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En el catolicismo, el primer domingo de Adviento es aquel que marca el comienzo del au00f1o litu00fargico, tiene lugar en el domingo siguiente al de la solemnidad de Cristo Rey, u00faltimo domingo del au00f1o litu00fargico anterior.
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Señor Dios Bendice con tu poder nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.
Aunque los pastores irían a adorar a Jesús con mucho ruido, María está en esta escena en silencio, contemplando el misterio de la encarnación de Dios. Observa y guarda en su corazón cómo Jesús es visitado por los pastores, cómo estos reconocen lo que les ha anunciado el ángel y cómo ven en ese niño que está en el pesebre al verdadero Hijo de Dios. En este mundo nuestro, tenemos que aprender a tener silencio, a guardar silencio, a buscar nuestro silencio entre el ajetreo de la gente.
¿Es posible encontrar ese silencio entre tus tareas diarias? ¿Cómo? ¿Serías capaz de tener un tiempo de silencio ante el misterio de un dios que por amor se hace uno de nosotros?
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Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que comienza el adviento, en nuestra familia podamos demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén