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Estudio Bu00edblico Santiago ofrece una visiu00f3n profunda de la fe verdadera segu00fan la carta del apu00f3stol. Lejos de la religiu00f3n y del esfuerzo humano, muestra que las obras genuinas son fruto de la vida de Cristo en el creyente, no el medio para alcanzar la salvaciu00f3n. Cada capu00edtulo revela cu00f3mo la sabiduru00eda de Dios, la paciencia en las pruebas y el amor al pru00f3jimo son evidencias de una fe viva. Este estudio enseu00f1a que la fe sin obras estu00e1 muerta, no por falta de acciu00f3n, sino porque carece de la vida del Espu00edritu. Ideal para fortalecer la fe y vivirla con verdad.
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somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Estudio del libro de Santiago La evidencia de una vida rescatada por Cristo José Luis Grondona López ii
Copyright © 2025 por José Luis Grondona López Todos los derechos reservados. Texto bíblico tomado de la Santa Biblia RVR 1960
ÍNDICE Introducción 7 1 Las pruebas, fuera y en Cristo. Santiago 1:1-11 10 2 El origen del pecado y el origen de la vida. Santiago 1:12-18 18 3 Hacedores de la palabra. Santiago 1:19-27 24 4 La acepción de personas. Santiago 2:1-13 32 5 La fe sin obras está muerta. Santiago 2:14-26 41 6 El problema de lo que decimos. Santiago 3:1-12 48 7 La verdadera sabiduría. Santiago 3:13-18 56 8 Las consecuencias de la amistad con el mundo Sant. 4:1-10 63 9 Vivir bajo los planes del mundo. Santiago 4:11-5:6 70
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago INTRODUCCIÓN l libro de Santiago, como todos los libros de la Biblia, es muy especial. Quizás para mí sea único en su género. Aunque trata un tema tan necesario como es discernir si uno está realmente en Cristo o desviado del camino, lo hace de una forma muy particular. E Hay una gran diferencia entre leer Santiago desde Cristo o desde fuera. Y esto no es algo que el hombre provoque por sí mismo. Solo cuando el hombre natural nace de nuevo, del agua y del Espíritu, puede entender, a través del Espíritu Santo, las Escrituras. Sin embargo, también para quien está en el proceso de llegar al lugar donde Cristo da la vida, es el mismo Espíritu quien utiliza la Palabra para convencer de pecado, justicia y juicio. 7 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Para quien aún está bajo la ley —es decir, intentando justificarse a través de las obras—, Santiago puede convertirse en una fuente de inspiración mal entendida, llevándolos a interpretaciones absurdas y sin sentido común. El recorrido por cada versículo, lo práctico de sus exhortaciones y la claridad de su mensaje hacen de la carta de Santiago un texto muy actual, necesario para muchas congregaciones que, cegadas por la religión, siguen buscando en la Palabra qué hacer para agradar a Dios. Gracias a todos los que me han acompañado en este estudio a través de los talleres por Zoom. Ha sido apasionante exponerse a la Palabra y, tras la revelación, vaciarse para bendecir a todos los que están en Cristo o caminan hacia Él. Este libro no pretende ser un comentario bíblico formal. Es más bien una reflexión en voz alta de quien, con un corazón necesitado y agradecido por la obra de Cristo, se acerca a Su Palabra. El motivo de colocar el texto bíblico antes de cada capítulo y repetirlo versículo a versículo no tiene otro propósito que permitir que la Palabra haga su obra. Ella es viva y eficaz, y no necesita explicación. Sin embargo, Dios constituyó a Su iglesia para discipular 8 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago y enseñar todo lo que Jesús mandó. Y eso intento hacer, siendo consciente de que entre las líneas añadidas hay humanidad, pero también propósito de Dios. Espero que puedas disfrutar este pequeño y humilde estudio de la carta de Santiago, que más que la voz de un hombre, quiere ser la voz del Señor para ti, en este momento. 9 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago CAPÍTULO 1 Las pruebas, fuera y en Cristo Santiago 1:1-11 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. El hermano que es de humilde condición, gloríese en su 10 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. E l libro de Santiago es una carta un tanto especial, diferente a las otras que componen el Nuevo Testamento, al menos por dos razones: (1) comienza casi de inmediato con una exposición de sus temas, con poca o ninguna expresión de sentimiento personal, y (2) la audiencia es esencialmente indeterminada. “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud” (Santiago 1:1). Casi todos afirman que el escritor es el hermano de Jesús, aunque podría haber sido otro discípulo llamado Santiago. Sin embargo, esto no es un impedimento, ya que la autoría de lo que se dice, al ser parte del Canon bíblico, es del Espíritu Santo. La expresión “siervo de Dios y del Señor Jesucristo” muestra tanto la autoridad como la naturaleza del escritor. Ser siervo implica transmitir lo que su Señor le ha mandado, pero también declara que ha nacido 11 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago de nuevo y depende absolutamente de su nuevo Amo y Señor. La palabra griega utilizada para "siervo" es doúlos, que significa esclavo. Cuando indica que la carta está dirigida a las doce tribus en la dispersión, puede entenderse de varias formas. Podría dirigirse a la nación judía. En aquella época, había poca —si es que alguna— referencia a las distintas tribus, ya que la nación era conocida simplemente como los judíos. El término "doce tribus" puede simbolizar la plenitud del pueblo de Dios. Independientemente de a quién se dirigiera originalmente, sabemos que, tras la muerte y resurrección de Cristo y la venida del Espíritu Santo sobre todas las naciones, hacer distinciones nacionales carece de sentido. Hoy nosotros somos los receptores del mensaje, y solo existen dos tipos de oyentes: los que están en Cristo y los que aún están separados de Dios. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2). Al usar la expresión "hermanos", no debemos asumir que todos los receptores ya son hijos de Dios renacidos. Santiago utiliza este recurso como forma de acercamiento, calidez y camaradería. En la antigüedad, incluso las religiones paganas empleaban 12 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago expresiones similares para referirse a sus adherentes, independientemente de su trasfondo étnico. Tras este saludo afectuoso, Santiago introduce su primer tema: las pruebas. El contraste no puede ser más impactante: ¿cómo podemos tener sumo gozo cuando atravesamos pruebas? No se especifica el tipo de prueba, por lo que pueden incluirse todas: internas y externas, provocadas por Satanás, consecuencia del pecado o fruto de la esclavitud en la que estamos antes de ser justificados por Cristo. Es evidente que no se trata de un mandamiento, ya que no podemos controlar el sentimiento del corazón y del pensamiento cuando estamos en medio de una prueba. Sin duda, es un beneficio reservado para quienes están en Cristo y entienden que las pruebas son permitidas por el Señor con un propósito. No se trata de un conocimiento intelectual, ya que el intelecto no tiene poder para dominar el corazón. Es el poder de Dios, a través del Espíritu Santo que habita en el renacido, el que lo hace posible. “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:3). Dios no necesita probar nuestra fe, Él ya la conoce. El beneficio de la prueba es que nosotros la 13 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago conozcamos, y al suceder esto, el resultado es paciencia —o como traduce la NVI, constancia. “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:4). Las pruebas son la herramienta que Dios usa para llevarnos a la perfección en Cristo, donde nada nos falta. Para los que no están en Cristo, su finalidad es conducirlos al lugar donde puedan recibir la gracia. Y para los que ya están en Él, es mostrarles la perfección en la que se encuentran, a fin de que alcancen su propósito en la tierra. “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). cual da a todos La sabiduría a la que se refiere Santiago no es fruto del razonamiento humano. Solo la sabiduría perfecta proviene de Dios. Lo que realmente le falta al ser humano para dirigir su vida es el conocimiento del propósito de Dios, y a eso se refiere aquí. Dios no nos da conocimiento para que sigamos nuestros propios planes, sino sabiduría abundante para andar en el suyo. 14 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Pedir es el recurso que Dios nos ha provisto para alcanzar lo que ya ha preparado desde la eternidad. Se trata de la oración, que surge del reconocimiento de una necesidad: en este caso, la sabiduría. ¿Cómo se relaciona la sabiduría con las pruebas? El desconocimiento del propósito de Dios hace que las pruebas nos lleven al temor, la desesperación y la desconfianza. El corazón toma el control y dirige al ser hacia acciones que nada tienen que ver con Dios ni con la confianza en Él. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1:6). A lo largo del libro, veremos la evidencia de estar en Cristo, como en este caso: la fe que nos da certeza en lo que se espera. En contraste, los que aún están esclavizados son llevados de un lado a otro por su opresor. Hoy creen, mañana no. ¿Podemos generar fe por nosotros mismos para no dudar? Por supuesto que no. Solo Dios puede hacer esto en nosotros. Entonces, ¿por qué parece que Santiago nos pide tener una fe sin dudas? Jesús también lo hacía: enfrentaba a las personas con lo que les era imposible, para que reconocieran su 15 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago verdadera condición, apartados de Dios. No hay peor situación que creer estar salvo cuando aún se es esclavo. “No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:7). Solo recibiremos lo que procede del Señor, lo que nace de Él y nos hace partícipes de sus obras. Pedir con fe es pedir conforme a su voluntad, y eso solo puede hacerlo Él mismo a través de quienes están en su cuerpo. “El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:8). Esta es otra evidencia de quienes aún no están en Cristo, aunque afirmen inconstantes, no porque lo deseen, sino porque están dominados por el príncipe de este mundo, quien les hace creer que están en el camino correcto, pero luego les llena de temor, duda y condenación. lo contrario. Son “El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se 16 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago marchitará el rico en todas sus empresas” (Santiago 1:9-11). La situación económica no determina la posición delante de Dios. El que es humilde, si está en Cristo, será exaltado. El que es rico, mostrará su verdadera condición en la humillación. El contraste entre el rico y el pobre no está en lo que poseen, sino en cómo se comportan. La riqueza no refleja la gloria de Dios, como ilustra el ejemplo de la hierba y la flor. Para muchos, la riqueza es señal de la bendición divina, pero este pasaje demuestra que no es así. 17 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago CAPÍTULO 2 El origen del pecado y el origen de la vida Santiago 1:12-18 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. 18 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago E l versículo 12 del primer capítulo, aunque tiene relación con el tema de las pruebas de la sección anterior, le sirve al escritor como puente para su próxima exposición: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Santiago 1:12). La bienaventuranzas de Jesús, donde se expresan los beneficios de alguien que ya está en Cristo. Es imposible ser bienaventurado si no se está en Él. primera palabra nos recuerda a las La palabra “varón”, cuando se tradujo en la RV1960 (del griego ánthrōpos), se refería a un ser humano o individuo, no específicamente al género masculino. ¿Quién es bienaventurado? El que soporta la tentación. Esta palabra es la misma que se usa para “prueba” en el versículo 2. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, en medio de las pruebas, es la tentación la que nos enfrenta con la decisión de responder a nuestra naturaleza humana o esperar en el poder de Dios. Estando fuera de Cristo, esto es imposible. Solo los renacidos pueden resistir la tentación y salir aprobados. 19 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Santiago no está tratando un tema de actitud, como si dependiera del esfuerzo humano salir aprobado de las pruebas. El ser humano solo puede soportar, y es Dios quien da la corona de vida. Habla, por tanto, de una condición, no de un logro. La forma en que lo traduce la NTV lo hace más comprensible: “Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.” Sin embargo, el hombre no puede superar las pruebas por sí mismo. Y, por supuesto, no es por soportarlas ni por salir aprobado que se recibe la vida. Solo los renacidos reciben la corona de vida, y por lo que hemos visto hasta ahora, las pruebas forman parte del trabajo de Dios para llevarnos al lugar donde Él nos la entrega. “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie” (Santiago 1:13). Por lo dicho anteriormente, podría parecer que es Dios quien envía las pruebas. Sin embargo, ahora se 20 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago afirma con claridad que Él no es su fuente. A menudo se escucha a personas atravesando dificultades decir: “esta prueba me la mandó Dios”. Pero esto es una acusación falsa. De Dios no puede salir nada malo. Aun cuando Él permite ciertas pruebas con un propósito para bien, no es correcto decir que es Él quien las provoca o las envía. La tentación no es una instrucción divina ni una voz de Dios que empuja a desobedecer. Veamos de dónde surge esa voz: “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:14-15). La voz de la tentación nace en nuestro interior. “Propia concupiscencia” se refiere al deseo interno de la carne, a las sugerencias de nuestro corazón carnal, mentiroso y perverso, inclinado al mal. Ese corazón nos seduce, nos llena de deseo y necesidad, para que nuestra voluntad se rinda a su impulso. El siguiente paso es la concepción. Para concebir se necesitan dos. Uno ya lo conocemos: la carne. El otro puede ser el empujón de Satanás, o una 21 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago justificación razonada que el alma construye. Lo cierto es que esta unión entre el deseo y el razonamiento produce la voluntad de pecar deliberadamente. Y una vez realizado el acto, se evidencian sus consecuencias: la muerte. Para los que no están en Cristo, esto es prueba de su esclavitud y de su naturaleza muerta en el pecado. Para los que son hijos de Dios —que aún pueden ser seducidos por el cuerpo carnal en el que habitan—, es un recordatorio de lo que Cristo cargó en la cruz. Él llevó todos nuestros delitos y pecados. El pecado siempre debe ser pagado: si no se está en Cristo, lo paga el individuo; si se está en Cristo, ya lo pagó Él. “Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:16- 17). ¿Cómo podríamos errar? Acusando a Dios de ser la fuente de las pruebas o de la tentación. Pero también al pensar que las cosas buenas pueden provenir de otro lugar que no sea Dios: de nuestro mérito, nuestras obras o nuestro supuesto merecimiento. Entender la naturaleza de Dios nos ayuda a desechar muchos razonamientos de la carne, que intenta 22 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago culpar o distorsionar la imagen del Padre. Aunque el contexto viene hablando de la tentación y de la naturaleza del pecado, aquí también se nos apunta a la misericordia y generosidad de su gracia, que se manifiesta con toda claridad en el versículo siguiente: “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas” (Santiago 1:18). Este versículo es clave para comprender de dónde procede la gracia y el poder del nuevo nacimiento que nos introduce en la vida eterna. Solo Él y su voluntad operan. No hay obras, ni méritos humanos; tan solo el trabajo de la palabra viva, que nos lleva al convencimiento —a través del Espíritu Santo— de pecado, justicia y juicio. Es la palabra viva y eficaz la que realiza el trabajo y nos conduce al lugar donde Dios concede la vida eterna. ¿Para qué hace esto? Según el versículo, “para que seamos primicias de sus criaturas”. Dicho de otro modo, para que seamos parte del primogénito Hijo de Dios. La obra que Jesucristo llevó a cabo nos hace primicias, los primeros frutos de Dios en su nueva creación. 23 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago CAPÍTULO 3 Hacedores de la palabra Santiago 1:19-27 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace. Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 24 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. A partir del versículo 19, Santiago muestra una serie de actitudes que, para los que están en Cristo, deberían ser evidentes, ya que disponen del poder de Dios y han sido librados del pecado. En cambio, para quienes no han llegado realmente a Cristo, pero viven engañados creyendo que lo han alcanzado, estas actitudes suponen un reto imposible de lograr, provocando la impotencia necesaria para que la Palabra, como antes ha mencionado, pueda llevarlos al lugar donde reciben la gracia. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” (Santiago 1:19). Las palabras “por esto” señalan una consecuencia de lo dicho anteriormente, pero también introducen un énfasis especial a lo que va a decir: “Quiero que entiendan lo siguiente” (NTN), “tengan presente esto” (NVI). La triple exhortación —“sed prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojaros”— tiene naturaleza proverbial. 25 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago “El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad” (Proverbios 13:3). “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1). “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios” (Eclesiastés 7:9). La naturaleza humana tiende a hacer lo contrario de lo que Santiago exhorta. Deseosa de protagonismo y profundamente egoísta, habla y habla sin escuchar al otro. Y cuando se le lleva la contraria, o se siente herida u ofendida, estalla en ira. Es cierto que, estando fuera de Cristo, muchos se esfuerzan por cambiar esto, pero les resulta imposible, porque son esclavos de su condición, lo cual les genera frustración. Por el contrario, quienes han sido librados del pecado mediante el nuevo nacimiento, y son guiados por el poder del Espíritu Santo, no deberían ser dominados por la carne ni caer en estados opuestos al carácter de Cristo. ¿Está la Palabra indicando que debemos hacer algo? Por supuesto. Pero solo lo logran los que han sido rescatados por la gracia. ¿Si me enojo, es evidencia de no estar en Cristo? No 26 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago necesariamente, si al reconocerlo entregas tu ira al Señor y la paz de Dios vuelve a ti. Recuerda que, aun en Cristo, sigues habitando un cuerpo carnal con tendencia al pecado. “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20). Es evidente que la ira humana no proviene de Dios ni se corresponde con una vida que permanece en Él. Muchos intentan justificar su ira con el episodio en que Jesús limpió el templo. Sin embargo, Dios es amor, y quien vive en Él no debe ser gobernado por la ira de la carne. Cuando dice “no obra la justicia de Dios”, está señalando que los arrebatos de ira no logran, no producen ni provocan la justicia de Dios. Esa obra pertenece a Cristo y no necesita de nuestra ira; de hecho, esta se opone a su obra. “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas” (Santiago 1:21). recibid con Se nos exhorta a desechar la malicia y, en su lugar, recibir la Palabra. Ya Santiago ha indicado que es mediante la Palabra que Dios hace renacer a los que 27 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago están muertos en sus delitos y pecados. Pero ese nuevo nacimiento no transforma automáticamente nuestra naturaleza carnal. El beneficio de la Palabra es tanto para el que está fuera y necesita ser rescatado, como para los que, estando en Cristo, son seducidos por la carne para hacer el mal. “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22). Recibir la Palabra sembrada en el corazón es mucho más que leerla, creerla o intentar cumplirla. El verdadero hacedor de la Palabra es Cristo, y nadie puede sustituirlo. Solo quien está en Cristo puede dar fruto. Como enseñó Jesús en la parábola del sembrador, la semilla —es decir, la Palabra— al sembrarse en buena tierra (los que han sido renacidos) dará fruto. Pero observa que quien produce el fruto es la Palabra, no la tierra. El propósito de Dios no es que escuchemos la Palabra y luego nos pongamos a hacer obras por cuenta propia. Eso no es posible para los muertos espirituales. En Cristo, lo evidente es que al acercarnos a la Palabra, esta nos conduce a caminar en las obras que Él preparó de antemano. ¿Dónde está el engaño? En quienes piensan que 28 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago basta con oír la Palabra, pero también en quienes, al escucharla, intentan hacer las obras por sí mismos. “Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era” (Santiago 1:23-24). Santiago presenta el ejemplo de alguien que se mira en el espejo, pero al apartarse olvida cómo es. Mientras se contempla puede guardar una imagen clara, pero al dejar de mirarse, no puede recordar su rostro, porque ya no depende de su vista, sino de lo que la mente retiene. Así también, quienes se acercan a la Palabra pueden experimentar gozo, seguridad o paz mientras la oyen, pero al dejarla, manifiestan su naturaleza, incapaz de producir vida. “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Santiago 1:25). Quien está en Cristo puede mirarle a Él, y será Él quien lo guíe. “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha 29 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). La perseverancia es evidencia de una vida en Cristo, de quienes participan en las obras de Dios. No es bienaventurado por obrar, sino porque participa de la obra y pertenece a Cristo. “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1:26-27). Creerse religioso es pensar que se ha alcanzado la salvación —aunque muchos creen que pueden perderla—. ¿Quién engaña? El propio corazón engañoso. Por eso, si aún es él quien gobierna la vida de la persona, esta no podrá refrenar su lengua, porque “de la abundancia del corazón habla la boca”. La religión no es lo que se nos ha enseñado en cuanto a ritos, cultos o tradiciones visibles. La religión verdadera —lo que realmente es agradable a Dios— está ligada a lo que Él es: amor, y todo lo que este implica hacia el prójimo, especialmente hacia los más necesitados. 30 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago 31 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago CAPÍTULO 4 La acepción de personas Santiago 2:1-13 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre 32 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. C on el inicio del capítulo dos, Santiago introduce una nueva actitud que distingue a quienes están dirigidos por el sistema del mundo de aquellos que, en Cristo, pueden demostrar el carácter de Dios. “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas” (Santiago 2:1). Nuevamente se dirige a sus oyentes de forma cercana, como si estuviese hablando a miembros de la iglesia de Cristo: “Hermanos míos”. Lo natural en quienes viven en la fe de Jesucristo es no hacer acepción de personas, pero algo estaba 33 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago viendo Santiago —y aún vemos hoy en muchas congregaciones— que lo lleva a exhortarlos para que esto no ocurra. “Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?” (Santiago 2:2- 4). El ejemplo es muy didáctico, haciendo referencia a una actitud que se manifiesta en un lugar donde, en teoría, debería prevalecer lo correcto. ¿Por qué se trataría mejor a una persona con un anillo de oro —representando influencia o riqueza— que a un pobre mal vestido? Es evidente que el corazón tiende hacia quien es su amo. Y si ese amo es Mamón, verá en la persona con espléndidas ropas una oportunidad de provecho o influencia. Esta es la actitud del mundo, y en él no sorprende. 34 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Lo que resulta extraño es que, en un lugar donde se afirma estar sirviendo al Reino de los Cielos, se cometan estos juicios y distinciones entre personas. Santiago no está diciendo lo que debería hacerse, sino evidenciando lo que es natural en quienes están en Cristo. Si alguien no lo está, aunque se esfuerce en obedecer lo que se indica, seguirá actuando desde la carne, y eso no tiene ningún valor para Dios. Los “malos pensamientos” son la suma de una lógica terrenal, carnal y diabólica, que contamina el juicio y revela un corazón aún influenciado por el sistema del mundo. “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5). La naturaleza del Reino de Dios es completamente distinta a la del mundo. Dios se preocupa por los que no tienen, no por los que creen tenerlo todo. Como dijo Jesús: 35 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19). Santiago compara la naturaleza de amor del Reino de los Cielos con la del mundo, que desprecia a quienes más necesitan. “Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?” (Santiago 2:6). Santiago es muy directo: “vosotros habéis afrentado al pobre”. No habla en términos generales, sino con claridad y firmeza. Es probable que las congregaciones estuviesen ya contaminadas por la religiosidad del mundo, al punto de quedar ciegas ante lo que realmente estaba ocurriendo entre ellas. ¿Cómo no podían darse cuenta de que los ricos eran los instrumentos del mundo para oprimir y esclavizar? No se daban cuenta porque eran ciegos, no habían nacido de nuevo. 36 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Pretendían o aparentaban estar en Cristo, cuando en realidad aún pertenecían al mundo. “¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?” (Santiago 2:7). Santiago deja claro que esos ricos no estaban en la congregación por causa del Señor, pues su actitud era la de blasfemar contra Él. Otra evidencia del estado de necedad y esclavitud en el que se encontraban los que estaban siendo exhortados. “Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores” (Santiago 2:8-9). La paradoja es clara: pretendiendo estar en la ley, la incumplen al hacer acepción de personas. La ley no se puede cumplir fuera de Cristo; de hecho, es ella la que muestra el pecado. Quienes dicen estar en Cristo, pero siguen viviendo según el mundo, no pueden cumplir la ley. Y es precisamente esa ley la que los deja convictos de la posición en la que realmente están. 37 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago Santiago cita el mandamiento que Jesús usó para resumir la ley: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Para quien no ha sido renacido en Cristo, esto es imposible, porque sigue muerto en delitos y pecados. Entonces, si Santiago escribe a una congregación cristiana, ¿qué utilidad tienen estos versículos? La de mostrar, a través de la Palabra, la verdad que puede hacerlos libres. La mentira del mundo les ha hecho creer que están seguros en Cristo, mientras en realidad el mundo los utiliza desde dentro de las congregaciones para desviar a las personas del lugar donde Cristo puede alcanzarlas. “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley” (Santiago 2:10- 11). Esto es común en los que viven engañados por su propio corazón, creyendo que por cumplir algunos mandamientos están seguros, y minimizando otros 38 somoslaluz.com
somoslaluz.com/estudio-libro-santiago —como la acepción de personas— cuando en realidad están transgrediendo toda la ley. La evidencia no está en cumplir parte de la ley, sino en cumplirla toda, lo cual nadie puede lograr por sí mismo. Solo cuando el Espíritu convence al alma de su condición y de la imposibilidad de alcanzar la gracia por esfuerzo humano, es que Jesús entrega la gracia. “Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio” (Santiago 2:12-13). Santiago concluye esta sección con otra exhortación: Solo los que han renacido en Cristo podrán hablar y actuar como lo que aquí se describe. Lo contrario es señal clara de la necesidad de ser rescatados por Jesucristo para recibir el perdón de los pecados y la vida eterna. O se manifiesta la misericordia de Dios a través de Cristo, o, por mucho que se intente aparentarla, si no se ha recibido, el ser humano no puede producirla. 39 somoslaluz.com
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