verdaderamente notable es la que se encuentra con Gran Bretaña (Londres) que es donde surge la Revolución industrial. Y esa es la cuestión. Una de la conclusiones de este gráfico es que había muchos más incentivos para el cambio tecnológico en Gran Bretaña que en China, pues el trabajo era más caro. Y la industrialización es, ante todo, un proceso de sustitución del trabajo por el capital.

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