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Primeros teatros en argentina

Primeros teatros en argentina.

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Primeros teatros en argentina

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Presentation Transcript


  1. Primeros teatros en argentina

  2. En la época del Virreynato, la jerarquización social impuso una creciente actividad cultural y un mayor refinamiento de la etite porteña. Los salones y sus tertulias acrecentaron su elegancia y la música en las Iglesias llegó a ser un ornamento solemne. Las diversiones del Buenos Aires colonial no eran demasiadas. El pato, las riñas de gallo, las cinchadas y las carreras de caballo eran entretenimientos de los suburbios orilleros a los que de tanto en tanto concurrían los habitantes del centro. Allí podían escucharse los "cielitos", verdaderos alegatos cantados sobre la situación política y social de la época. Las corridas de toros convocaban por igual a ricos y a pobres, pero las damas preferían el teatro, la ópera y las veladas, que eran reuniones literarias y musicales realizadas en las casas. Los espectáculos teatrales en Buenos Aires se iniciaron a fines del siglo XVIII. Una vez a la semana "la parte más sana del vecindario", es decir, los propietarios porteños, concurría al teatro para asistir a veladas de ópera Pero, además de los lugares de esparcimiento propios de cada grupo social, los salones, la campaña y los patios candomberos, se necesitó otro tipo de edificios o edificación que reuniera a una mayor cantidad de personas y que sirviera para presentar al público los espectáculos de música y comedia que llegaban desde distintas partes del viejo mundo, además de ser lugar de presentación de músicos y artistas locales. Cuesta imaginar una Buenos Aires sin teatros, sin espectáculos musicales, sin la riqueza de su oferta cultural contemporánea. Sin embargo, alguna vez fue así. Los primeros pasos, allá por el siglo XVIII, resultaron difíciles, pero los pioneros no cejaron en su empeño y desde los tiempos de la colonia, la gran aldea contó con una incipiente actividad cultural, que se intensificó con el correr de los años. Así es como aparecen los primeros teatros en Buenos Aires. Esta plaza artística es mas antigua que el interior del país, debido al puerto, que recibía primero todas las compañías teatrales antes que el resto de las provincias.

  3. El espectáculo teatral en España atravesaba en el siglo XVIII una profunda crisis. Al abandonar los músicos y artistas italianos la Corte de Madrid, algunos de ellos regresan a Italia y otros pasan a las colonias españolas de América. En esa época, 1756 Domingo Miguel Saccomano, músico italiano, presentó al gobernador Andonaegui, permiso para dar representaciones de “óperas y comedias”, haciendo notar que para este fin había traído del Brasil, artistas, cantantes y bailarinas. El Cabildo otorgó el permiso que solamente era concedido para dar una o dos funciones al año, debiendo realizarse los espectáculos siempre durante la tarde, pues por la noche estaban completamente prohibidos y se recomendó que las representaciones de comedias se dieran en cualquier día de la semana y en los días de fiesta los de “óperas”, que podían ser cantadas en un “corral” cubierto y bajo custodia de seis guardias. Antes de su inauguración, la pequeña ciudad había sido renuente a la construcción de un escenario. El entretenimiento público de los porteños pasaba por las corridas de toros que se realizan periódicamente en la plaza de Retiro.Pero, a mediados del siglo XVIII aparecieron los primeros espacios, construidos con material precario y para representaciones provisorias, con el fin de poner sobre las tablas comedias de tipo popular, enriquecidas con tonadillas españolas, coplas andaluzas, modinhas brasileñas y entremeses. Hacia fin de siglo se abrieron algunas salas de vida breve. Vamos a conocer cuáles son algunos de esos primeros teatros argentinos:

  4. TEATRO DE ÓPERAS Y COMEDIAS

  5. Teatro de Óperas y Comedia Saccomanoarrendó en enero de 1756 un terreno “para fabricar en él una obra para teatro de óperas y comedias”. Para construir el luego llamado Teatro de Óperas y Comedias–también denominado “casa de ópera de música”-.Saccomano se asoció con el español Pedro Aguiar, de oficio zapatero de alta costura, quien puso el capital necesario para la construcción. Sabemos que estaba construido en un terreno que tenía 15 varas de frente por 70 de fondo, y que entre las localidades había “palcos”. Se inauguró este coliseo a mediados de setiembre de 1757 con representaciones de óperas – también denominadas drama, comedias, entremés, etc- cantos y danza, sucediéndose éstas con cierta regularidad y en forma dispuesta por la autoridad. Saccomano tenía conocimientos de música y, aparte de desempeñar las tareas de empresario, tomaba parte en las funciones, destacándose como un hábil flautista. Un documento de 1759, dice que las funciones de este teatro se reducían a “una máquina real que es entendida por muñecos, figuras o estatuas vestidas y manejadas representando al vivo sus papeles en prosa, verso o música detrás de los bastidores”. Pero no todas las exhibiciones eran de títeres, sino que también había comedias y números de canto, como lo prueba el hecho de que en 1756 Saccomano trajo del Brasil, mujeres para que cantasen. Una escritura del año 1757 muestra la venta por 450 pesos, de un palco que tenía “dos varas y tres cuartas de frente de luz y dos y media de fondo”. El comprador podía tener la llave de su puerta, lo mismo que invitar a las personas que desease, sin límite de número. También era el dueño durante toda su vida, pasando luego a sus herederos o sucesores. El Teatro de Óperas y Comedias funcionó hasta junio de 1759 o probablemente hasta octubre de 1761, en que fue clausurado. Este teatro sería el primero en la cronología de los teatros porteños.

  6. Teatro de la Ranchería Después de la clausura del Teatro de Óperas y Comedias, y durante más de veinte años, Buenos Aires no contó con un coliseo –teatro- estable. El éxito que tuvieron unas improvisadas funciones de comedia realizadas en el verano de 1783, decidieron al virrey Vertíz a consultar al Cabildo, aduciendola idea de levantar un teatro digno de la capital de un virreinato y fundamentando que “no solo lo conceptúan muchos políticos como una de las mejores escuelas para las costumbres, para el idioma y para la urbanidad general, sino que es conveniente en esta ciudad que carece de diversiones públicas”-, Pronto el Cabildo contestó al virrey manifestándose conforme con el proyecto, diciendo entre otras cosas el informe: “…porque teniendo puntuales noticias de que en todos los reinos se permiten estos teatros y que en ellos se representan tragedias, zarzuelas, dramas, óperas y comedias es oportuno autorizar la construcción del mismo como así también solicitar que produzca este establecimiento algunos fondos para asegurar la subsistencia de una obra piadosa como la Casa de los Niños Expósitos, se debe sin duda realizar el proyecto”. La concesión fue otorgada a Francisco Velarde, empresario y actor español quien se comprometió a construir el teatro “de madera gruesas sólidas, techo de paja y las paredes de ladrillo, de tal modo que no tendrán riesgo alguno de fuego”. Se construyó el teatro apuntando el siguiente reglamento: “se levantará en el patio que llamaban de la Ranchería, junto al Mercado de Frutos y próximo al cuartel de artillería así por la comodidad y desahogo que ofrece sus situación en el centro de la ciudad con plazuela para los coches”. En el referido teatro, se observará inviolablemente la separación de sexos, concurriendo los hombres en la luneta y patio, y las mujeres en un corredor alto que servirá de cazuela y que dará por encima de los palcos en todo el ámbito que éstos ocupa. Las manzanas colindantes, hacia el sur, pobladas por ranchos de barro y techo de paja, eran las llamadas Rancherías de los Jesuitas, de donde tomó su nombre el nuevo teatro: Teatro de la Ranchería.. Fue así como en 1778 se inauguró “La Ranchería” .El nombre respondía tanto a su aspecto exterior sencillo, cubierto con techo de paja, como la adyacencia de las viviendas humildes de indios de las misiones. En esta zona de la Ciudad no había alumbrado público, por lo que Vértiz ordenó la colocación de farolas para que los porteños no tuvieran excusas para asistir al teatro. Los vecinos, sin embargo, reaccionaron con frialdad. El edificio medía 26 varas de frente por 55 de fondo. Contaba con varias puertas laterales y una grande al frente, abriéndose todas hacia afuera. La iluminación de la sala se efectuaba con velas de sebo, que estaban distribuidas en torno del local; Además colgaban dos arañas del techo, existiendo brazos con diez velas cada uno a ambos lados del escenario, el cual a su vez tenía candilejas. En cuanto a las localidades sólo sabemos que había seis bancos de luneta, una cazuela para mujeres y palcos. Algunos de estos palcos eran destinados “para la gente de distinción”, cazuelas y graderías;

  7. El virrey y el Cabildo tenían sus bancos particulares: el palco del Virrey estaba adornado con colgaduras y cenefas y el palco del Cabildo también contaba con cortinas. Se mandó fijar instrucciones que debían seguir y respetar tanto los trabajadores del teatro como los asistentes; Algunas de estas reglas decían: -las mujeres debían concurrir vestidas en traje, con mantilla y que no se cubran con él la cabeza; los hombres sólo podrán entrar vestidos de casaca decente; Se deberá nombrar una guardia permanente de granaderos en la entrada, pasillo, costados del teatro, puertas de vestuario, patio; No se permitirá fumar de ningún modo en el patio, gradería ni otro parage, etc. El Teatro de la Ranchería inició sus funciones a finales de 1783. Las temporadas concluían el último día de carnaval, quedando suspendidas durante la Cuaresma, hasta el domingo de Resurrección en que se reanudaban. Según un inventario realizado en 1792, el teatro contaba en esa época entre otras cosas con: prendas de vestir propias, bastidores, bambalinas, telones sillas pintadas del palco, sillas ordinarias, más de 1000 piezas musicales, entre ellas, comedias sueltas, sainetes, tonadillas, sinfonías, zarzuelas. En 1790 la compañía contaba con 6 actrices, 11 actores, apuntadores, guardarropero, peluquero, peones y músicos. La orquesta estaba compuesta por violines, bajón, oboe, trompa. El maestro Aranáz permaneció al frente de la orquesta del teatro hasta 1792. En suma, el teatro era modesto, pero construido con todas las reglas del arte. “La Ranchería” tuvo algunos años de apogeo, sin embargo, hacia 1791, el público comenzó a escasear. El gobierno comenzó a alquilarlo para bailes populares, donde se practicaban danzas de mala reputación para sectores religiosos y conservadores. Los predicadores lo describían como un antro pecaminoso y execrable. En la noche del 15 de agosto de 1792, un “cohete volador disparado desde la iglesia de San Juan Bautista, a dos cuadras del teatro, cayó sobre el techo de paja del mismo, causando la destrucción total del edificio. Sólo quedaron las paredes, aunque en estado ruinoso, mandando el Cabildo demolerlas días después.

  8. Teatro Coliseo Provisional de Buenos Aires El 25 de junio de 1803, el cafetero Ramón Aignase y el cómico José Speciali solicitaron al virrey Sobremonte permiso para levantar un coliseo provisional y representar en él durante un año, a fin de procurarse recursos y mantener unida la compañía que debía debutar luego en el definitivo, que comenzarían a construir el mismo día que inaugurasen aquel. Nunca llegaron a construir el Coliseo definitivo. El Provisional se construyó en un terreno ubicado frente a la Iglesia de la Merced, instalado al lado un famoso café con billar. En octubre de 1803 se inició la construcción que se dio por finalizada el 28 de abril de 1804. Las medidas del teatro eran veinte varas y media de frente. Las paredes de ladrillos, el techo a “dos aguas” de tejas y cañas. El edificio tenía varias puertas, abriéndose todas al exterior; La entrada principal estaba justo frente a la de la Iglesia de la Merced -lo que ocasionaba problemas con los clérigos-, habiendo otras colaterales, una de ellas era para el acceso exclusivo del Virrey y del Cabildo –quienes también tenían en el interior del teatro, su palco distinguido- y otra para las señoras que iban a la cazuela. Las localidades estaban distribuidas en bancos de luneta (platea), órdenes de palcos y cazuela. Cabrían de mil doscientas a mil cuatrocientas personas. El edificio se iluminaba con arañas de velas, colocadas en un inmenso cajón que recorría el edificio desde el frente hasta el fondo. También en los palcos y cazuela había candelabros con brazos de luces. El teatro se inauguró a principios de 1804. Se dio también a conocer un extenso reglamento para el gobierno del teatro, similar al que regía en los otros coliseos; Se destacaban algunas reglas tales como: “no se permitía la entrada de criaturas de pecho o de corta edad que pudieran causar molestias con su llanto…”; “tampoco se permitirá la entrada a persona alguna con pretexto de vender bizcochos, dulces, etc…”; se prohíbe a todos indistintamente el gritar a los cómicos, el decir voces impropias, pues sólo las palmadas son permitidas en un teatro de civilidad y éstas con cierta moderación que no incomoden a otros…”; sólo se permitirán las representaciones ordinarias en los domingos y jueves de cada semana…”. Debido a los acontecimientos políticos y sociales que se dieron en la colonia, entre ellos las invasiones inglesas, las ideas de emancipación y revolución de la sociedad y el comienzo de la gesta libertadora, el teatro Provisional debió permanecer cerrado durante todo el año 1806 y 1807. Los regimientos criollos no fueron desarmados y también todo el año 1808 y 9 resultaron de gran agitación política.

  9. El Coliseo Provisional estuvo cerrado entonces hasta el 11 de noviembre de 1810, en que se reabrió luego de cuatro años, para los festejos del Patrono de Buenos Aires. Había sufrido deterioros durante el tiempo que estuvo cerrado y fue necesario realizar refacciones. Todo este movimiento político, producido desde 1806 y habrá de acrecentarse en los primeros años posteriores a la Revolución de Mayo, trajo un cambio en la actividad artística e intelectual, al cual la música no estará ajena. Grandes acontecimientos, que producen conmociones en la sociedad, pueden ser registrados y hasta medidos en la producción musical local. Esto sucedió en la época de la Independencia argentina. Hasta entonces la música había tenido carácter religioso o de entretenimiento, aún en las manifestaciones protocolares como en la Juras reales y otros actos públicos de la corona. Pero ahora aparece la intención política. Los programas de aquellos años tenían, de base, un drama y una comedia pero no faltaba el sainete, la tonadilla escénica seguida de su bolero o bolera y la tirana, que eran números breves cantados. A éstos se agregaban los entremeses, de variado tipo y con música, todo muy distante de la ópera buffa, luego conocida y más bien apropiada para hombres solos que ocupaban, sin sacarse el sombrero y la capa, la platea y para mujeres no distinguidas. No era lugar de reunión social. El Coliseo fue el templo donde nació nuestro teatro y casi toda la cultura musical del siglo XIX; En 1825 se estrenó en ese teatro, la primera ópera completa escuchada en el país –El barbero de Sevilla, de Rossini-. . Fue durante 34 años , desde 1804 hasta 1838, en que se edificó el Teatro de la Victoria, el único teatro de la ciudad; Grandes artistas dramáticos y líricos pasaron por su escena siendo también espejo del buen modo y la moda. La historia del teatro Coliseo se divide en varias etapas, en razón de las remodelaciones y reubicación de la sala. La primera etapa –recordemos- se extendió entre su inauguración en 1804-aún en tiempos de la colonia- y 1834, frente a la Iglesia de la Merced ; la segunda etapa se extendió desde la remodelación de 1834 y la demolición de 1873, época en la que fue conocido como Coliseo Argentino o Teatro Argentino; la tercera etapa se extendió desde su reconstrucción frente a la Plaza Libertad en 1905 – nace aquí como sala de circo, de gran importancia en los orígenes del circo criollo y el teatro en la Argentina- hasta su cierre en 1937; En ese momento, su edificio comprado por el gobierno de Italia, barajándose algunos proyectos para su transformación en un polo cultural, donde se realizaran exposiciones y eventos. Sin embargo, las ideas quedaron truncas por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el edificio fue parcialmente demolido en 1938, y en el terreno baldío quedaron las ruinas detrás de una tapia; la cuarta etapa se extiende desde la última remodelación y ligera reubicación, hasta la actualidad.El 27 de agosto de 1920 desde la terraza del mismo EnriquSusini realizó una de las primeras transmisiones radiofónicas de la historia, inaugurándose allí la L.O.R. Radio Argentina.

  10. Teatro de la Victoria El Coliseo Provisional, el viejo teatro que se había levantado en 1804 y donde tuvieron lugar tantos hechos históricos, seguía funcionando todavía, aunque nunca dejó de tener carácter provisional y fea apariencia. En 1838, por fin Buenos Aires cuenta con nuevo teatro, capaz de recibir la mejor sociedad porteña. A partir de este momento, el establecimiento competirá con el Coliseo Provisional por la hegemonía musical y teatral de Buenos Aires. Pese a esto, nada se puede discutir sobre la importancia que se le otorga al Teatro Coliseo Provisional por ser éste la cuna de la actividad teatral nacional, y fue el escenario que centralizó prácticamente la evolución musical del siglo XIX. El Teatro de la Victoria no pudo competir su cetro. Fue levantado por una cooperativa de artistas, con ayuda de un capitalista. Se inaugura ese año el Teatro de la Victoria que recibe el nombre de la calle Victoria. Se inauguró este teatro en la noche del 24 de mayo de ese año -1838-. Los dramas o tragedias también incluían pasajes musicales de música incidental. Este moderno teatro, será el de la sociedad federal y en donde tendrá lugar, en 1848, el establecimiento definitivo de la Ópera en Buenos Aires. Fue el teatro oficial durante el gobierno de Rosas y en él ofrecían conciertos y espectáculos líricos y de comedia. Era una sala espaciosa y decorada con algunos detalles de lujo. Estilo del Restaurador estaba tapizado de rojo. En la parte superior del telón de boca se bordó un alegórico ramillete de tres rosas púrpuras, las que representaban a don Juan Manuel, su esposa doña Encarnación Ezcurra y su hija Manuelita. El teatro de la Victoria poseía 500 butacas y fue la primera sala cuya iluminación fue realizada con lámparas de aceite en lugar de velas de cebo. Entre 1838 y 1852 las orquestas que actuaron fueron dirigidas por el pianista  negro Remigio Navarro. Las representaciones se basaban en cantantes y elementos profesionales extranjeros.

  11. Cuando se inaugura el Teatro de la Victoria, el viejo Coliseo frente a La Merced pasa a denominarse Teatro Argentino y queda para espectáculos de segundo orden y un público más bien popular, hasta 1872 en que fue demolido. El Teatro de la Victoria, que sufriría remodelaciones y cambio de su color interior –del punzó federal al celeste y blanco de la bandera nacional- luego de la batalla de Caseros, soportaría, a partir de 1857, la competencia del soberbio Teatro Colón, instalado con todo lujo sobre la céntrica Plaza 25 de Mayo. Si bien durante gran parte de las décadas del 30 y el 40 no hubieron espectáculo de ópera, no faltaron conciertos sinfónicos corales de gran envergadura, que se cuentan entre los primeros ofrecidos en el país. En 1848, en el Teatro de la Victoria se ofrecían las piezas más selectas de las mejores Óperas que se conoce, que incluía número de Lucía, Barbero de Sevilla, Lucrecia Borgia y Norma. Tenemos a Rossini, Donizetti, y Bellini. Buenos Aires goza por entonces de tranquilidad y bienestar. Rosas ya estaba cansado, había aflojado las riendas del poder; También, en la sala del Teatro de la Victoria se oye por primera vez en Buenos Aires un vals de Strauss, el 20 de abril de 1838. Muchos se habían enriquecido y deseaban gastar su dinero; vuelven emigrados y no hay persecución. Este panorama posibilitó, según él, el nuevo establecimiento de la ópera. Después de la caída de Rosas en 1852, declinaron las actividades del Teatro de la Victoria. Dejó de funcionar en 1882, y fue demolido en 1938.

  12. ANTIGUO TEATRO COLÓN

  13. Antiguo Teatro Colón Este teatro tuvo su inauguración el 25 de abril de 1857, con la presentación de la ópera “La Traviata” de Verdi. Estaba ubicado frente a la actual Plaza de Mayo, donde actualmente se halla emplazado el Banco de la Nación Argentina, que lo adquirió en 1887 para establecer en él su sede central: breve y materialista destino de un bellísimo teatro de ópera. Con algunas reformas que no disimulaban su origen, el teatro de sólo 30 años alojó a la entidad bancaria hasta 1944, cuando fue demolido para dejar lugar al edificio actual. La idea de construir una sala importante para Buenos Aires en ese estratégico lugar, venía de 1804, en épocas del virrey Sobremonte. En 1854 se formó una sociedad empresaria dispuesta a concretar el antiguo proyecto y a levantar nuevamente la construcción. A ella pertenecía el ingeniero francés Carlos Pellegrini, quien residía en Buenos Aires desde la época de Rivadavia y que tomó a su cargo el proyecto y dirección de la obra. Diversos aportes novedosos fueron incorporados a su importante arquitectura: la sala iluminada por una araña central con 450 picos de gas, que desplazó a la tradicional luminaria a candela que aún se usaba. Otra de las revolucionarias innovaciones fue el empleo, por primera vez en la ciudad, de tirantearías de hierro, que permitieron, por lógica, la construcción de un edificio de estructura mucho más ambiciosa que las que se conocían entonces en Buenos Aires, como que la gran sala admitía a 2500 espectadores.

  14. Pellegrini, que además era pintor, famoso por sus retratos y paisajes, contribuyó a que la nueva sala ofreciera una majestuosa y a la vez cálida imagen visual en su decoración. Además contaba con ochenta palcos en dos órdenes; cazuelas para mujeres solas (el gallinero) y un piso para hombres solos (el paraíso) el cual, el día de la inauguración “estaba lleno de hombres de todas las condiciones”. Poseía salones para el paseo de las damas y entradas separadas, la principal por la calle Reconquista, pues estaba allí el frente del edificio y laterales por la calle Rivadavia para uso de las cazueleras y del paraíso. Los adornos de bronce cincelados le daban un aire majestuoso que fascinó a los espectadores. En esos tiempos, el pulso musical rioplatense latía cada día más aceleradamente. Si bien el viejo estilo de la música de salón aún estaba vigente, las actividades comenzaron a desplazarse hacia plateas más espaciosas y anónimas como el antiguo Teatro Colón. Allí actuaron muchas personalidades europeas de gran importancia para la época. El 13 de septiembre de 1888 este teatro cerró sus puertas. Pero los amantes del teatro debieron esperar dos décadas para ver inaugurado el actual Teatro Colón, aquel 25 de mayo de 1908.

  15. NUEVO TEATRO COLÓN

  16. NUEVO TEATRO COLÓN -en la actualidad-

  17. Nuevo Teatro Colón Aquel viejo Teatro Colón estaba llamado a apagarse un 13 de septiembre de 1888, para dar paso a un emprendimiento estatal de mayor calibre, que desembocó, veinte años después, en el actual edificio de la calle Libertad. Durante 20 años, aquel antiguo edificio quedó abandonado dando paso al nuevo y prestigioso Colón. El nuevo Colón nació, entonces, en 1908. La nueva sala estatal, nació a destiempo, en un mercado donde se derrumbaba la mayoría de las salas hasta hacía poco exitosas. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con la ópera Aida de Giuseppe Verdi, después de haber estado en construcción durante casi veinte años.El nuevo  Teatro Colón, situado en la Ciudad de Buenos Aires, es uno de los teatros de ópera más importantes del mundo por su tamaño, acústica y trayectoria. Es considerado uno de los cinco mejores teatros para la ópera del mundo por su espectacular acústica. Los sucesivos arquitectos que tuvieron a su cargo la imponente obra conciliaron en su diseño estilos tan disímiles como el ático-griego, que predomina en el exterior, los caracteres generales del Renacimiento italiano, la buena distribución y la solidez propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bizarría de ornamentación asociadas a la arquitectura francés. Figura entre los monumentos históricos más representativos de Buenos Aires. Comparable a La Scala de Milán, y la Ópera de París, es índice inequívoco de consagración y cita ineludible de quienes aman la música. El Colón ha sido desde siempre un teatro venerado por los públicos y por los más grandes artistas. El edificio ocupa 8.200 metros cuadrados y la superficie total es de 58.000 m² en el predio. Con capacidad para 2.487 espectadores sentados (alcanzando los 4.000 con los puestos de pie) divididos en siete niveles; el diseño del teatro presenta una rica decoración en dorado y escarlata.

  18. La cúpula original se dañó con filtraciones de humedad después de un baile de carnaval en los años 30 y fue vuelta a pintar en 1966 con motivos musicales rodeando a la araña central de 7 metros de diámetro con 700 bombitas eléctricas. El escenario tiene 35 metros de profundidad por 34 de ancho y la boca de escena es una de las más grandes en los teatros con forma de herradura a la italiana. La platea está formada por 632 butacas de hierro forjado y madera, tapizadas en pana y dispuestas en veintidós filas, divididas en dos por un corredor central. La generosidad de las dimensiones del teatro permite el paso cómodo de espectadores entre las filas, sin molestar al público ya sentado. Desde las entradas laterales hasta el escenario hay, a derecha e izquierda, sendas filas de cinco palcos, construidos bajo el nivel de la platea y cerrados por una reja removible de bronce. Utilizados originalmente por el sector del público que guardaba luto o no quería ser visto, esos recintos albergan hoy cabinas de grabación de audio y video, así como de retransmisión de los espectáculos por radio o TV. Esas grabaciones forman parte del archivo del Colón, que contiene buena parte de la memoria viva del teatro, y algunos de cuyos tesoros están ahora disponibles para los melómanos del mundo. Se elevan desde la platea tres niveles de palcos: bajos, balcón y altos. Construidos a la francesa, abiertos y con divisiones bajas, una cortina de brocato de seda color rosa viejo los separa de su antepalco, amueblado con banquetas, espejos y percheros. Los pisos superiores reciben los nombres de cazuela (con espacio de pie tradicionalmente destinado a las damas), tertulia (con espacio de pie para caballeros), galería y paraíso. A las localidades con asiento se suman más de mil quinientos lugares para espectadores de pie, distribuidos en esos cuatro niveles. Rodean la sala, el gran hall de entrada, el Salón Dorado, el Salón de los Bustos, el Salón Blanco y el Museo que alberga los trajes utilizados por algunas de las celebridades que pasaron por su escenario. El Instituto Superior de Arte, la biblioteca, el Centro de Experimentación Musical y los talleres conforman dependencias extraordinarias que lo diferencian de otros teatros del mundo debido a que la mayoría de las puestas en escena, telones, elementos escenográficos, de vestuario y todo lo necesario para una producción completa se construyen en las mismas dependencias del teatro.

  19. A lo largo de los 103 años transcurridos desde su inauguración, el edificio ha padecido el deterioro lógico, producto de la falta de mantenimiento e inversión, y el desgaste propio de sus materiales y la acción de agentes externos como la contaminación, la lluvia, la humedad y el paso del tiempo. A fines del año 2006, el Teatro Colón fue sometido a un profundo proceso de restauración y modernización tecnológica, que le devolvió el brillo original de sus años de esplendor, logrando mantener su acústica.  El 24 de mayo de 2010 en pleno festejo por el Bicentenario de Argentina se produjo la reapertura con un gran espectáculo de animaciones tridimensionales donde el teatro se vio totalmente restaurado a su antiguo esplendor. En su reapertura, asistieron muchas personas famosas del entorno artístico y político del país y se escuchó y vio La Boheme.

  20. TEATRO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTÍN -en Córdoba capital- Año 1887

  21. TEATRO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTÍN -en Córdoba capital- en la actualidad

  22. Teatro del Libertador Gral. San Martín – Córdoba - En el año 1887 tomando nota de la ausencia de una sala estable e importante de conciertos en su natal provincia de Córdoba, el entonces ministro de justicia -luego sería gobernador- Ramón J. Cárcano propuso la creación de una sala con tal fin al gobernador Ambrosio Olmos. Cárcano encargó al arquitecto italiano establecido en Argentina Francesco Tamburini (uno de los creadores de la célebre Casa Rosada y del segundo y presente edificio del Teatro Colón de Buenos Aires) el proyecto de diseño para el coliseo cordobés. El edificio fue elevado sobre un terreno con forma de polígono irregular. Laarquitectura de este teatro "corresponde al modelo de teatro lírico dentro de los lineamientos de la Ópera de París". La histórica institución fue inaugurada el 26 de abril de 1891 con el nombre de Teatro Rivera Indarte. Popularmente conocido a fines de siglo XIX y principios de siglo XX como "El Teatro de la Calle Ancha" o el "Teatro Nuevo".En la arquitectura del teatro predomina entonces un estilo italianizante; El uso principalmente decorativo de columnas, arcos de medio punto, almohadillados, y esculturas traídas de Europa, permite afirmar que el edificio fue concebido desde la corriente llamada "influencia italiana", en boga en el momento de su construcción. Casi la totalidad de los materiales (por ejemplo: mármol de Carrara), tejidos y maquinaria con que fue edificado el teatro fue importada desde Europa .La gran sala de conciertos fue diseñada para una capacidad de 1.000 espectadores. Su sala de conciertos está en un piso sobre el nivel de base del acceso, el edificio posee cinco plantas y un subsuelo aunque la fachada parece poner en evidencia, por criterios de proporcionalidad, solo dos pisos; las cinco plantas o pisos reales se elevan con cuatro líneas de palcos sobre la platea y el proscenio principales. En los 1990 se le añadió una cúpula en cuyo interior se destacan pinturas de Carlos Alonso.

  23. En el 2005 la capacidad máxima ya era de 1.077 personas, distribuidas en el siguiente orden: 382 en platea, 88 en 22 palcos altos, 80 en 20 palcos bajos, 174 en cazuela, 152 en tertulia y otras 200 en el "paraíso". El teatro, además, alberga las salas Luis de Tejeda y Rafael Grisolía, cada una con capacidad de alrededor de cien personas estando principalmente reservadas para seminarios, así como para el teatro de la Orquesta Juvenil de Córdoba. También posee un museo en el cual, entre otros valores se preservan utilerías y vestuarios. El Teatro del Libertador General San Martín en Córdoba Argentina desde la segundo lustro del s. XXI posee el Edificio Anexo Carlos Guastavino. Tal nuevo anexo contiene dos bloques que proveen de nuevos espacios y que se conectan con el núcleo original del Teatro del Libertador General San Martín. El Anexo Carlos Guastavino posee un bloque "A" en donde funcionan oficinas, el taller de luminotecnia, de vestuario y el sector de dirección y depósito de vestuario. En el bloque "B" se encuentran dependencias para artistas y un importante patio, con un gran taller de maquinarias que posee un puente-grúa y un portón de acceso directo al escenario, a este Teatro (el original y el de comienzos de siglo XXI) se encuentran unidos a través de una vieja torre del tanque de agua, que incluye escalera y ascensor para personal. Actuaron en este teatro numerosos artistas clásicos de renombre internacional, por ejemplo: Enrico Caruso, Tito Schipa, TittaRuffo, Arthur Rubinstein y Camille Saint-Saëns, entre otros, y albergó el Festival Internacional de Música Contemporánea Córdoba (Argentina). Actualmente este teatro es sede de: la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Córdoba, la Orquesta Provincial de Música Ciudadana, el Coro Polifónico de la Provincia de Córdoba, el Coro de Cámara de la Provincia de Córdoba y el Ballet de la Provincia de Córdoba.

  24. TEATRO CAPITOL, VILLA MARÍA, CÓRDOBA (HOY TEATRO VERDI)12 DE AGOSTO DE 1933

  25. TEATRO VERDI, VILLA MARÍA, CÓRDOBA -en la actualidad-

  26. Teatro Verdi –Villa María – Córdoba - El 5 de junio de 1915 se inaugura la sede social de la "Societá Italiana di Mutuo Socorro" , en la tradicional esquina de Mendoza y Avda. H. Irigoyen –hoy sede del teatro Verdi-; allí el espíritu emprendedor de los componentes de aquella estirpe itálica comienza a desarrollar una intensa actividad cultural que se prolonga en el tiempo y le permite trasponer el siglo de existencia como una de las instituciones legendarias de la ciudad y que ha realizado un valioso aporte social y cultural a la comunidad local. En ese local -de la Sociedad Italiana-, desde 1928 funcionó el cine teatro "Capitol", bajo cuyo nombre se conocería esa sala durante muchos años, pese al cambio que se operaba en sus propietarios.  También operó como "Cine Splendid“ (1935), y años más tarde, como "Odeón" y finalmente "Broadway". El 12 de agosto de 1933 Carlos Gardel actuaba en el Cine Teatro "Capitol", en memorable presentación. En 1936 en el escenario del "Capitol", actuaron, Blanca Podestá y  "Los Niños Cantores de Viena“ y también en agosto de 1933 actuaría Luis Sandrini con su compañía. En mayo de 1956 se re inaugura como “Cine teatro Broadway“con 615 butacas; En el año 1989, un grupo de empresarios salva a esta sala de un remate, haciéndose cargo y dándole el nombre de "TEATRO GIUSEPPE VERDI", A pesar de los avatares de los tiempos, las tormentas no pudieron echar por tierra una sala histórica, emblema de la ciudad, por cuyo escenario han desfilado los más importantes artistas nacionales de todas las épocas . Ha sido testigo de todos los actos culturales de las principales instituciones de la ciudad, ha recibido a los más grandes intelectuales del país, historiadores, filósofos, economistas, políticos, artistas plásticos, todos dejaron su pensamiento, en un teatro que pertenece a la comunidad, porque es parte de su historia la actividad artística cultural de la ciudad y la región.

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