1 / 29

PAPEL POTENCIAL DE LA PROTE NA DE SOJA EN LA PREVENCI N DE ENFERMEDADES CR NICAS Y EN LA DISMINUCI N DE LOS S NTOMAS MEN

British Heart Foundation Statistics Database 2000 . Principales Causas de Muerte en la Uni

Audrey
Download Presentation

PAPEL POTENCIAL DE LA PROTE NA DE SOJA EN LA PREVENCI N DE ENFERMEDADES CR NICAS Y EN LA DISMINUCI N DE LOS S NTOMAS MEN

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


    1. PAPEL POTENCIAL DE LA PROTEÍNA DE SOJA EN LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CRÓNICAS Y EN LA DISMINUCIÓN DE LOS SÍNTOMAS MENOPÁUSICOS Programa educativo* Desarrollado por Dupont Protein Technologies en cooperación con la American Soybean Association Este programa describe brevemente el papel potencial de la proteína de la soja con isoflavonas naturales (o, posiblemente, otros componentes bioactivos) y/o isoflavonas aisladas en la salud. Inicialmente aborda los descubrimientos científicos en las áreas de enfermedades crónicas, concretamente enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, osteoporosis y síntomas menopáusicos.Este programa describe brevemente el papel potencial de la proteína de la soja con isoflavonas naturales (o, posiblemente, otros componentes bioactivos) y/o isoflavonas aisladas en la salud. Inicialmente aborda los descubrimientos científicos en las áreas de enfermedades crónicas, concretamente enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, osteoporosis y síntomas menopáusicos.

    2. Aunque el CVD es la causa mayoritaria de muerte en muchas zonas del mundo, las tasas de mortalidad del CVD no son consistentes en las distintas áreas geográficas y culturales. Debido al aumento de la población de la tercera edad en Europa, y según las tendencias de prevalencia de determinadas enfermedades, se cree que el CVD continuará siendo la principal causa de muerte en Europa en los años próximos. El CVD causa cerca del doble de muertes que todos los tipos de cáncer juntos.Aunque el CVD es la causa mayoritaria de muerte en muchas zonas del mundo, las tasas de mortalidad del CVD no son consistentes en las distintas áreas geográficas y culturales. Debido al aumento de la población de la tercera edad en Europa, y según las tendencias de prevalencia de determinadas enfermedades, se cree que el CVD continuará siendo la principal causa de muerte en Europa en los años próximos. El CVD causa cerca del doble de muertes que todos los tipos de cáncer juntos.

    3. Las tendencias de muertes por CVD muestran un patrón preocupante. En la mayoría de los países del oeste y norte de Europa, que originalmente tenían las tasas de mortalidad más altas de CVD, ha habido una disminución de muertes por CVD en la población menor de 75 años, sobre todo en hombres. Esto ha sido causado por cambios favorables en los factores de riesgo comportacionales, debido principalmente a los programas de promoción de la salud a largo plazo. Por el contrario, se ha producido un incremento sustancial de las tasas de mortalidad por CVD en los países del este europeo, donde las tendencias en los factores de riesgo comportacionales son opuestas a los anteriormente citados. La diferencia en las tasas de mortalidad entre Japón, Alemania y EU es significativa, con medias más bajas en Japón. En la dieta tradicional asiática, la soja y otros alimentos que contienen soja son alimentos básicos en su dieta, no siendo el caso de la dieta occidental. Las tendencias de muertes por CVD muestran un patrón preocupante. En la mayoría de los países del oeste y norte de Europa, que originalmente tenían las tasas de mortalidad más altas de CVD, ha habido una disminución de muertes por CVD en la población menor de 75 años, sobre todo en hombres. Esto ha sido causado por cambios favorables en los factores de riesgo comportacionales, debido principalmente a los programas de promoción de la salud a largo plazo. Por el contrario, se ha producido un incremento sustancial de las tasas de mortalidad por CVD en los países del este europeo, donde las tendencias en los factores de riesgo comportacionales son opuestas a los anteriormente citados. La diferencia en las tasas de mortalidad entre Japón, Alemania y EU es significativa, con medias más bajas en Japón. En la dieta tradicional asiática, la soja y otros alimentos que contienen soja son alimentos básicos en su dieta, no siendo el caso de la dieta occidental.

    4. LA DIETA COMO CAUSA POTENCIAL DE LAS DIFERENCIAS EN LA PREVALENCIA DE CVD ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE La dieta tradicional asiática, comparada con la dieta occidental Es más baja en grasa Es más alta en fibra Incluye menos alimentos de origen animal y más alimentos de origen vegetal, incluída la proteína de soja, que contiene isoflavonas naturales como genisteína, daidzeína y gliciteína Es necesario considerar varios factores de influencia en el desarrollo de CVD cuando se buscan las diferencias entre los distintos países. Existe un creciente interés en el estudio de la dieta y estilo de vida como factores importantes que pueden suponer cambios significativos. Hay diferencias obvias entre los patrones alimentarios de occidente y oriente. La dieta tradicional asiática es más baja en grasa y más alta en fibra que la mayoría de las dietas occidentales. La cocina asiática incluye normalmente menos alimentos de origen animal-carne, pollo, productos lácteos y huevos- que los consumidos en occidente. Debido a que estas diferencias en los hábitos alimentarios pueden contribuir a las amplias variaciones de las tasas de mortalidad por CVD entre Oriente y Occidente, un creciente número de estudios se están centrando en los productos de la soja y los componentes de la proteína de la soja. La soja y sus productos derivados son alimentos de primera necesidad en la cocina tradicional asiática, y no se encuentran en las dietas occidentales (Messina et al. 1994). Los científicos han estudiado varios componentes de la proteína de la soja que pueden tener efectos potencialmente beneficiosos en la prevención de la enfermedad cardiovascular. Estos componentes son: aminoácidos, péptidos, fibra e isoflavonas (Potter 1998). Las isoflavonas que se encuentran de forma natural en la proteína de la soja han sido motivo de especial interés para los investigadores. Las isoflavonas son componentes naturales de las plantas y son una subcategoría de los fitoquímicos y fitoestrógenos. Las isoflavonas presentes en la soja son: genisteína, daidzeína y gliciteína.. Hay ser cautelosos al concluir que los efectos positivos son debidos exclusivamente a la presencia de fitoestrógenos en los alimentos. Los factores sociales y medioambientales también juegan un papel importante. Es necesario considerar varios factores de influencia en el desarrollo de CVD cuando se buscan las diferencias entre los distintos países. Existe un creciente interés en el estudio de la dieta y estilo de vida como factores importantes que pueden suponer cambios significativos. Hay diferencias obvias entre los patrones alimentarios de occidente y oriente. La dieta tradicional asiática es más baja en grasa y más alta en fibra que la mayoría de las dietas occidentales. La cocina asiática incluye normalmente menos alimentos de origen animal-carne, pollo, productos lácteos y huevos- que los consumidos en occidente. Debido a que estas diferencias en los hábitos alimentarios pueden contribuir a las amplias variaciones de las tasas de mortalidad por CVD entre Oriente y Occidente, un creciente número de estudios se están centrando en los productos de la soja y los componentes de la proteína de la soja. La soja y sus productos derivados son alimentos de primera necesidad en la cocina tradicional asiática, y no se encuentran en las dietas occidentales (Messina et al. 1994). Los científicos han estudiado varios componentes de la proteína de la soja que pueden tener efectos potencialmente beneficiosos en la prevención de la enfermedad cardiovascular. Estos componentes son: aminoácidos, péptidos, fibra e isoflavonas (Potter 1998). Las isoflavonas que se encuentran de forma natural en la proteína de la soja han sido motivo de especial interés para los investigadores. Las isoflavonas son componentes naturales de las plantas y son una subcategoría de los fitoquímicos y fitoestrógenos. Las isoflavonas presentes en la soja son: genisteína, daidzeína y gliciteína.. Hay ser cautelosos al concluir que los efectos positivos son debidos exclusivamente a la presencia de fitoestrógenos en los alimentos. Los factores sociales y medioambientales también juegan un papel importante.

    5. EFECTOS POTENCIALES DE LA PROTEÍNA DE LA SOJA* SOBRE CVD Y SUS FACTORES DE RIESGO Efectos sobre los lípidos/lipoproteínas Concentraciones plasmáticas Efecto antioxidante Efectos sobre las plaquetas y otros componentes del mecanismo de coagulación Efectos sobre las arterias y la aterosclerosis Papel en la distensibilidad arterial sistémica y reactividad vascular de los vasos Efecto en el desarrollo de la aterosclerosis Muchos de los estudios actuales investigan los posibles efectos del consumo de soja sobre el riesgo de enfermedad CVD. Se ha estudiado la proteína de soja aislada con isoflavonas naturales; así como las isoflavonas específicas. Es importante recordar que los resultados positivos encontrados en los estudios que usaban proteína de soja con isoflavonas naturales pueden ser debidos en parte a otros componentes bioactivos, que se encuentran junto con las isoflavonas, pero son distintos a éstas. Las áreas de mayor interés para evaluar los posibles efectos de la proteína de la soja con isoflavonas naturales o de isoflavonas aisladas se centran en el estudio de: Las concentraciones de lípidos y lipoproteínas, La posible actividad antioxidante, La distensibilidad arterial, La reactividad de las arterias, y El desarrollo de la aterosclerosis.Muchos de los estudios actuales investigan los posibles efectos del consumo de soja sobre el riesgo de enfermedad CVD. Se ha estudiado la proteína de soja aislada con isoflavonas naturales; así como las isoflavonas específicas. Es importante recordar que los resultados positivos encontrados en los estudios que usaban proteína de soja con isoflavonas naturales pueden ser debidos en parte a otros componentes bioactivos, que se encuentran junto con las isoflavonas, pero son distintos a éstas. Las áreas de mayor interés para evaluar los posibles efectos de la proteína de la soja con isoflavonas naturales o de isoflavonas aisladas se centran en el estudio de: Las concentraciones de lípidos y lipoproteínas, La posible actividad antioxidante, La distensibilidad arterial, La reactividad de las arterias, y El desarrollo de la aterosclerosis.

    6. EFECTOS POTENCIALES DE LA PROTEÍNA DE SOJA EN LOS LÍPIDOS SÉRICOS Y LIPOPROTEÍNAS Un meta-análisis de 38 estudios mostró que el consumo de proteína de soja, comparado con dietas control Disminuía el colesterol total en 23.2 mg/dl (9.3%)* Disminuía el colesterol LDL en 21.7 mg/dl (12.9%)* Disminuía los triglicéridos en 13.3 mg/dl (10.5%)* Incrementaba el colesterol HDL en 1.2 mg/dl (2.4%) Probablemente el mayor responsable de que saliera a la luz los beneficiosos potenciales para la salud de la soja fue el Dr. Jaames W. Anderson y colaboradores al publicar en Agosto de 1995, en New England Journal of Medicine, los resultados de un meta-análisis .La aplicación de una metodología especial permitió a los investigadores combinar los hallazgos de estudios más pequeños que investigaban los efectos de la proteína de soja en los lípidos séricos de humanos. Se considerarn un total de 38 estudios, 34 realizados en hombres y mujeres adultos y 4 en niños. El meta-análisis mostró que el consumo de proteína de soja (tanto proteína de soja aislada o texturizada, con una media de 47 gramos/día) estaba asociado con un Descenso del colesterol total de 23.2 mg/dl (95% CI: -32.9 a -13.5), -9.3%; 730 pacientes Descenso del colesterol LDL de 21.7 mg/dl (95% CI: -31.7 a -11.2), -12.9%; 564 pacientes Descenso en los triglicéridos de 13.3 mg/dl (95% CI: -25.7 a -0.3), -10.5%; 628 pacientes y Incremento no estadísticamente significativo del colesterol HDL de 1.2 mg/dL (95% CI: -3.1 a + 5.4), + 2.4%, 551 pacientes.Probablemente el mayor responsable de que saliera a la luz los beneficiosos potenciales para la salud de la soja fue el Dr. Jaames W. Anderson y colaboradores al publicar en Agosto de 1995, en New England Journal of Medicine, los resultados de un meta-análisis .La aplicación de una metodología especial permitió a los investigadores combinar los hallazgos de estudios más pequeños que investigaban los efectos de la proteína de soja en los lípidos séricos de humanos. Se considerarn un total de 38 estudios, 34 realizados en hombres y mujeres adultos y 4 en niños. El meta-análisis mostró que el consumo de proteína de soja (tanto proteína de soja aislada o texturizada, con una media de 47 gramos/día) estaba asociado con un Descenso del colesterol total de 23.2 mg/dl (95% CI: -32.9 a -13.5), -9.3%; 730 pacientes Descenso del colesterol LDL de 21.7 mg/dl (95% CI: -31.7 a -11.2), -12.9%; 564 pacientes Descenso en los triglicéridos de 13.3 mg/dl (95% CI: -25.7 a -0.3), -10.5%; 628 pacientes y Incremento no estadísticamente significativo del colesterol HDL de 1.2 mg/dL (95% CI: -3.1 a + 5.4), + 2.4%, 551 pacientes.

    7. EFECTOS POTENCIALES DE LAS PROTEÍNAS DE SOJA CON ISOFLAVONAS Y/O ISOFLAVONAS AISLADAS EN LOS LÍPIDOS SÉRICOS ¿La reducción de los niveles de colesterol es causado unicamente por la proteína de soja o por las isoflavonas que contien? La proteína de soja que contiene de forma naturtal isoflavonas disminuye el colesterol total y el LDL-colesterol 1, 2 La proteína de soja sin isoflavonas no disminuye significativamente el colesterol total ni el LDL-colesterol 2 ¿La reducción de colesterol es debida unicamente a la presencia de isoflavonas? Extractos de isoflavonas de soja (en comprimidos) no tuvieron efecto en las concentraciones de lípidos plasmáticos de mujeres hipercolesteromiantes3 Es necesario contestar a una serie de preguntas básicas respecto a la asociación de las isoflavonas de la soja y la disminución de los lípidos séricos. Potter y colaboradores realizaron un estudio en mujeres postmenopáusicas evaluando el efecto de dos tipos de dietas con proteínasde soja aislada (40 gramos) conteniendo distintas concentracionesde isoflavonas(1.39 y 2.25 mg por gramo de proteína) y su comparción con una dieta placebo (40 gramos de caseina y leche desnatada en polvo). Las dietas con isoflavonas , en comparación con la dieta control, produjeron una disminucón del colesterol LDL (P<0.05) y un aumaento significativo del colecterol HDL (P<0.05). Crouse y colaboradores realizaron un estudio en el cual se administraba suplementos dietéticos diarios a diversos individuos, conteniendo 25 gramos de caseica (proteína láctea), 25 gramos de proteínas de soja con 3, 27, 37, o 62 mg de isoflavonas naturales. Los resultados mostraron que la proteína de soja con mayores niveles de isoflavonas producía una reducción del colesterol total y LDL.Así, al aumentar los niveles de isoflavonas en la proteína de soja los niveles de colesterol sanguíneo disminuían. La proteína de soja con niveles traza de isoflavonas (3 mg) no produjo una reducción significativa de los niveles de colesterol total ni LDL. Los autores concluyen que la proteína de soja aislada con 62 mg de isoflavonas produce una reducción del colesterol total y LDL mayor que aque que únicamente contiene isoflavonas a niveles traza. Nestel y colaboradores estudiaron el efecto de las isoflavonas extraidas de harina de soja, en los niveles de lipoproteínas plasmáticas en mujeres perimenopáusicas y menopáusicas. A las mujeres se les administró 80 mg de isoflavonas (conteniendo 45 mg de genisteína) durante dos periodos de 5 semanas y un placebo por un periodo de 5 semanas. Este estudio demostró que que las isoflavonas extraídas y administradas en comprimidos no tuvieron efecto significativo en los niveles de lipoproteínas plasmáticas. Estos estudios sugieren que - La proteína de soja con isoflavonas naturales mejora las concentraciones de lipoproteínas. La proteína de soja sin isoflavonas no produce ninguna mejora en la concentración de lipoproteínas, y Las isoflavonas (en comprimidos) sin proteína de soja no mejoran las niveles de lipoproteínas. Esto significa que los efectos beneficiosos atribuídos a las isoflavonas deben ser causados por la presencia de otros compuestos bioactivos u otros componentes (aminoácidos, péptidos, etc) presentes en la proteína de soja. Estos componentes pueden actuar independientemente o en combinación con las isoflavonas de la soja. Es necesario realizar más investigaciones en este aspecto. Es necesario contestar a una serie de preguntas básicas respecto a la asociación de las isoflavonas de la soja y la disminución de los lípidos séricos. Potter y colaboradores realizaron un estudio en mujeres postmenopáusicas evaluando el efecto de dos tipos de dietas con proteínasde soja aislada (40 gramos) conteniendo distintas concentracionesde isoflavonas(1.39 y 2.25 mg por gramo de proteína) y su comparción con una dieta placebo (40 gramos de caseina y leche desnatada en polvo). Las dietas con isoflavonas , en comparación con la dieta control, produjeron una disminucón del colesterol LDL (P<0.05) y un aumaento significativo del colecterol HDL (P<0.05). Crouse y colaboradores realizaron un estudio en el cual se administraba suplementos dietéticos diarios a diversos individuos, conteniendo 25 gramos de caseica (proteína láctea), 25 gramos de proteínas de soja con 3, 27, 37, o 62 mg de isoflavonas naturales. Los resultados mostraron que la proteína de soja con mayores niveles de isoflavonas producía una reducción del colesterol total y LDL.Así, al aumentar los niveles de isoflavonas en la proteína de soja los niveles de colesterol sanguíneo disminuían. La proteína de soja con niveles traza de isoflavonas (3 mg) no produjo una reducción significativa de los niveles de colesterol total ni LDL. Los autores concluyen que la proteína de soja aislada con 62 mg de isoflavonas produce una reducción del colesterol total y LDL mayor que aque que únicamente contiene isoflavonas a niveles traza. Nestel y colaboradores estudiaron el efecto de las isoflavonas extraidas de harina de soja, en los niveles de lipoproteínas plasmáticas en mujeres perimenopáusicas y menopáusicas. A las mujeres se les administró 80 mg de isoflavonas (conteniendo 45 mg de genisteína) durante dos periodos de 5 semanas y un placebo por un periodo de 5 semanas. Este estudio demostró que que las isoflavonas extraídas y administradas en comprimidos no tuvieron efecto significativo en los niveles de lipoproteínas plasmáticas. Estos estudios sugieren que - La proteína de soja con isoflavonas naturales mejora las concentraciones de lipoproteínas. La proteína de soja sin isoflavonas no produce ninguna mejora en la concentración de lipoproteínas, y Las isoflavonas (en comprimidos) sin proteína de soja no mejoran las niveles de lipoproteínas. Esto significa que los efectos beneficiosos atribuídos a las isoflavonas deben ser causados por la presencia de otros compuestos bioactivos u otros componentes (aminoácidos, péptidos, etc) presentes en la proteína de soja. Estos componentes pueden actuar independientemente o en combinación con las isoflavonas de la soja. Es necesario realizar más investigaciones en este aspecto.

    8. OTROS EFECTOS POTENCIALMENTE ANTIATEROGÉNICOS DE LA PROTEÍNA DE SOJA QUE CONTIENE ISOFLAVONAS Y/O DE LAS ISOFLAVONAS AISLADAS Efectos antioxidantes – Estudios In vitro del efecto de las isoflavonas de la soja y sus metabolitos en la oxidación del colecterol-LDL 1, 2 Estudios In vitro del efecto de consumo de proteína de soja con isoflavonas en la oxidación del colesterol-LDL 3 Estudio In vivo que muestra la disminución de los niveles de oxidación de los lípidos en las arterias de primates alimentados con proteína de soja con isoflavonas 4 Está ampliamente aceptado que la forma oxidadad del colesterol LDL es altamente aterogénica, lo cual sugiere que los antioxidantes pueden tener un efecto preventivo de la alteración cardiovascular CVD. Kapiotis y colaboradores llevaron a cabo un estudio in vitro en el cual encontraron que la genisteina inhibía la oxidación del colesterol LDL en presencia de iones de cobre o radicales superróxido u óxido nítrico. Hodgson y colaboradores encontraron que la genisteína, daizeina y los metabolitos de daizeina equola y O-Demetilangolesina (O-DMA) inhibian in vitro la oxidación de lipoproteínas séricas inducida por cobre. Tikkanen y colaboradores realizaron un estudio en el que 6 voluntarios sanos consumieron 3 barras de proteínas de soja por día durante 2 semanas. Cada barra contenía 12 mg de genisteina y 7 mg de daizeina. El colesterol LDL sérico de cada individuo fue sometido a in vitro oxidación mediada por cobre. Los investigadores encontraron que el consumo de proteína de soja con isoflavonas retrasa la curva de oxidación del colesterol LDL al menos durante 20 minutos (P?0.02), lo que significa una reducción en la susceptibilidad a la oxidación. Wagner y colaboradores realizaron un estudio en el que alimentaron vía enteral a monos hembras postmenopáusicas con proteína de soja conteniendo isoflavonas o con lactoalbúmina durante 7 meses. La mitad de cada uno de estos grupos, además recivió tratamiento con estradiol micronizado 17 ß. Y encontraron que la perioxidación lipídica arterial (medida por la aorta abdominal) fue menor en los grupos alimentados con proteína de soja. Está ampliamente aceptado que la forma oxidadad del colesterol LDL es altamente aterogénica, lo cual sugiere que los antioxidantes pueden tener un efecto preventivo de la alteración cardiovascular CVD. Kapiotis y colaboradores llevaron a cabo un estudio in vitro en el cual encontraron que la genisteina inhibía la oxidación del colesterol LDL en presencia de iones de cobre o radicales superróxido u óxido nítrico. Hodgson y colaboradores encontraron que la genisteína, daizeina y los metabolitos de daizeina equola y O-Demetilangolesina (O-DMA) inhibian in vitro la oxidación de lipoproteínas séricas inducida por cobre. Tikkanen y colaboradores realizaron un estudio en el que 6 voluntarios sanos consumieron 3 barras de proteínas de soja por día durante 2 semanas. Cada barra contenía 12 mg de genisteina y 7 mg de daizeina. El colesterol LDL sérico de cada individuo fue sometido a in vitro oxidación mediada por cobre. Los investigadores encontraron que el consumo de proteína de soja con isoflavonas retrasa la curva de oxidación del colesterol LDL al menos durante 20 minutos (P?0.02), lo que significa una reducción en la susceptibilidad a la oxidación. Wagner y colaboradores realizaron un estudio en el que alimentaron vía enteral a monos hembras postmenopáusicas con proteína de soja conteniendo isoflavonas o con lactoalbúmina durante 7 meses. La mitad de cada uno de estos grupos, además recivió tratamiento con estradiol micronizado 17 ß. Y encontraron que la perioxidación lipídica arterial (medida por la aorta abdominal) fue menor en los grupos alimentados con proteína de soja.

    9. OTROS EFECTOS POTENCIALMENTE ANTIATEROGÉNICOS DE LA PROTEÍNA DE SOJA CON ISOFLAVONAS Y/O ISOFLAVONAS AISLADAS Efectos en las arterias y en la aterosclerosis Mejora la reactividad de las arterias coronarias in monos rhesus hembras 1 Mejora la extensibilidad arterial en mujeres premenopáusicas y menopáusicas 2 Reduce la extensión de la aterosclerosis en primates machos 3 También han sido investigados otros factores que pueden afectar potencialmente al desarrollo de CVD. Así, Honoré y colaboradores estudiaron la respuesta de las arterias en monos tras la administración de acetilcolina. Aunque normalmente la acetilcolina produce la dilatación de las arterias, en el caso de arterias con aterosclerosis la respuesta es la contraria, una contracción. Esto tiene importancia ya que la dificultad de dilatación del endoltelio de arterias ateroscleróticas puede causar espasmos e infarto de miocardio. Los investigadores vieron que las arterias ateroscleróticas de hembras de monos en estado peripuberal que recibieron una dieta con proteína de soja con isoflavonas durante 6 meses, tuvieron una dilatación frente a acetilcolina del 6.4% (± 2.8%, media ± SEM). Sin embargo, las arterias de monos hembras y machos que consumieron proteina de soja con isoflavonas y sin isoflavonas, se contrajeron tras la administración de acetilcolina. La administración intravenosa de genisteína a los monos hembra que habían consumido previamente proteína de soja sin isoflavonas, produjo una dilatación del 3.3% (2.8%, media ± SEM) en las arterias anteriormente contraidas. En el estudio anteriormente mencionado realizado por Nestel y colaboradores, en el cual se administraban isoflavonas en comprimidos a mujeres perimenopáusicas y menopáusicas, se encontró que las isoflavonas de soja mejoraban significativamente la distensibilidad arterial sistémica. Sin embargo, los extractos de isoflavonas no produjeron ningún cambio en la presión arteral ni en la oxidación del colesterol LDL in vitro. Anthony y colaboradores realizaron un estudio sobre la aterosclerosis en tres grupos de monos machos que habían seguido una dieta aterogénica idéntica excepto en la fuente proteíca. Uno de los grupos recibió caseina/lactoalbúmina, el segundo grupo extractos de proteína de soja con sus isoflavonas y el tercer grupo extracto de proteína de soja con niveles traza de isoflavonas. La autopsia demostró que aquello monos que habían recibido proteína de soja con isoflavonas naturales presentaban un 90% menos incidencia de aterosclerosis que el grupo alimentado con caseina y un 50% menos que los alimentados con proteína de soja sin isoflavonas. También han sido investigados otros factores que pueden afectar potencialmente al desarrollo de CVD. Así, Honoré y colaboradores estudiaron la respuesta de las arterias en monos tras la administración de acetilcolina. Aunque normalmente la acetilcolina produce la dilatación de las arterias, en el caso de arterias con aterosclerosis la respuesta es la contraria, una contracción. Esto tiene importancia ya que la dificultad de dilatación del endoltelio de arterias ateroscleróticas puede causar espasmos e infarto de miocardio. Los investigadores vieron que las arterias ateroscleróticas de hembras de monos en estado peripuberal que recibieron una dieta con proteína de soja con isoflavonas durante 6 meses, tuvieron una dilatación frente a acetilcolina del 6.4% (± 2.8%, media ± SEM). Sin embargo, las arterias de monos hembras y machos que consumieron proteina de soja con isoflavonas y sin isoflavonas, se contrajeron tras la administración de acetilcolina. La administración intravenosa de genisteína a los monos hembra que habían consumido previamente proteína de soja sin isoflavonas, produjo una dilatación del 3.3% (2.8%, media ± SEM) en las arterias anteriormente contraidas. En el estudio anteriormente mencionado realizado por Nestel y colaboradores, en el cual se administraban isoflavonas en comprimidos a mujeres perimenopáusicas y menopáusicas, se encontró que las isoflavonas de soja mejoraban significativamente la distensibilidad arterial sistémica. Sin embargo, los extractos de isoflavonas no produjeron ningún cambio en la presión arteral ni en la oxidación del colesterol LDL in vitro. Anthony y colaboradores realizaron un estudio sobre la aterosclerosis en tres grupos de monos machos que habían seguido una dieta aterogénica idéntica excepto en la fuente proteíca. Uno de los grupos recibió caseina/lactoalbúmina, el segundo grupo extractos de proteína de soja con sus isoflavonas y el tercer grupo extracto de proteína de soja con niveles traza de isoflavonas. La autopsia demostró que aquello monos que habían recibido proteína de soja con isoflavonas naturales presentaban un 90% menos incidencia de aterosclerosis que el grupo alimentado con caseina y un 50% menos que los alimentados con proteína de soja sin isoflavonas.

    10. CÁNCER Las estadísticas sobre el cáncer muestran que – En Alemania, en 1997,se diagnosticaron 338,300 casos nuevos de cáncer , con 210,090 muertes En Alemania, el cáncer de mama y de próstata son los más habituales y es la principal causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres Se estima que en 1997, sólo en Alemania, ha habido 340,000 casos nuevos de cáncer. La oficina alemana de registros de cáncer “Arbeitsgemeinschaft Bevölkerungsbezogener Krebsregister“durante 1997 registró aproximadamente 210,000 muertes. El cáncer de próstata es el segundo cáncer más habitual en hombres y la tercera causa por muerte de cáncer en Alemania.Se estima que en 1997, sólo en Alemania, ha habido 340,000 casos nuevos de cáncer. La oficina alemana de registros de cáncer “Arbeitsgemeinschaft Bevölkerungsbezogener Krebsregister“durante 1997 registró aproximadamente 210,000 muertes. El cáncer de próstata es el segundo cáncer más habitual en hombres y la tercera causa por muerte de cáncer en Alemania.

    11. CASOS DE CÁNCER EN ALEMANIA (1997) Se considera como cáncer todas las nuevas formaciones de tejidos malignos, incluyendo linfomas y leucemia. Sin embargo, según acuerdos internacionales, el cáncer de piel - con la excepción del melanoma maligno, está excluido de esta definición. Aproximadamente 164.900 hombres y 173.400 mujeres padecen de cáncer cada año en Alemania. La media de edad es de 65.6 años en hombres y de 67.2 años en mujeres. La tasa de incidencia estimada para hombres en Alemania se asemeja a la media europea. Bélgica, Italia, Países Bajos, Luxemburgo y Francia tienen las mayores tasas de incidencia en hombres (incidencia es el número de casos nuevos de una enfermedad en una población durante un cierto intervalo de tiempo, generalmente un año; se calcula como un tasa, por ejemplo, por 100.000 personas de una población.) La tasa de incidencia estimada para mujeres en Alemania es alrededor de un 6% menor que la media europea. Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Gran Bretaña, Irlanda y Finlandia poseen las mayores tasas de enfermedad por cáncer. Mientras que, Francia, Portugal, España y Grecia tienen las tasas de incidencia más bajas.Se considera como cáncer todas las nuevas formaciones de tejidos malignos, incluyendo linfomas y leucemia. Sin embargo, según acuerdos internacionales, el cáncer de piel - con la excepción del melanoma maligno, está excluido de esta definición. Aproximadamente 164.900 hombres y 173.400 mujeres padecen de cáncer cada año en Alemania. La media de edad es de 65.6 años en hombres y de 67.2 años en mujeres. La tasa de incidencia estimada para hombres en Alemania se asemeja a la media europea. Bélgica, Italia, Países Bajos, Luxemburgo y Francia tienen las mayores tasas de incidencia en hombres (incidencia es el número de casos nuevos de una enfermedad en una población durante un cierto intervalo de tiempo, generalmente un año; se calcula como un tasa, por ejemplo, por 100.000 personas de una población.) La tasa de incidencia estimada para mujeres en Alemania es alrededor de un 6% menor que la media europea. Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Gran Bretaña, Irlanda y Finlandia poseen las mayores tasas de enfermedad por cáncer. Mientras que, Francia, Portugal, España y Grecia tienen las tasas de incidencia más bajas.

    12. TASAS DE MORTALIDAD POR CÁNCER EN ALEMANIA 1997 Esta figura muestra las tasas de mortalidad por tipo de cáncer en Alemania, durante 1997. Las mujeres presentaron los siguientes tipos de cáncer y porcentajes de mortalidad: Mama: 17.9 % Intestino: 15.7 % Leucemia: 7.8 % Estómago: 6.7 % Páncreas: 5.8 % Los hombres presentaron los siguientes tipos de cáncer y porcentajes de mortalidad : Pulmón: 26.4 % Intestino: 12.7 % Próstata: 10.6 % Leucemia: 7.2 % Estómago: 6.8 % Páncreas: 5.0 %Esta figura muestra las tasas de mortalidad por tipo de cáncer en Alemania, durante 1997. Las mujeres presentaron los siguientes tipos de cáncer y porcentajes de mortalidad: Mama: 17.9 % Intestino: 15.7 % Leucemia: 7.8 % Estómago: 6.7 % Páncreas: 5.8 % Los hombres presentaron los siguientes tipos de cáncer y porcentajes de mortalidad : Pulmón: 26.4 % Intestino: 12.7 % Próstata: 10.6 % Leucemia: 7.2 % Estómago: 6.8 % Páncreas: 5.0 %

    13. TASAS DE MORTALIDAD* POR CÁNCER DE MAMA† Y PRÓSTATA EN ESTADOS UNIDOS, REINO UNIDO, Y JAPÓN Esta gráfica muestra las tasas de mortalidad, ajustadas a la edad, por cáncer de mama (en mujeres) y por cáncer de próstata en hombres de Estados Unidos, Reino Unido y Japón. Es obvio que las tasas de mortalidad de estos dos cánceres dependientes de hormonas son mucho más bajas en Japón que en ninguno de los otros países occidentales. Las mujeres japonesas tienen una tasa de mortalidad de cáncer de mama de alrededor de un tercio de la tasa de las mujeres americanas. Los hombres japoneses tienen una tasa de mortalidad por cáncer de próstata menor a un cuarto de la tasa de los hombres americanos. Sin embargo, las tasas de mortalidad más bajas no pueden ser debidas únicamente al consumo de soja en Japón. Existen otros muchos factores que pueden desempeñar un papel en este aspecto – por ejemplo otros factores nutricionales, metabolitos y condiciones medioambientales y socio-culturales (Arnal-Schnebelen, 2001). Durante los últimos 20 años la incidencia del cáncer de mama en Alemania, así como en otros países de la UE, ha mostrado una tendencia al alza. Aproximadamente 46,000 mujeres padecen de cáncer de mama cada año en Alemania, siendo 17,000 menores de 60 años. El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres y es responsable del 18% de las muertes en éstas. La media de edad se encuentra en los 63.5 años. La tasa de incidencia del cáncer de próstata en Alemania es similar a la media europea. Las medias más altas se encuentran en Suecia, Finlandia, Países Bajos y Austria y las más bajas se encuentran en Grecia, Italia, España y Portugal. Al ser comparaciones internacionales hay que tener en cuenta la influencia de los distintos métodos de diagnóstico empleados para obtener las tasas de incidencia.Esta gráfica muestra las tasas de mortalidad, ajustadas a la edad, por cáncer de mama (en mujeres) y por cáncer de próstata en hombres de Estados Unidos, Reino Unido y Japón. Es obvio que las tasas de mortalidad de estos dos cánceres dependientes de hormonas son mucho más bajas en Japón que en ninguno de los otros países occidentales. Las mujeres japonesas tienen una tasa de mortalidad de cáncer de mama de alrededor de un tercio de la tasa de las mujeres americanas. Los hombres japoneses tienen una tasa de mortalidad por cáncer de próstata menor a un cuarto de la tasa de los hombres americanos. Sin embargo, las tasas de mortalidad más bajas no pueden ser debidas únicamente al consumo de soja en Japón. Existen otros muchos factores que pueden desempeñar un papel en este aspecto – por ejemplo otros factores nutricionales, metabolitos y condiciones medioambientales y socio-culturales (Arnal-Schnebelen, 2001). Durante los últimos 20 años la incidencia del cáncer de mama en Alemania, así como en otros países de la UE, ha mostrado una tendencia al alza. Aproximadamente 46,000 mujeres padecen de cáncer de mama cada año en Alemania, siendo 17,000 menores de 60 años. El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres y es responsable del 18% de las muertes en éstas. La media de edad se encuentra en los 63.5 años. La tasa de incidencia del cáncer de próstata en Alemania es similar a la media europea. Las medias más altas se encuentran en Suecia, Finlandia, Países Bajos y Austria y las más bajas se encuentran en Grecia, Italia, España y Portugal. Al ser comparaciones internacionales hay que tener en cuenta la influencia de los distintos métodos de diagnóstico empleados para obtener las tasas de incidencia.

    14. COMPONENTES DE LA SOJA SELECCIONADOS POR SUS POTENCIALES EFECTOS ANTICANCERÍGENOS Inhibidor Bowman-Birk (BBI)1 – Estudios modelos de experimentación animal demuestran que el BBI reduce la carcinogénesis El BBI previene y suprime las transformaciones malignas in vitro y la carcinogénesis in vivo Isoflavonas de la soja2 Los científicos han investigado las diferencias en la dieta entre Japón y los países de occidente para intentar explicar las variaciones de las tasas de mortalidad por cáncer. Se han estudiado cierto número de componentes de la soja por su potencial actividad anticancerígena. Los investigadores se han centrado en el estudio del ácido fítico, saponinas, fitoesteroles, ácidos fenólicos, inhibidores de la proteasa e isoflavonas de la soja (Messina, Messina 1991). Los dos últimos componentes requieren especial mención. Los investigadores mostraron que ciertos inhibidores de las proteasas son efectivos como agentes anticarcinogénicos. Kennedy informó que el inhibidor Bowman-Birk encontrado en la soja era efectivo en la carcinogénesis in vivo (estudio animal) (Kennedy, 1995). Sin embargo, muchas de las recientes investigaciones sobre la potencial actividad anticancerígena de la soja, se han centrado en las isoflavonas encontradas en la soja (Adlercreutz et al. 1995). Los científicos han investigado las diferencias en la dieta entre Japón y los países de occidente para intentar explicar las variaciones de las tasas de mortalidad por cáncer. Se han estudiado cierto número de componentes de la soja por su potencial actividad anticancerígena. Los investigadores se han centrado en el estudio del ácido fítico, saponinas, fitoesteroles, ácidos fenólicos, inhibidores de la proteasa e isoflavonas de la soja (Messina, Messina 1991). Los dos últimos componentes requieren especial mención. Los investigadores mostraron que ciertos inhibidores de las proteasas son efectivos como agentes anticarcinogénicos. Kennedy informó que el inhibidor Bowman-Birk encontrado en la soja era efectivo en la carcinogénesis in vivo (estudio animal) (Kennedy, 1995). Sin embargo, muchas de las recientes investigaciones sobre la potencial actividad anticancerígena de la soja, se han centrado en las isoflavonas encontradas en la soja (Adlercreutz et al. 1995).

    15. EFECTOS POTENCIALES DE LA PROTEÍNA DE SOJA Y/O DE LAS ISOFLAVONAS SOBRE CIERTOS CÁNCERES Estudios en animales – 17 de los 26 (65%) estudios en animales revisados por Messina et al. determinaron que la proteína de soja o las isoflavonas tienen un efecto protector contra el desarrollo de varios cánceres; ninguno de estos estudios mostró que la ingesta de soja incrementara el desarrollo de tumores Estudios en hombres – Algunos estudios sugieren que tienen efecto protector tanto en el cánceres dependientes de hormonas como en los no dependientes Datos epidemiológicos algo inconsistentes, posiblemente relacionados con el tipo de alimento de soja En 1994 , Messina y colaboradores publicaron una revisión de diversos estudios in vitro e in vivo que relacionaban la ingesta de soja y el riesgo de cáncer. Cuando revisaron 26 estudios en animales usando proteína de soja, encontraron que 17, es decir el 65%, mostraban un efecto protector frente al cáncer. Una limitación importante de estos estudios es que alguno de ellos fueron llevados a cabo antes de que los científicos se dieran cuenta de la potencial actividad biológica de las isoflavonas. Algunos de ellos podrían haber utilizado ingredientes de soja procesados usando métodos que pudieran quitar estas isoflavonas y otros componentes potenciales bioactivos. Messina y colaboradores encontraron algo inconsistentes los resultados cuando revisaron 40 estudios epidemiológicos. El autor señaló que dado que estos estudios no fueron inicialmente diseñados para medir la ingesta de soja, los datos deberían ser tomados con cautela. Algunos de estos estudios sugieren que la proteína de soja puede tener un efecto protector tanto en los cánceres dependientes de hormonas como en los no dependientes. Hubo evidencias de que los alimentos de soja no fermentados fueron más protectores que los productos fermentados. Desde que esta revisión por Messina y colaboradores fue publicada, el número de estudios que investigan los efectos potenciales de las isoflavonas sobre varios cánceres se han incrementado notablemente. En 1994 , Messina y colaboradores publicaron una revisión de diversos estudios in vitro e in vivo que relacionaban la ingesta de soja y el riesgo de cáncer. Cuando revisaron 26 estudios en animales usando proteína de soja, encontraron que 17, es decir el 65%, mostraban un efecto protector frente al cáncer. Una limitación importante de estos estudios es que alguno de ellos fueron llevados a cabo antes de que los científicos se dieran cuenta de la potencial actividad biológica de las isoflavonas. Algunos de ellos podrían haber utilizado ingredientes de soja procesados usando métodos que pudieran quitar estas isoflavonas y otros componentes potenciales bioactivos. Messina y colaboradores encontraron algo inconsistentes los resultados cuando revisaron 40 estudios epidemiológicos. El autor señaló que dado que estos estudios no fueron inicialmente diseñados para medir la ingesta de soja, los datos deberían ser tomados con cautela. Algunos de estos estudios sugieren que la proteína de soja puede tener un efecto protector tanto en los cánceres dependientes de hormonas como en los no dependientes. Hubo evidencias de que los alimentos de soja no fermentados fueron más protectores que los productos fermentados. Desde que esta revisión por Messina y colaboradores fue publicada, el número de estudios que investigan los efectos potenciales de las isoflavonas sobre varios cánceres se han incrementado notablemente.

    16. POTENCIALES EFECTOS ANTICANCERÍGENOS DE LAS ISOFLAVONAS DE SOJA Inhibición de la tirosina quinasa1 - 3 Efectos hormonales4, 5 La acción de la tirosina quinasa es esencial para la transmisión de señales en cascada estimulada por algunos factores de crecimiento implicados en el desarrollo de ciertos cánceres. Este concepto ha llevado a los científicos a investigar los beneficios potenciales de los inhibidores de la tirosina quinasa, como agentes preventivos en el cáncer. La genisteína se ha mostrado como un potente inhibidor de la tirosina quinasa in vitro (Akiyama et al. 1987, Peterson and Barnes 1996, Barnes 1998). Akiyama y colaboradores demostraron que la genisteína es un inhibidor altamente específico de la tirosina quinasa, pero apenas inhibe la actividad de la serina quinasa y treonina quinasa, así como otras enzimas relacionadas análogamente con el ATP in vitro. Sin embargo, Peterson y Barnes llevaron a cabo experimentos en los cuales descubrieron que aunque la genisteína inhibía el crecimiento de las células del cáncer de mama en el cultivo, no producía una gran inhibición de la actividad de la tirosina quinasa. Este estudio sugiere que la función de la genisteína como inhibidor de la tirosina quinasa no podría explicar su potencial actividad anticancerígena. Estudios epidemiológicos sugieren que el consumo de soja puede estar asociado a un descenso de ciertos cánceres, incluyendo los cánceres dependientes de hormonas como el de mama o el de próstata. Lu et al. alimentaron durante un mes a seis mujeres sanas con leche de soja, empezando dentro de los seis días siguientes al comienzo de su menstruación. Vieron que el consumo de leche de soja que contenía ~100 mg de genisteína y ~100 mg de daidzeína por día disminuía los niveles del 17ß-estradiol sérico e incrementaban la duración del ciclo menstrual. Los autores concluyeron que estos efectos pueden tenerse en cuenta, al menos en parte, en el descenso del riesgo de cáncer de mama asociado con el consumo de soja. En una revisión de los mecanismos potenciales, por los cuales las isoflavonas tendrían efectos protectores contra el cáncer, Adlercreutz comentó que parecía que las isoflavonas estimulaban la síntesis dela proteína transportadora de hormonas sexuales o o SHBG. Altos niveles de SHBG disminuyeron los porcentajes del estradiol y testosterona libre y redujeron la biodisponibilidad.La acción de la tirosina quinasa es esencial para la transmisión de señales en cascada estimulada por algunos factores de crecimiento implicados en el desarrollo de ciertos cánceres. Este concepto ha llevado a los científicos a investigar los beneficios potenciales de los inhibidores de la tirosina quinasa, como agentes preventivos en el cáncer. La genisteína se ha mostrado como un potente inhibidor de la tirosina quinasa in vitro (Akiyama et al. 1987, Peterson and Barnes 1996, Barnes 1998). Akiyama y colaboradores demostraron que la genisteína es un inhibidor altamente específico de la tirosina quinasa, pero apenas inhibe la actividad de la serina quinasa y treonina quinasa, así como otras enzimas relacionadas análogamente con el ATP in vitro. Sin embargo, Peterson y Barnes llevaron a cabo experimentos en los cuales descubrieron que aunque la genisteína inhibía el crecimiento de las células del cáncer de mama en el cultivo, no producía una gran inhibición de la actividad de la tirosina quinasa. Este estudio sugiere que la función de la genisteína como inhibidor de la tirosina quinasa no podría explicar su potencial actividad anticancerígena. Estudios epidemiológicos sugieren que el consumo de soja puede estar asociado a un descenso de ciertos cánceres, incluyendo los cánceres dependientes de hormonas como el de mama o el de próstata. Lu et al. alimentaron durante un mes a seis mujeres sanas con leche de soja, empezando dentro de los seis días siguientes al comienzo de su menstruación. Vieron que el consumo de leche de soja que contenía ~100 mg de genisteína y ~100 mg de daidzeína por día disminuía los niveles del 17ß-estradiol sérico e incrementaban la duración del ciclo menstrual. Los autores concluyeron que estos efectos pueden tenerse en cuenta, al menos en parte, en el descenso del riesgo de cáncer de mama asociado con el consumo de soja. En una revisión de los mecanismos potenciales, por los cuales las isoflavonas tendrían efectos protectores contra el cáncer, Adlercreutz comentó que parecía que las isoflavonas estimulaban la síntesis dela proteína transportadora de hormonas sexuales o o SHBG. Altos niveles de SHBG disminuyeron los porcentajes del estradiol y testosterona libre y redujeron la biodisponibilidad.

    17. POTENCIALES EFECTOS ANTICANCERÍGENOS DE LAS ISOFLAVONAS DE SOJA Efectos antiangiogénicos in vitro 1 Efectos antiproliferativos in vitro 2 - 5 En los últimos años, ha habido un incremento de investigaciones en relación al papel de la angiogénesis en el cáncer. La angiogénesis es el proceso por el cual el cuerpo genera nuevos capilares a partir de los vasos ya preexistentes para proporcionar oxígeno y nutrientes a las zonas de nuevo crecimiento. Este proceso normalmente no ocurre en los adultos, excepto durante la curación de las heridas, la menstruación y el embarazo. Normalmente la angiogénesis es ordenada, limitada y autocontrolada; sin embargo, en ciertas enfermedades , como el desarrollo de tumores sólidos, llega a ser incontrolable y patológica. Los agentes antiangiogénicos limitan esta vascularización anormal, y por lo tanto permiten controlar el crecimiento del tumor. Fotsis y colaboradores vieron que la genisteína, obtenida por fraccionamiento de la orina de gente sana con una dieta basada en vegetales, era un potente inhibidor de la angiogénesis in vitro. Este estudio también determinó que la genisteína inhibía la proliferación de varios tumores celulares. Barnes concluyó que la genisteína tiene un efecto antiproliferativo en el crecimiento de células del cáncer de mama in vitro en humanos. Zava y Duwe investigaron los efectos de o que ellos denominaron “un amplio rango de concentración fisiológicamente significativo” de genisteína sobre la tasa de proliferación celular en el cáncer de mama in vitro. Vieron que la genisteína tenía un potente efecto antiproliferativo tanto en los receptores de estrógeno dependientes como independientes en las células del cáncer de mama en humanos. Este efecto depende de la concentración y se encuentra entre 10nM y 20 nM de genisteína. Los estudios de Hsieh y colaboradores han mostrado que la genisteína a 10 nM aumenta la proliferación de las células cancerígenas en el cáncer de mama en cultivos in vitro (células MCF-7). La genisteína tenía efectos proliferativos a bajas dosis y antiproliferativos a dosis más altas en céluas humanas (MCF7) in vitro. Peterson y Barnes informaron de que la genisteína inhibían el crecimiento de las células en el cáncer de próstata en humanos in vitro. Foth y Cline encontraron que en hembras de primates no humanos, postmenopáusicas por causas quirúrgicas, alimentadas con proteínas de soja aislada con isoflavonas presentaban tasas de proliferación celular en las glándulas mamarias y endometrio que no eran significativamente diferentes de las de las hembras alimentadas con dietas basadas en caseína/lactoalbúmina, aunque las tasas de proliferación parecían ser algo más altas en las glándulas mamarias. Es importante mencionar, que en este estudio, la mitad de cada uno de los grupos de dieta fueron además tratados por vía oral con 17ß-estradiol micronizado. Al parecer, la proteína de soja aislada con isoflavonas antagonizaba los efectos proliferativos del estrógeno, tanto en las glándulas mamarias como en el endometrio. En los últimos años, ha habido un incremento de investigaciones en relación al papel de la angiogénesis en el cáncer. La angiogénesis es el proceso por el cual el cuerpo genera nuevos capilares a partir de los vasos ya preexistentes para proporcionar oxígeno y nutrientes a las zonas de nuevo crecimiento. Este proceso normalmente no ocurre en los adultos, excepto durante la curación de las heridas, la menstruación y el embarazo. Normalmente la angiogénesis es ordenada, limitada y autocontrolada; sin embargo, en ciertas enfermedades , como el desarrollo de tumores sólidos, llega a ser incontrolable y patológica. Los agentes antiangiogénicos limitan esta vascularización anormal, y por lo tanto permiten controlar el crecimiento del tumor. Fotsis y colaboradores vieron que la genisteína, obtenida por fraccionamiento de la orina de gente sana con una dieta basada en vegetales, era un potente inhibidor de la angiogénesis in vitro. Este estudio también determinó que la genisteína inhibía la proliferación de varios tumores celulares. Barnes concluyó que la genisteína tiene un efecto antiproliferativo en el crecimiento de células del cáncer de mama in vitro en humanos. Zava y Duwe investigaron los efectos de o que ellos denominaron “un amplio rango de concentración fisiológicamente significativo” de genisteína sobre la tasa de proliferación celular en el cáncer de mama in vitro. Vieron que la genisteína tenía un potente efecto antiproliferativo tanto en los receptores de estrógeno dependientes como independientes en las células del cáncer de mama en humanos. Este efecto depende de la concentración y se encuentra entre 10nM y 20 nM de genisteína. Los estudios de Hsieh y colaboradores han mostrado que la genisteína a 10 nM aumenta la proliferación de las células cancerígenas en el cáncer de mama en cultivos in vitro (células MCF-7). La genisteína tenía efectos proliferativos a bajas dosis y antiproliferativos a dosis más altas en céluas humanas (MCF7) in vitro. Peterson y Barnes informaron de que la genisteína inhibían el crecimiento de las células en el cáncer de próstata en humanos in vitro. Foth y Cline encontraron que en hembras de primates no humanos, postmenopáusicas por causas quirúrgicas, alimentadas con proteínas de soja aislada con isoflavonas presentaban tasas de proliferación celular en las glándulas mamarias y endometrio que no eran significativamente diferentes de las de las hembras alimentadas con dietas basadas en caseína/lactoalbúmina, aunque las tasas de proliferación parecían ser algo más altas en las glándulas mamarias. Es importante mencionar, que en este estudio, la mitad de cada uno de los grupos de dieta fueron además tratados por vía oral con 17ß-estradiol micronizado. Al parecer, la proteína de soja aislada con isoflavonas antagonizaba los efectos proliferativos del estrógeno, tanto en las glándulas mamarias como en el endometrio.

    18. POTENCIALES EFECTOS ANTICANCERÍGENOS DE LAS ISOFLAVONAS DE SOJA Efecto en la respuesta antiestrés1 Efecto antioxidante2 Efecto sobre la función inmune3 Actualmente existe mucho interés en estudio de la apoptosis, o muerte celular programada. La apoptosis es un tipo de “suicidio celular” que es parte intrínseca de la reparación de cada célula. Este proceso permite al organismo eliminar tanto las células que han vivido su vida programada, como aquellas que representan una amenaza, incluidas aquellas cuyo DNA podría estar dañado y por tanto desembocar en cáncer. El organismo tiene un mecanismo de defensa –llamado, respuesta al estrés de los mamíferos- que permite a las células responder a las condiciones de estrés que amenazan su supervivencia. Estas condiciones incluyen las infecciones virales, inflamaciones, desequilibrios de iones o de otros metabolitos, privaciones de oxígeno o de nutrientes esenciales, y el comienzo de carcinogénesis. La respuesta al estrés consiste en la síntesis de unas proteínas de estrés que protegen a las células de la apoptosis, y por lo tanto permiten potencialmente a las células cancerígenas, entre otras, a sobrevivir más tiempo. Zhou y Lee llevaron a cabo un estudio in vitro en el que encontraron que la genisteína reducía la expresión de la respuesta al estrés relacionada con los genes e inhibía la respuesta al estrés. Los autores sugirieron que esta capacidad de la genisteína de reducir la respuesta al estrés podría ayudar a explicar sus efectos anticancerígenos. Wei y colaboradores estudiaron los efectos potenciales antioxidantes y antipromocionales in vitro. Inicialmente investigaron el efecto de la genisteína sobre la producción de peróxido de hidrógeno, por las células TPA-activadas HL-60 y vieron que la genisteína tenía un potente efecto antioxidante. En segundo lugar, Wei y colaboradores vieron que la administración diaria de genisteína durante 30 días incrementaba significativamente la actividad enzimática antioxidante en la piel e intestino delgado de ratón. El sistema inmune juega un papel clave en el desarrollo del cáncer. Zhang y colaboradores investigaron los efectos potenciales de la daidzeína en la función inmune en ratones suizos. Encontraron que altas dosis de daidzeína incrementaban varias funciones inmunológicas no específicas, incluyendo incrementos en la respuesta fagocítica de los macrófagos peritoneales y en el peso del timo. Los investigadores también encontraron efectos consistentes en la respuesta inmune humoral y en la mediada por células. Es necesario seguir investigando para explorar el efecto potencial anticancerígeno de las isoflavonas de la soja. Un entendimiento completo de los mecanismos por los cuales la genisteína y otras isoflavonas pueden afectar al riesgo de cáncer podría ayudar a clarificar las inconsistencias encontradas en los resultados de algunos estudios. *TPA = 12-O-tetradecanoilforbol-13-acetato. Actualmente existe mucho interés en estudio de la apoptosis, o muerte celular programada. La apoptosis es un tipo de “suicidio celular” que es parte intrínseca de la reparación de cada célula. Este proceso permite al organismo eliminar tanto las células que han vivido su vida programada, como aquellas que representan una amenaza, incluidas aquellas cuyo DNA podría estar dañado y por tanto desembocar en cáncer. El organismo tiene un mecanismo de defensa –llamado, respuesta al estrés de los mamíferos- que permite a las células responder a las condiciones de estrés que amenazan su supervivencia. Estas condiciones incluyen las infecciones virales, inflamaciones, desequilibrios de iones o de otros metabolitos, privaciones de oxígeno o de nutrientes esenciales, y el comienzo de carcinogénesis. La respuesta al estrés consiste en la síntesis de unas proteínas de estrés que protegen a las células de la apoptosis, y por lo tanto permiten potencialmente a las células cancerígenas, entre otras, a sobrevivir más tiempo. Zhou y Lee llevaron a cabo un estudio in vitro en el que encontraron que la genisteína reducía la expresión de la respuesta al estrés relacionada con los genes e inhibía la respuesta al estrés. Los autores sugirieron que esta capacidad de la genisteína de reducir la respuesta al estrés podría ayudar a explicar sus efectos anticancerígenos. Wei y colaboradores estudiaron los efectos potenciales antioxidantes y antipromocionales in vitro. Inicialmente investigaron el efecto de la genisteína sobre la producción de peróxido de hidrógeno, por las células TPA-activadas HL-60 y vieron que la genisteína tenía un potente efecto antioxidante. En segundo lugar, Wei y colaboradores vieron que la administración diaria de genisteína durante 30 días incrementaba significativamente la actividad enzimática antioxidante en la piel e intestino delgado de ratón. El sistema inmune juega un papel clave en el desarrollo del cáncer. Zhang y colaboradores investigaron los efectos potenciales de la daidzeína en la función inmune en ratones suizos. Encontraron que altas dosis de daidzeína incrementaban varias funciones inmunológicas no específicas, incluyendo incrementos en la respuesta fagocítica de los macrófagos peritoneales y en el peso del timo. Los investigadores también encontraron efectos consistentes en la respuesta inmune humoral y en la mediada por células. Es necesario seguir investigando para explorar el efecto potencial anticancerígeno de las isoflavonas de la soja. Un entendimiento completo de los mecanismos por los cuales la genisteína y otras isoflavonas pueden afectar al riesgo de cáncer podría ayudar a clarificar las inconsistencias encontradas en los resultados de algunos estudios. *TPA = 12-O-tetradecanoilforbol-13-acetato.

    19. EFECTOS POTENCIALES DE LAS ISOFLAVONAS DE SOJA SOBRE EL APARATO REPRODUCTIVO Estudios sobre hembras de ratas demostraron que las isoflavonas de soja no tenían efecto estógénico sobre el peso del útero o células de la vagina1 Estudios (por medios quirúrgicos) en hembras de monos postmenopáusicas demostraron que las isoflavonas de la soja no tenían un efecto significativo en el índice de maduración vaginal 2, o en las tasas de proliferación celular en glándulas mamarias o endometrio3 Existe una preocupación respecto a los posibles efectos estrogénicos negativos de las isoflavonas y fitoestrógenos de la soja, sobre el aparato reproductor femenino. Tansey y colaboradores investigaron los efectos de las isoflavonas de la soja sobre el aparato reproductor de ratas ovarioctomizadas. Encontraron que las isoflavonas de la soja no mostraron actividad estrogénica sobre el peso del útero o células de la vagina. Sus resultados también sugirieron que altas dosis de isoflavonas de soja podrían antagonizar las acciones estrógeno agonista, de bajas dosis de estrógenos de equinos conjugados, en el útero de ratas. Cline y colaboradores llevaron a cabo un estudio comparando los efectos de las isoflavonas de la soja con los de los estrógenos de equinos conjugados, sobre las células vaginales, de monos postmenopáusicos inducidos experimentalmente. Mientras la preparación de estrógenos producía un marcado efecto sobre el índice de maduración de las células vaginales, el efecto de las isoflavonas de la soja no pareció diferenciarse de los alcanzados con el control. Los autores consideran que sus resultados podrían apoyar la posibilidad de que las isoflavonas podrían ser estrógenos “selectivos de tejidos” con mínimos efectos sobre el aparato reproductor. Foth y Cline informaron de un estudio en el que monos cynomolgus postmenopáusicos por causa quirúrgicas, fueron alimentados bien con caseína/lactoalbúmina o bien con proteína de soja con isoflavonas. Observando que la proteína de soja no incrementaba significativamente la tasa de proliferación celular en las glándulas mamarias y en el endometrio, aunque las tasas fueron algo más altas en la glándula mamaria del grupo alimentado con soja. La mitad de estos grupos también fue tratado con 17ß-estradiol micronizado vía oral. La proteína de soja con isoflavonas pareció antagonizar la proliferación celular inducida por el tratamiento con los estrógenos. Existe una preocupación respecto a los posibles efectos estrogénicos negativos de las isoflavonas y fitoestrógenos de la soja, sobre el aparato reproductor femenino. Tansey y colaboradores investigaron los efectos de las isoflavonas de la soja sobre el aparato reproductor de ratas ovarioctomizadas. Encontraron que las isoflavonas de la soja no mostraron actividad estrogénica sobre el peso del útero o células de la vagina. Sus resultados también sugirieron que altas dosis de isoflavonas de soja podrían antagonizar las acciones estrógeno agonista, de bajas dosis de estrógenos de equinos conjugados, en el útero de ratas. Cline y colaboradores llevaron a cabo un estudio comparando los efectos de las isoflavonas de la soja con los de los estrógenos de equinos conjugados, sobre las células vaginales, de monos postmenopáusicos inducidos experimentalmente. Mientras la preparación de estrógenos producía un marcado efecto sobre el índice de maduración de las células vaginales, el efecto de las isoflavonas de la soja no pareció diferenciarse de los alcanzados con el control. Los autores consideran que sus resultados podrían apoyar la posibilidad de que las isoflavonas podrían ser estrógenos “selectivos de tejidos” con mínimos efectos sobre el aparato reproductor. Foth y Cline informaron de un estudio en el que monos cynomolgus postmenopáusicos por causa quirúrgicas, fueron alimentados bien con caseína/lactoalbúmina o bien con proteína de soja con isoflavonas. Observando que la proteína de soja no incrementaba significativamente la tasa de proliferación celular en las glándulas mamarias y en el endometrio, aunque las tasas fueron algo más altas en la glándula mamaria del grupo alimentado con soja. La mitad de estos grupos también fue tratado con 17ß-estradiol micronizado vía oral. La proteína de soja con isoflavonas pareció antagonizar la proliferación celular inducida por el tratamiento con los estrógenos.

    20. SOBRE LOS FITOESTRÓGENOS Y EL RIESGO DE CÁNCER . . . “No existen evidencias, encontradas en la literatura, que sugieran que los fitoestrógenos, en las concentraciones que se encuentran en los alimentos para humanos puedan tener efectos biológicos como la proliferación de un cáncer preexistente ni de que puedan iniciar procesos cancerosos. Los altos niveles plasmáticos de éstos presentes en la población japonesa , con bajo riesgo de desarrollo de cáncer de mama, próstata y colon también sugieren que el consumo de soja no supone ningún riesgo” Adlercreutz y Mazur, en una revisión de 1997 acerca de los fitoestrógenos y las enfermedades occidentales, se centraron sobre el riesgo potencial asociado con la ingestión de fitoestrógenos, como las isoflavonas en la soja. Concluyeron que: “No existen evidencias, encontradas en la literatura, que sugieran que los fitoestrógenos, en las concentraciones que se encuentran en los alimentos para humanos puedan tener efectos biológicos como la proliferación de un cáncer preexistente ni de que puedan iniciar procesos cancerosos. Los altos niveles plasmáticos de éstos presentes en la población japonesa , con bajo riesgo de desarrollo de cáncer de mama, próstata y colon también sugieren que el consumo de soja no supone ningún riesgo” Adlercreutz y Mazur, en una revisión de 1997 acerca de los fitoestrógenos y las enfermedades occidentales, se centraron sobre el riesgo potencial asociado con la ingestión de fitoestrógenos, como las isoflavonas en la soja. Concluyeron que: “No existen evidencias, encontradas en la literatura, que sugieran que los fitoestrógenos, en las concentraciones que se encuentran en los alimentos para humanos puedan tener efectos biológicos como la proliferación de un cáncer preexistente ni de que puedan iniciar procesos cancerosos. Los altos niveles plasmáticos de éstos presentes en la población japonesa , con bajo riesgo de desarrollo de cáncer de mama, próstata y colon también sugieren que el consumo de soja no supone ningún riesgo”

    21. POTENCIALES EFECTOS “ESTROGÉNICOS” DE LAS ISOFLAVONAS DE SOJA SOBRE EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO Estudios en machos de primates peripubertales mostraron que la proteína de soja con isoflavonas no tiene efecto en el peso de la próstata1 o de los testículos1, 2 A menudo se plantea la pregunta acerca de el potencial efecto “estrogénico” de las isoflavonas de la soja, sobre el aparato reproductor masculino. Anthony y colaboradores informaron de dos estudios en primates no humanos, en los que vieron que el consumo de proteína de soja con isoflavonas no afectaba al peso de los testículos ni de de la próstata en machos peripubertales.A menudo se plantea la pregunta acerca de el potencial efecto “estrogénico” de las isoflavonas de la soja, sobre el aparato reproductor masculino. Anthony y colaboradores informaron de dos estudios en primates no humanos, en los que vieron que el consumo de proteína de soja con isoflavonas no afectaba al peso de los testículos ni de de la próstata en machos peripubertales.

    22. OSTEOPOROSIS Entre 5 y 7 millones de alemanes presentan osteoporosis Es más frecuente en mujeres que en hombres Alta probabilidad de fracturas causadas por la osteoporosis La osteoporosis es una de las enfermedades más caras, aprox. 5 billones de euros al año La osteoporosis fue clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez enfermedades más importantes del mundo El número de enfermos se doblará en los próximos 40 años > 2.5 millones de personas con roturas vertebrales en Alemania Incremento en la mortalidad Entre 5 y 7 millones de alemanes padecen osteoporosis endémica o atrofia de huesos. Las mujeres sufren osteoporosis más frecuentemente que los hombres, debido a que sus niveles de estrógenos, que actúan como factor de protección del hueso, disminuyen en la menopausia. Una de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres mayores de 50 años tienen riesgo de padecer osteoporosis o fracturas relacionadas, a o largo de sus vidas. La enfermedad se desarrolla lentamente y va debilitando gradualmente los huesos. En los estadios más avanzados el hueso llega a ser tan inestable que se puede romper incluso con cualquier movimiento ligero. Las fracturas vertebrales se pueden producir con las actividades de cada día. La osteoporosis es una de las enfermedades más caras, costando por año 5 billones de euros y está clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez enfermedades más importantes del mundo. Se estima que el número de personas con osteoporosis se doblará en los próximos 40 años. Más de 2,5 millones de personas tienen fracturas vertebrales en Alemania.. Padecer una fractura relacionada con la osteoporosis, incrementa, en más del 10%, la probabilidad de futuras fracturas. También se asocia un incremento de la mortalidad con la osteoporosis.Entre 5 y 7 millones de alemanes padecen osteoporosis endémica o atrofia de huesos. Las mujeres sufren osteoporosis más frecuentemente que los hombres, debido a que sus niveles de estrógenos, que actúan como factor de protección del hueso, disminuyen en la menopausia. Una de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres mayores de 50 años tienen riesgo de padecer osteoporosis o fracturas relacionadas, a o largo de sus vidas. La enfermedad se desarrolla lentamente y va debilitando gradualmente los huesos. En los estadios más avanzados el hueso llega a ser tan inestable que se puede romper incluso con cualquier movimiento ligero. Las fracturas vertebrales se pueden producir con las actividades de cada día. La osteoporosis es una de las enfermedades más caras, costando por año 5 billones de euros y está clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez enfermedades más importantes del mundo. Se estima que el número de personas con osteoporosis se doblará en los próximos 40 años. Más de 2,5 millones de personas tienen fracturas vertebrales en Alemania.. Padecer una fractura relacionada con la osteoporosis, incrementa, en más del 10%, la probabilidad de futuras fracturas. También se asocia un incremento de la mortalidad con la osteoporosis.

    23. FACTORES DE RIESGO MODIFICABLES EN LA OSTEOPOROSIS Bajas ingestas de calcio y/o vitamina D Bajos niveles de estrógenos o testosterona Estilo de vida inactivo o reposo en cama prolongado Otros factores de riesgo incluyen – Fumar Consumo abusivo de alcohol Consumo de ciertos medicamentos Anorexia Existen ciertos factores de riesgo de padecer osteoporosis que pueden ser modificados. Una inadecuada ingesta de calcio y/o vitamina D a lo largo de la vida puede incrementar el riesgo de padecer osteoporosis. Estado hormonal. Bajos niveles de estrógenos en las mujeres a partir de la menopausia y bajos niveles de testosterona en los hombres incrementan el riesgo de padecer osteoporosis. Los estrógenos protegen al hueso al incrementar la absorción de calcio y disminuir la resorción ósea (pérdida de masa ósea). Los huesos se hacen más fuertes como resultado de realizar ejercicios de sostenimiento de peso, ya que fuerza a una persona a trabajar en contra de la gravedad.. Hay otros muchos factores de riesgo de la osteoporosis modificables. Fumar cigarrillos disminuye los niveles de estrógenos y reduce la absorción de calcio, Ingerir entre 55 y 85 gramos de alcohol al día, como hábito regular, puede dañar el esqueleto de incluso hombres y mujeres jóvenes. Los bebedores abusivos son más propensos a la pérdida de masa ósea y fracturas, debido a la mala nutrición y a una tendencia mayor a caerse. Ciertos medicamentos pueden provocar pérdida de masa ósea. La anorexia también contribuye al desarrollo de la osteoporosis. Los factores de riesgo que no se pueden cambiar son Sexo: Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar osteoporosis. Edad: El riesgo se incrementa con la edad, ya que la densidad de los huesos disminuye y se hacen más débiles. Tamaño corporal: Las mujeres que son más pequeñas y que tienen huesos delgados y ligeros tienen una mayor riesgo. Raza: Las mujeres caucásicas y asiáticas tienen un mayor riesgo que las mujeres afro americanas e hispanas. Historia familiar: Algunas familias parecen ser más susceptibles a las fracturas.Existen ciertos factores de riesgo de padecer osteoporosis que pueden ser modificados. Una inadecuada ingesta de calcio y/o vitamina D a lo largo de la vida puede incrementar el riesgo de padecer osteoporosis. Estado hormonal. Bajos niveles de estrógenos en las mujeres a partir de la menopausia y bajos niveles de testosterona en los hombres incrementan el riesgo de padecer osteoporosis. Los estrógenos protegen al hueso al incrementar la absorción de calcio y disminuir la resorción ósea (pérdida de masa ósea). Los huesos se hacen más fuertes como resultado de realizar ejercicios de sostenimiento de peso, ya que fuerza a una persona a trabajar en contra de la gravedad.. Hay otros muchos factores de riesgo de la osteoporosis modificables. Fumar cigarrillos disminuye los niveles de estrógenos y reduce la absorción de calcio, Ingerir entre 55 y 85 gramos de alcohol al día, como hábito regular, puede dañar el esqueleto de incluso hombres y mujeres jóvenes. Los bebedores abusivos son más propensos a la pérdida de masa ósea y fracturas, debido a la mala nutrición y a una tendencia mayor a caerse. Ciertos medicamentos pueden provocar pérdida de masa ósea. La anorexia también contribuye al desarrollo de la osteoporosis. Los factores de riesgo que no se pueden cambiar son Sexo: Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar osteoporosis. Edad: El riesgo se incrementa con la edad, ya que la densidad de los huesos disminuye y se hacen más débiles. Tamaño corporal: Las mujeres que son más pequeñas y que tienen huesos delgados y ligeros tienen una mayor riesgo. Raza: Las mujeres caucásicas y asiáticas tienen un mayor riesgo que las mujeres afro americanas e hispanas. Historia familiar: Algunas familias parecen ser más susceptibles a las fracturas.

    24. EFECTOS POTENCIALES DE UNA INGESTA ALTA EN PROTEÍNAS SOBRE EL RIESGO DE PADECER OSTEOPOROSIS Una ingesta alta en proteínas incrementa la excreción de calcio1, 2 lo que se asocia con un aumento del riesgo de fracturas de huesos3 Las proteínas animales provocan una excreción de calcio mayor que las proteínas vegetales1, 3, 4 Los investigadores han encontrado que una ingesta alta de proteínas está asociada con un incremento de la excreción del calcio y un incremento de algunos tipos de fracturas. Itoh y colaboradores investigaron los efectos de la ingesta de proteínas sobre la excreción de calcio en dos grupos de hombres y mujeres japoneses; uno con edades comprendidas entre 20 y 49 años y el otro entre 50 y 79 años. Encontrando, en los dos grupos, una correlación positiva entre la ingesta de proteínas y la excreción diaria de calcio por la orina. Kerstetter y colaboradores observaron el impacto de las proteínas diarias sobre el volumen óseo en las mujeres jóvenes que consumían dietas bajas, medias o altas en proteínas. Encontraron que la excreción urinaria del calcio era significativamente mayor tras las dietas altas en proteínas que en las bajas. Se vio que la ingesta elevada de proteínas incrementaba la excrección urinaria de calcio. Parte de este incremento sugiere un aumento de la resorción del hueso (pérdida de masa ósea) sin un incremento compensatorio en la formación del hueso. Feskanich y colaboradores llevaron a cabo un estudio prospectivo de la ingesta de distintos niveles de proteínas y las fracturas en participantes del Nurses’ Health Study. Vieron que la ingesta de proteínas estaba asociada positivamente con un incremento del riesgo de rotura del antebrazo (riesgo relativo 1.22, 95% intervalo de confianza: de 1.04 a 1.43). Los científicos también investigaron los efectos de las distintas fuentes de proteínas sobre la excreción del calcio. Breslau y colaboradores llevaron a cabo un estudio en el cual sujetos jóvenes sanos consumieron tres dietas con diferentes fuentes proteicas durante 12 días. Las ingestas de calcio y proteínas se mantuvieron constantes , pero las proteínas fueron obtenidas de la soja, de la soja y el huevo o de animales. Los investigadores vieron que el cambio de una dieta vegetariana, a una ovo-vegetariana hasta una rica en proteínas animales provocaba un incremento progresivo en la excreción urinaria del calcio. Itoh y colaboradores investigaron las fuentes de proteínas en su estudio de hombres y mujeres japoneses. Vieron una correlación significativamente positiva entre la excreción del calcio y la ingesta de proteínas animales en los dos grupos de edad; esta correlación no se daba con proteínas vegetales. Feskanich y colaboradores también se fijaron en las fuentes de proteínas en su estudio prospectivo. Encontrando una asociación positiva entre la fractura de antebrazo y la ingesta de proteínas animales, pero no encontraron relación alguna con las proteínas vegetales. Los investigadores han encontrado que una ingesta alta de proteínas está asociada con un incremento de la excreción del calcio y un incremento de algunos tipos de fracturas. Itoh y colaboradores investigaron los efectos de la ingesta de proteínas sobre la excreción de calcio en dos grupos de hombres y mujeres japoneses; uno con edades comprendidas entre 20 y 49 años y el otro entre 50 y 79 años. Encontrando, en los dos grupos, una correlación positiva entre la ingesta de proteínas y la excreción diaria de calcio por la orina. Kerstetter y colaboradores observaron el impacto de las proteínas diarias sobre el volumen óseo en las mujeres jóvenes que consumían dietas bajas, medias o altas en proteínas. Encontraron que la excreción urinaria del calcio era significativamente mayor tras las dietas altas en proteínas que en las bajas. Se vio que la ingesta elevada de proteínas incrementaba la excrección urinaria de calcio. Parte de este incremento sugiere un aumento de la resorción del hueso (pérdida de masa ósea) sin un incremento compensatorio en la formación del hueso. Feskanich y colaboradores llevaron a cabo un estudio prospectivo de la ingesta de distintos niveles de proteínas y las fracturas en participantes del Nurses’ Health Study. Vieron que la ingesta de proteínas estaba asociada positivamente con un incremento del riesgo de rotura del antebrazo (riesgo relativo 1.22, 95% intervalo de confianza: de 1.04 a 1.43). Los científicos también investigaron los efectos de las distintas fuentes de proteínas sobre la excreción del calcio. Breslau y colaboradores llevaron a cabo un estudio en el cual sujetos jóvenes sanos consumieron tres dietas con diferentes fuentes proteicas durante 12 días. Las ingestas de calcio y proteínas se mantuvieron constantes , pero las proteínas fueron obtenidas de la soja, de la soja y el huevo o de animales. Los investigadores vieron que el cambio de una dieta vegetariana, a una ovo-vegetariana hasta una rica en proteínas animales provocaba un incremento progresivo en la excreción urinaria del calcio. Itoh y colaboradores investigaron las fuentes de proteínas en su estudio de hombres y mujeres japoneses. Vieron una correlación significativamente positiva entre la excreción del calcio y la ingesta de proteínas animales en los dos grupos de edad; esta correlación no se daba con proteínas vegetales. Feskanich y colaboradores también se fijaron en las fuentes de proteínas en su estudio prospectivo. Encontrando una asociación positiva entre la fractura de antebrazo y la ingesta de proteínas animales, pero no encontraron relación alguna con las proteínas vegetales.

    25. INGESTA DE CALCIO Y PROTEÍNAS ANIMALES . PORCENTAJE DE ROTURA DE CADERA EN DIVERSAS ÁREAS GEOGRÁFICAS Una forma de estimar la osteoporosis es observar la proporción de fracturas de cadera, número de fracturas de cadera que hay por cada 100,000 personas. Ya que una ingesta insuficiente de calcio es un factor de riesgo fundamental en la osteoporosis, se podría esperar una correlación entre las bajas ingestas de calcio y los porcentajes de fracturas. Esta tabla, adaptada de Simple Soybean and Your Health de Messina y Messina, indica que esto no es lo que ocurre siempre. Incluso cuando las ingestas de calcio están por debajo de los estándares occidentales, la población asiática, que consume una dieta baja en proteínas animales tiene unos porcentajes de fractura mucho menores que los observados en occidente. Una forma de estimar la osteoporosis es observar la proporción de fracturas de cadera, número de fracturas de cadera que hay por cada 100,000 personas. Ya que una ingesta insuficiente de calcio es un factor de riesgo fundamental en la osteoporosis, se podría esperar una correlación entre las bajas ingestas de calcio y los porcentajes de fracturas. Esta tabla, adaptada de Simple Soybean and Your Health de Messina y Messina, indica que esto no es lo que ocurre siempre. Incluso cuando las ingestas de calcio están por debajo de los estándares occidentales, la población asiática, que consume una dieta baja en proteínas animales tiene unos porcentajes de fractura mucho menores que los observados en occidente.

    26. EFECTOS DE LA PROTEÍNA DE SOJA Y/O ISOFLAVONAS SOBRE EL HUESO La genisteína tiene un efecto inhibidor sobre la resorción ósea (pérdida) in vitro1 Estudios en animales – Dieta con proteínas de soja puede prevenir la pérdida de masa ósea ocasionada por la deficiencia de hormonas ováricas en ratas2, 3 La genisteína podría ser menos efectiva a altas dosis que a bajas en la supresión de la retención ósea3 Se han llevado a cabo estudios para investigar los efectos potenciales de la proteína de soja y/o isoflavonas de la soja sobre la densidad ósea y el riesgo de osteoporosis. Cuando Yamaguchi y Gai estudiaron los efectos de la genisteína en la resorión ósea (pérdida) en cultivos de tejidos, vieron que la genisteína tenía un efecto inhibidor directo sobre la resorción ósea. Arjmandi y colaboradores investigaron los efectos de la administración de proteína de soja con isoflavonas naturales o de 17ß-estradiol sobre el hueso en ratas ovaroctomizadas. Sus descubrimientos sugirieron que la proteína de soja con isoflavonas naturales era efectiva en la prevención de pérdida de masa ósea debida a deficiencia de hormonas del ovario, pero no era tan efectiva como el 17ß-estradiol. Anderson y colaboradores compararon los efectos de la administración de tres niveles distintos de genisteína o de conjugados de estrógenos equinos sobre el hueso en ratas lactantes ovaroctomizadas. Vieron que dosis más bajas de genisteína eran más efectivas que 2 dosis más altas en la supresión de la retención de los tejidos óseos. Sin embargo, todas la dosis de genisteína, eran favorablemente comparadas con los efectos de los conjugados de estrógenos equinos. Se han llevado a cabo estudios para investigar los efectos potenciales de la proteína de soja y/o isoflavonas de la soja sobre la densidad ósea y el riesgo de osteoporosis. Cuando Yamaguchi y Gai estudiaron los efectos de la genisteína en la resorión ósea (pérdida) en cultivos de tejidos, vieron que la genisteína tenía un efecto inhibidor directo sobre la resorción ósea. Arjmandi y colaboradores investigaron los efectos de la administración de proteína de soja con isoflavonas naturales o de 17ß-estradiol sobre el hueso en ratas ovaroctomizadas. Sus descubrimientos sugirieron que la proteína de soja con isoflavonas naturales era efectiva en la prevención de pérdida de masa ósea debida a deficiencia de hormonas del ovario, pero no era tan efectiva como el 17ß-estradiol. Anderson y colaboradores compararon los efectos de la administración de tres niveles distintos de genisteína o de conjugados de estrógenos equinos sobre el hueso en ratas lactantes ovaroctomizadas. Vieron que dosis más bajas de genisteína eran más efectivas que 2 dosis más altas en la supresión de la retención de los tejidos óseos. Sin embargo, todas la dosis de genisteína, eran favorablemente comparadas con los efectos de los conjugados de estrógenos equinos.

    27. EFECTOS DE LA PROTEÍNA DE SOJA AISLADA CON ISOFLAVONAS NATURALES SOBRE EL HUESO EN MUJERES POSTMENOPÁUSICAS Estudios en mujeres postmenopáusicas compararon los efectos de la proteína de soja aislada, con dos niveles de isoflavonas naturales, con los efectos de la caseína/leche desnatada en polvo La proteína de soja aislada con niveles más altos de isoflavonas naturales produjo un incremento significativo tanto en el contenido mineral como en la densidad ósea, exclusivamente en la espina lumbar, en comparación con la caseína/leche desnatada en polvo (P<0.05) El estudio llevado a cabo por Potter y colaboradores en mujeres postmenopáusicas (mencionado anteriormente), investigó los efectos sobre el hueso tras consumir proteína de soja aislada, conteniendo dos concentraciones distintas de isoflavonas naturales, comparando con un grupo control que recibía caseína y leche desnatada en polvo. Vieron que, en comparación con el grupo control, la dieta que contenía 40 gramos de proteína de soja aislada con las concentraciones más altas de isoflavonas naturales- 2.25 mg por gramo de proteína- produjeron un incremento significativo tanto en el contenido mineral como en la densidad ósea de la espina lumbar (P?0.05).El estudio llevado a cabo por Potter y colaboradores en mujeres postmenopáusicas (mencionado anteriormente), investigó los efectos sobre el hueso tras consumir proteína de soja aislada, conteniendo dos concentraciones distintas de isoflavonas naturales, comparando con un grupo control que recibía caseína y leche desnatada en polvo. Vieron que, en comparación con el grupo control, la dieta que contenía 40 gramos de proteína de soja aislada con las concentraciones más altas de isoflavonas naturales- 2.25 mg por gramo de proteína- produjeron un incremento significativo tanto en el contenido mineral como en la densidad ósea de la espina lumbar (P?0.05).

    28. SÍNTOMAS MENOPÁUSICOS Más de un tercio de las mujeres norteamericanas – alrededor de 36 millones-han pasado la menopausia1 Los sofocos afectan a más del 60% de las mujeres menopáusicas en Estados Unidos1 Se estima que menos del 20% de las mujeres menopáusicas usan ERT/HRT2 El organismo americano “The National Institute on Aging at the National Institutes of Health” estima que más de un tercio de las mujeres en Estados Unidos- alrededor de 36 millones de mujeres- han pasado la menopausia. Ya que las mujeres tienen una esperanza de vida de alrededor de 81 años, una mujer que alcanza los 50 años puede esperar vivir después de la menopausia más de un tercio de su vida. No todas las mujeres experimentan los síntomas de la menopausia. Sin embargo, se estima que más de un 60% de las mujeres americanas experimentan sofocos, el efecto menopáusico secundario más común. El tratamiento más ampliamente aceptado para los síntomas menopáusicos es bien la terapia sustitutiva de estrógenos (ERT) o la terapia sustitutiva de hormonas (HRT). (HRT generalmente se refiere a una combinación de estrógeno, y otra hormona, normalmente alguna forma de progestina). Tanto la ERT como la HRT han mostrado efectos beneficiosos para la salud, asociados con una reversión del estado hipoestrogénico, incluyendo una disminución de los síntomas menopáusicos. Sin embargo, la mayoría de las mujeres menopáusicas no usan la ERT o la HRT. Salamone y colaboradores encuestaron a más de 7,500 mujeres mayores para reflejar sus actitudes a cerca del ERT. Vieron que, en ese momento, sólo el 17,4% usaban estrógenos vía oral, el 27,2% las había usado y el 55,4% nunca las habían usado. El organismo americano “The National Institute on Aging at the National Institutes of Health” estima que más de un tercio de las mujeres en Estados Unidos- alrededor de 36 millones de mujeres- han pasado la menopausia. Ya que las mujeres tienen una esperanza de vida de alrededor de 81 años, una mujer que alcanza los 50 años puede esperar vivir después de la menopausia más de un tercio de su vida. No todas las mujeres experimentan los síntomas de la menopausia. Sin embargo, se estima que más de un 60% de las mujeres americanas experimentan sofocos, el efecto menopáusico secundario más común. El tratamiento más ampliamente aceptado para los síntomas menopáusicos es bien la terapia sustitutiva de estrógenos (ERT) o la terapia sustitutiva de hormonas (HRT). (HRT generalmente se refiere a una combinación de estrógeno, y otra hormona, normalmente alguna forma de progestina). Tanto la ERT como la HRT han mostrado efectos beneficiosos para la salud, asociados con una reversión del estado hipoestrogénico, incluyendo una disminución de los síntomas menopáusicos. Sin embargo, la mayoría de las mujeres menopáusicas no usan la ERT o la HRT. Salamone y colaboradores encuestaron a más de 7,500 mujeres mayores para reflejar sus actitudes a cerca del ERT. Vieron que, en ese momento, sólo el 17,4% usaban estrógenos vía oral, el 27,2% las había usado y el 55,4% nunca las habían usado.

    29. PORCENTAJE DE MUJERES * AMERICANAS Y JAPONESAS QUE HAN EXPERIMENTADO LOS SÍNTOMAS GENERALES DE LA MENOPAUSIA Aunque la menopausia es un hecho común, la percepción y aparición de los síntomas menopáusicos no es universal. Lock dio a conocer os resultados de una encuesta en la que alrededor 7,800 Americanas y más de 1,200 Japonesas con edades comprendidas entre los 45 y 55 años, fueron preguntadas sobre su experiencia en un determinado número de síntomas. El autor señaló que uno de los factores que complicaron el proceso de la encuesta fue la ausencia en la lengua japonesa, de una palabra que designase claramente los sofocos. Esta gráfica muestra los cuatro síntomas más comúnmente asociados a la menopausia. Un 38% de las mujeres Americanas y un 14,7% de las Japonesas señalaron que experimentaban sofocos y sudores nocturnos de forma combinada. En cada uno del resto de los síntomas señalados -problemas al dormir, ausencia de energía, y sentirse decaído o deprimido- había más mujeres Americanas que los experimentaban, en comparación con las Japonesas. Desde luego, los datos de la población no pueden ser usados para inferir causa y efecto. Los investigadores han propuesto una serie de factores culturales y de estilo de vida que podrían ayudar a explicar estas diferencias encontradas en los síntomas menopáusicas, entre las mujeres Orientales y Occidentales. Una de estas diferencias es la alta ingesta de alimentos con soja que contienen isoflavonas, en la mayoría de las cocinas tradicionales Asiáticas.Aunque la menopausia es un hecho común, la percepción y aparición de los síntomas menopáusicos no es universal. Lock dio a conocer os resultados de una encuesta en la que alrededor 7,800 Americanas y más de 1,200 Japonesas con edades comprendidas entre los 45 y 55 años, fueron preguntadas sobre su experiencia en un determinado número de síntomas. El autor señaló que uno de los factores que complicaron el proceso de la encuesta fue la ausencia en la lengua japonesa, de una palabra que designase claramente los sofocos. Esta gráfica muestra los cuatro síntomas más comúnmente asociados a la menopausia. Un 38% de las mujeres Americanas y un 14,7% de las Japonesas señalaron que experimentaban sofocos y sudores nocturnos de forma combinada. En cada uno del resto de los síntomas señalados -problemas al dormir, ausencia de energía, y sentirse decaído o deprimido- había más mujeres Americanas que los experimentaban, en comparación con las Japonesas. Desde luego, los datos de la población no pueden ser usados para inferir causa y efecto. Los investigadores han propuesto una serie de factores culturales y de estilo de vida que podrían ayudar a explicar estas diferencias encontradas en los síntomas menopáusicas, entre las mujeres Orientales y Occidentales. Una de estas diferencias es la alta ingesta de alimentos con soja que contienen isoflavonas, en la mayoría de las cocinas tradicionales Asiáticas.

    30. EFECTOS DE LAS PROTEÍNAS DE SOJA EN LOS SOFOCOS DE MUJERES POSTMENOPÁUSICAS Mujeres postmenopáusicas alimentadas con proteínas de soja con isoflavonas naturales o con caseina (sin isoflavonas) El estudio mostró que que las proteínas de soja aisladas reducían significativamente el número de sofocos en comparación con la caseina como placebo El grupo alimentado con proteína de soja tuvo un 45% menos sofocos en 12 semanas comparando con los niveles iniciales El grupo alimentado con proteína de soja tuvo un 15% menos sofocos que el grupo con caseina el llegar a la semana 12 (P<0.01) Albertazzi y colaboradores investigaron el efecto potencial de la proteína de soja aislada con isoflavonas naturales en los sofocos, el síntoma menopáusico más común en las mujeres occidentales. Llevaron a cabo un estudio de 12 semanas en mujeres postmenopáusicas para evaluar el efecto potencial del consumo de proteína de soja aislada, o de un placebo, que era caseína. Los investigadores vieron que la proteína de soja aislada reducía significativamente el número de sofocos, en comparación con el placebo de caseína. Las mujeres que consumieron proteína de soja aislada redujeron su media de padecer sofocos en un 26% en la tercera semana y en un 33% (P<0.001) en la cuarta. En la semana 12, las mujeres del grupo alimentadas con soja habían reducido su media en un 45% (P<0.001) , en comparación con el grupo placebo con una media del 30%. Los autores concluyeron que la incorporación diaria de proteína de soja aislada con isoflavonas naturales a la dieta de mujeres postmenopáusicas, redujo la frecuencia de sus sofocos. Albertazzi y colaboradores investigaron el efecto potencial de la proteína de soja aislada con isoflavonas naturales en los sofocos, el síntoma menopáusico más común en las mujeres occidentales. Llevaron a cabo un estudio de 12 semanas en mujeres postmenopáusicas para evaluar el efecto potencial del consumo de proteína de soja aislada, o de un placebo, que era caseína. Los investigadores vieron que la proteína de soja aislada reducía significativamente el número de sofocos, en comparación con el placebo de caseína. Las mujeres que consumieron proteína de soja aislada redujeron su media de padecer sofocos en un 26% en la tercera semana y en un 33% (P<0.001) en la cuarta. En la semana 12, las mujeres del grupo alimentadas con soja habían reducido su media en un 45% (P<0.001) , en comparación con el grupo placebo con una media del 30%. Los autores concluyeron que la incorporación diaria de proteína de soja aislada con isoflavonas naturales a la dieta de mujeres postmenopáusicas, redujo la frecuencia de sus sofocos.

    31. CONCLUSIONES GENERALES Y NECESIDAD DE INVESTIGACIONES FUTURAS Los resultados de la experimentación animal deben ser revisados cuidadosamente. Estos resultados sólo pueden dar una orientación de los posibles efectos beneficiosos, pero no pueden extrapolarse directamente a humanos. Estudiar la farmacología animal es muy útil, pero los resultados deben ser contrastados en humanos. Considerando las diferencias entre las mujeres asiáticas y occidentales, además de la alimentación se deberían tener en cuenta otros factores, por ejemplo, el comportamiento social y el estilo de vida. La relación entre dieta y enfermedad es de gran importancia para la salud humana. Estudios epidemiológicos sugieren que los factores dietéticos pueden ser tanto dañinos como beneficiosos en distintas enfermedades. El mecanismo de estos efectos es desconocido. En vista del creciente interés de los alimentos procedentes de la soja se deberían desarrollar estrategias de procesado de plantas y de alimentos que definan la relación entre componentes de la dieta específicos - como proteínas de soja- y la salud humana. En concreto, es necesario continuar investigando para determinar adecuadamente los mecanismos que rodean a los efectos de descenso del colesterol y anticarcinógenos de la soja y de otros componentes de la soja. Los resultados de la experimentación animal deben ser revisados cuidadosamente. Estos resultados sólo pueden dar una orientación de los posibles efectos beneficiosos, pero no pueden extrapolarse directamente a humanos. Estudiar la farmacología animal es muy útil, pero los resultados deben ser contrastados en humanos. Considerando las diferencias entre las mujeres asiáticas y occidentales, además de la alimentación se deberían tener en cuenta otros factores, por ejemplo, el comportamiento social y el estilo de vida. La relación entre dieta y enfermedad es de gran importancia para la salud humana. Estudios epidemiológicos sugieren que los factores dietéticos pueden ser tanto dañinos como beneficiosos en distintas enfermedades. El mecanismo de estos efectos es desconocido. En vista del creciente interés de los alimentos procedentes de la soja se deberían desarrollar estrategias de procesado de plantas y de alimentos que definan la relación entre componentes de la dieta específicos - como proteínas de soja- y la salud humana. En concreto, es necesario continuar investigando para determinar adecuadamente los mecanismos que rodean a los efectos de descenso del colesterol y anticarcinógenos de la soja y de otros componentes de la soja.

    32. RESUMEN En comparación con la población asiática, los países occidentales tienen mayor riesgo de sufrir CVD, determinados tipos de cáncer, osteoporosis, y tienen mayor incidencia de síntomas negativos de la menopausia Está ampliamente aceptado que la dieta puede ser parcialmente responsable de la diferencias entre oriente y occidente en cuanto a la prevalencia de estas enfermedades y la incidencia de síntomas de la menopausia Una de las diferencias entre la dieta tradicional asiática y occidental es la ingesta elevada de productos derivados de la soja En comparación con la población asiática, en los países occidentales existe mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres y osteroporosis así como mayor incidencia de síntomas menopáusicos. Está ampliamente aceptado que la dieta puede ser parcialmente responsable de la diferencias entre oriente y occidente en cuanto a la prevalencia de estas enfermedades y la incidencia de síntomas de la menopausia. Una de las diferencias entre la dieta tradicional asiática y occidental es la ingesta elevada de productos derivados de la soja.En comparación con la población asiática, en los países occidentales existe mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres y osteroporosis así como mayor incidencia de síntomas menopáusicos. Está ampliamente aceptado que la dieta puede ser parcialmente responsable de la diferencias entre oriente y occidente en cuanto a la prevalencia de estas enfermedades y la incidencia de síntomas de la menopausia. Una de las diferencias entre la dieta tradicional asiática y occidental es la ingesta elevada de productos derivados de la soja.

    33. RESUMEN Se han estudiado diversos componentes de la soja por su posible efecto positivo en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, pérdida ósea, y la reducción de los síntomas de la menopausia La proteína de soja con isoflavonas naturales ha sido el centro de diversas investigaciones en relación a las enfermedades mencionadas Se han evaluado diversos componentes de la soja por su posible efecto positivo en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, pérdida de masa ósea, y la reducción de los síntomas de la menopausia La proteína de soja con isoflavonas naturales ha sido el centro de diversas investigaciones en relación a las enfermedades mencionadasSe han evaluado diversos componentes de la soja por su posible efecto positivo en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, pérdida de masa ósea, y la reducción de los síntomas de la menopausia La proteína de soja con isoflavonas naturales ha sido el centro de diversas investigaciones en relación a las enfermedades mencionadas

    34. RESUMEN La Genisteina, isoflavona de la soja que más se ha estudiado, ha demostrado tener diversos efectos positivos en la prevención de las mencionadas enfermedades y síntomas. Estos efectos son dependientes de la dosis y se han observado en estudios in vitro e in vivo La Genisteina, isoflavona de la soja que más se ha estudiado, ha demostrado tener diversos efectos positivos en la prevención de las mencionadas enfermedades y síntomas. Estos efectos son dependientes de la dosis y se han observado en estudios in vitro e in vivo La Genisteina, isoflavona de la soja que más se ha estudiado, ha demostrado tener diversos efectos positivos en la prevención de las mencionadas enfermedades y síntomas. Estos efectos son dependientes de la dosis y se han observado en estudios in vitro e in vivo

    35. Objetivos de enseñanza Reconocer que la dieta está muy relacionada con diversas enfermedades crónicas, incluyendo en la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y la osteoporosis. Darse cuenta que, en comparación con muchos países asiáticos, los países occidentales, incluyendo los Estados Unidos, se caracterizan por una mayor prevalencia de enfermedades crónicas incluyendo la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer, la osteoporosis y los síntomas de la menopausia. Familiarizarse con los principales resultados del meta-análisis realizado por Anderson et al. 1995, sobre los efectos de la proteína de soja en los lípidos séricos en humanos. Reconocer que las isoflavonas sin la proteína de soja no tienen efecto sobre las concentraciones de colesterol plasmático en humanos. Familiarizarse con mecanismos diferentes de la reducción de lípidos por los cuales la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas de la soja pueden afectar al desarrollo de la enfermedad cardiovascular. Reconocer que la dieta está muy relacionada con diversas enfermedades crónicas, incluyendo en la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y la osteoporosis. Darse cuenta que, en comparación con muchos países asiáticos, los países occidentales, incluyendo los Estados Unidos, se caracterizan por una mayor prevalencia de enfermedades crónicas incluyendo la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer, la osteoporosis y los síntomas de la menopausia. Familiarizarse con los principales resultados del meta-análisis realizado por Anderson et al. 1995, sobre los efectos de la proteína de soja en los lípidos séricos en humanos. Reconocer que las isoflavonas sin la proteína de soja no tienen efecto sobre las concentraciones de colesterol plasmático en humanos. Familiarizarse con mecanismos diferentes de la reducción de lípidos por los cuales la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas de la soja pueden afectar al desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

    36. Objetivos de enseñanza Conocer los datos epidemiológicos así como los estudios in vitro e in vivoacerca del efecto potencial de la proteína desoja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas aisladas en la prevención del desarrollo de determinados tipos de cáncer. Reconocer que las isoflavonas, en particular la genisteína, tiene efectos antioxidantes, antipromocionales, y antiangiogénicos (in vitro), lo que puede disminuir el riesgo de padecer cáncer. Familiarizarse con estudios que proporcionan evidencias de que la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas aisladas pueden proporcionar cierta protección frente a la pérdida de masa ósea en mujeres. Conocer las investigaciones que demuestran que la proteína de soja con isoflavonas naturales puede reducir el número o la severidad de los síntomas de la menopausia como los sofocos. Conocer los datos epidemiológicos así como los estudios in vitro e in vivoacerca del efecto potencial de la proteína desoja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas aisladas en la prevención del desarrollo de determinados tipos de cáncer. Reconocer que las isoflavonas, en particular la genisteína, tiene efectos antioxidantes, antipromocionales, y antiangiogénicos (in vitro), lo que puede disminuir el riesgo de padecer cáncer. Familiarizarse con estudios que proporcionan evidencias de que la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o las isoflavonas aisladas pueden proporcionar cierta protección frente a la pérdida de masa ósea en mujeres. Conocer las investigaciones que demuestran que la proteína de soja con isoflavonas naturales puede reducir el número o la severidad de los síntomas de la menopausia como los sofocos.

    37. Conceptos clave Ciertas enfermedades crónicas como la enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, osteoporosis, y síntomas de la menopausia tienen mayor incidencia en países occidentales, incluyendo los Estados Unidos, que en países asiáticos en los cuales la soja es un elemento básico de la dieta. Los investigadores intentan descubrir los posibles efectos positivos de la proteína de soja con isoflavonas naturales (y posiblemente otros compuestos bioactivos) y/o isoflavonas aisladas en la prevención de la enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, osteoporosis y en la reducción de los síntomas de la menopausia. Las isoflavonas son compuestos naturales de las plantas dentro de la categoría de fitoquímicos y fitoestrógenos. Los efectos de la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o isoflavonas aisladas incluyen: disminución del colesterol LDL, inhibición de la aterosclerosis, efectos beneficiosos en la distensibilidad arterial y en la reactividad vascular, actuación en el sistema de coagulación lo que supone la inhibición de la aterogénesis o las fases finales de la enfermedad cardiovascular, y efecto antioxidante. Ciertas enfermedades crónicas como la enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, osteoporosis, y síntomas de la menopausia tienen mayor incidencia en países occidentales, incluyendo los Estados Unidos, que en países asiáticos en los cuales la soja es un elemento básico de la dieta. Los investigadores intentan descubrir los posibles efectos positivos de la proteína de soja con isoflavonas naturales (y posiblemente otros compuestos bioactivos) y/o isoflavonas aisladas en la prevención de la enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer, osteoporosis y en la reducción de los síntomas de la menopausia. Las isoflavonas son compuestos naturales de las plantas dentro de la categoría de fitoquímicos y fitoestrógenos. Los efectos de la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o isoflavonas aisladas incluyen: disminución del colesterol LDL, inhibición de la aterosclerosis, efectos beneficiosos en la distensibilidad arterial y en la reactividad vascular, actuación en el sistema de coagulación lo que supone la inhibición de la aterogénesis o las fases finales de la enfermedad cardiovascular, y efecto antioxidante.

    38. Conceptos clave In vitro, las isoflavonas han demostrado poseer actividad antioxidante, antipromocional y antiangiogénica, todo lo cual supone una reducción del riesgo de cáncer. Estudios epidemiológicos sugieren que el consumo de proteína de soja con isoflavonas naturales puede reducir el desarrollo de la osteoporosis y disminuir la incidencia y/o severidad de los síntomas de la menopausia. Estudios en animales y en mujeres postmenopáusicas sugieren que la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o isoflavonas aisladas tienen un efecto protector frente a la pérdida de masa ósea como consecuencia de un estado hipoestrogénico. In vitro, las isoflavonas han demostrado poseer actividad antioxidante, antipromocional y antiangiogénica, todo lo cual supone una reducción del riesgo de cáncer. Estudios epidemiológicos sugieren que el consumo de proteína de soja con isoflavonas naturales puede reducir el desarrollo de la osteoporosis y disminuir la incidencia y/o severidad de los síntomas de la menopausia. Estudios en animales y en mujeres postmenopáusicas sugieren que la proteína de soja con isoflavonas naturales y/o isoflavonas aisladas tienen un efecto protector frente a la pérdida de masa ósea como consecuencia de un estado hipoestrogénico.

    39. BIBLIOGRAFÍA Adlercreutz, C.H.T., Goldin, B.R., Gorbach, S.L., J Nutr 1995;125(suppl):757S-770S Adlercreutz, H. Environ Health Perspect 1995;103(suppl 7):103-112 Adlercreutz, H., Mazur, W., Ann Med 1997;29:95-120 Akiyama, T., Ishida, J., Nakagawa, S., J Biol Chem 1987;262:5592-5595 Albertazzi, P., Pansini, F., Bonaccorsi, G., Obstet Gynecol 1998;91:6-11 American Cancer Society. Cancer Facts & Figures - 1998. Atlanta: American Cancer Society, 1998 Anderson, J.J.B., Ambrose, W.W., Garner, S.C., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:345-350 Anderson, J.W., Johnstone, B.M., Cook-Newell, M.E., N Engl J Med 1995;333:276-282 Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Bullock, B.C., Wagner, J.D., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:2524-2531 Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Hughes, C.L., J Nutr 1996;126:43-50 Arjmandi, B.H., Alekel, L., Hollis, B.W., J Nutr 1996;126:161-167 Arnal-Schnebelen B., Phytothérapie, de la recherche à la pratique 2001;12:15-17 Barnes, S., Breast Cancer Res Treat 1997;46:169-179 Barnes, S., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:386-392 Bennetau-Pelissero C., Cah. Nutr. Diét, 2001; 36(1):25-38 Breslau, N.A., Brinkley, L., Hill, K.D., Pak, C.Y.C., J Clin Endocrinol Metab 1988;66:140-146 British Heart Foundation Statistics Database 2000 Cline, M.J., Paschold, J.C., Anthony, M.S., Fertil Steril 1996;65:1031-1035 Crouse, J.R., III, Terry, J.G., Morgan, T.M., Arch Intern Med 1999;159:2070-2076 Dept of Health, UK, 2002 www.dphpc.ox.ac.uk/bhfprg/stats/2000/europe/contents.html Feskanich, D., Willett, W.C., Stampfer, M.J., Colditz, G.A., Am J Epidemiol 1996;143:472-479 Foehr, M.W., Tomei, L.D., Goddard, J.G., Pemberton, P.A., Bothurst, I.C., Nutr. Cancer 1999;34:199-205 Fort, P., Moses, N., Fasano, M., Goldberg, T., Lifshitz, F., J. Am. Coll. Nutr. 1990;9(2):164-16 Foth, D., Cline, J.M., Am J Clin Nutr 1998;68(suppl):1413S-1417S Fotsis, T., Pepper, M., Adlercreutz, H., J Nutr 1995;125:790S-797SAdlercreutz, C.H.T., Goldin, B.R., Gorbach, S.L., J Nutr 1995;125(suppl):757S-770S Adlercreutz, H. Environ Health Perspect 1995;103(suppl 7):103-112 Adlercreutz, H., Mazur, W., Ann Med 1997;29:95-120 Akiyama, T., Ishida, J., Nakagawa, S., J Biol Chem 1987;262:5592-5595 Albertazzi, P., Pansini, F., Bonaccorsi, G., Obstet Gynecol 1998;91:6-11 American Cancer Society. Cancer Facts & Figures - 1998. Atlanta: American Cancer Society, 1998 Anderson, J.J.B., Ambrose, W.W., Garner, S.C., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:345-350 Anderson, J.W., Johnstone, B.M., Cook-Newell, M.E., N Engl J Med 1995;333:276-282 Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Bullock, B.C., Wagner, J.D., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:2524-2531 Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Hughes, C.L., J Nutr 1996;126:43-50 Arjmandi, B.H., Alekel, L., Hollis, B.W., J Nutr 1996;126:161-167 Arnal-Schnebelen B., Phytothérapie, de la recherche à la pratique 2001;12:15-17 Barnes, S., Breast Cancer Res Treat 1997;46:169-179 Barnes, S., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:386-392 Bennetau-Pelissero C., Cah. Nutr. Diét, 2001; 36(1):25-38 Breslau, N.A., Brinkley, L., Hill, K.D., Pak, C.Y.C., J Clin Endocrinol Metab 1988;66:140-146 British Heart Foundation Statistics Database 2000 Cline, M.J., Paschold, J.C., Anthony, M.S., Fertil Steril 1996;65:1031-1035 Crouse, J.R., III, Terry, J.G., Morgan, T.M., Arch Intern Med 1999;159:2070-2076 Dept of Health, UK, 2002 www.dphpc.ox.ac.uk/bhfprg/stats/2000/europe/contents.html Feskanich, D., Willett, W.C., Stampfer, M.J., Colditz, G.A., Am J Epidemiol 1996;143:472-479 Foehr, M.W., Tomei, L.D., Goddard, J.G., Pemberton, P.A., Bothurst, I.C., Nutr. Cancer 1999;34:199-205 Fort, P., Moses, N., Fasano, M., Goldberg, T., Lifshitz, F., J. Am. Coll. Nutr. 1990;9(2):164-16 Foth, D., Cline, J.M., Am J Clin Nutr 1998;68(suppl):1413S-1417S Fotsis, T., Pepper, M., Adlercreutz, H., J Nutr 1995;125:790S-797S

    40. BIBLIOGRAFÍA Friedmann, M., Brandon D.L., J Agric Food Chem 2001;49:1069-1086 Hodgson, J.M., Croft, K.D., Puddey, I.B., J Nutr Biochem 1996;7:664-669 Honoré, E.K., Williams, J.K., Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Fertil Steril 1997;67:148-154 http://www.osteoporose.org/index.htm Hsieh CY, Santell RC, Haslam SZ and Helferich WG. Cancer Res., 1998 Sep 1 ; 58(17) : 3833-3838 Itoh, R., Nishiyama, N., Suyama, Y., Am J Clin Nutr 1998;67:438-444 Kapiotis, S., Hermann, M., Held, I., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:2868-2874 Kennedy, A.R., Am J Clin Nutr 1998; 68(suppl):1406S-1412S Kerstetter, J.E., Mitnick, M.E., Gundberg, J Clin Endocrinol Metab 1999;84:1052-1055 Arbeitsgemeinschaft Bevölkerungsbezogener Krebsregister in Deutschland: Krebs in Deutschland, Häufigkeiten und Trends, 2. Auflage 1999, ww.rki.de/GBE/KREBS/BROSCHUERE2/BROSCHUERE2_HOME.HTM Kuratorium Knochengesundheit e.V., 1999 Kuratorium Knochengesundheit e.V. Lancet, Jul 2;2(8340):11-14 Lock, M., Psychosom Med 1998;60:410-419 Lu, L.-J.W., Anderson, K.E., Grady, J.J., Nagamani, M., Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 1996;5:63-70 Mc Guinness, E.E., Morgan, R.G., Wormsley, K.G., Gut 1987; 28:207-212 Mc Michael-Phillips, D.F., Harding, C., Morton, M., Roberts, S.A., Howell, A., Potten, C.S., Bundred, N.J., Am. J. Clin. Nutr. 1998;68:1431S-1435S Merz-Demlow, B.E., Duncan, A.M., Wangen,K.E., Xu, X., Carr, T.P., Phipps, W.R. Kurzer, M.S., Am. J. Clin. Nutr. 2000;71:164–1469 Messina, M., Messina, V.,The Simple Soybean and Your Health Garden City Park (NY):Avery Publishing Group, 1994 Messina, M.J., Persky, V., Setchell, K.D.R., Barnes, S., Nutr Cancer 1994; 21:113-131 National Institutes of Health. www.nih.gov/health/chip/nia/menop/men2.htm (accessed 4/27/98)Friedmann, M., Brandon D.L., J Agric Food Chem 2001;49:1069-1086 Hodgson, J.M., Croft, K.D., Puddey, I.B., J Nutr Biochem 1996;7:664-669 Honoré, E.K., Williams, J.K., Anthony, M.S., Clarkson, T.B., Fertil Steril 1997;67:148-154 http://www.osteoporose.org/index.htm Hsieh CY, Santell RC, Haslam SZ and Helferich WG. Cancer Res., 1998 Sep 1 ; 58(17) : 3833-3838 Itoh, R., Nishiyama, N., Suyama, Y., Am J Clin Nutr 1998;67:438-444 Kapiotis, S., Hermann, M., Held, I., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:2868-2874 Kennedy, A.R., Am J Clin Nutr 1998; 68(suppl):1406S-1412S Kerstetter, J.E., Mitnick, M.E., Gundberg, J Clin Endocrinol Metab 1999;84:1052-1055 Arbeitsgemeinschaft Bevölkerungsbezogener Krebsregister in Deutschland: Krebs in Deutschland, Häufigkeiten und Trends, 2. Auflage 1999, ww.rki.de/GBE/KREBS/BROSCHUERE2/BROSCHUERE2_HOME.HTM Kuratorium Knochengesundheit e.V., 1999 Kuratorium Knochengesundheit e.V. Lancet, Jul 2;2(8340):11-14 Lock, M., Psychosom Med 1998;60:410-419 Lu, L.-J.W., Anderson, K.E., Grady, J.J., Nagamani, M., Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 1996;5:63-70 Mc Guinness, E.E., Morgan, R.G., Wormsley, K.G., Gut 1987; 28:207-212 Mc Michael-Phillips, D.F., Harding, C., Morton, M., Roberts, S.A., Howell, A., Potten, C.S., Bundred, N.J., Am. J. Clin. Nutr. 1998;68:1431S-1435S Merz-Demlow, B.E., Duncan, A.M., Wangen,K.E., Xu, X., Carr, T.P., Phipps, W.R. Kurzer, M.S., Am. J. Clin. Nutr. 2000;71:164–1469 Messina, M., Messina, V.,The Simple Soybean and Your Health Garden City Park (NY):Avery Publishing Group, 1994 Messina, M.J., Persky, V., Setchell, K.D.R., Barnes, S., Nutr Cancer 1994; 21:113-131 National Institutes of Health. www.nih.gov/health/chip/nia/menop/men2.htm (accessed 4/27/98)

    41. BIBLIOGRAFÍA Nestel, P.J., Yamashita, T., Sasahara, T., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:3392-3398 Osteoporosis overview. Osteoporosis and Related Bone Diseases~National Resource Center, www.osteo.org (accessed 4/27/99) Peterson, G., Barnes, S., Cell Growth Differ 1996;7:1345-1351 Peterson, G., Barnes, S., Prostate 1993;22:335-345 Polkowski K, Mazurek AP., Acta Pol. Pharm. 2000;57(2):135-155 Potter, S.M., Baum, J.A., Teng, H., Am J Clin Nutr 1998;68(suppl):1375S-1379S Salamone, L.M., Pressman, A.R., Seeley, D.G., Arch Intern Med 1996;156:1293-1297 Tansey, G., Hughes, C.L., Jr., Cline, J.M., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:340-344 Tikkanen, M.J., Wähälä, K., Ojala, S., Proc Natl Acad Sci 1998;95:3106-3110 Troll, W., Frankel, K., Wiesner, R. (): Adv. Exp. Med. Biol. 1986;199:153-165 Wagner, J.D., Cefalu, W.T., Anthony, M.S., Metabolism 1997;46:698-705 Wang, C., Sherrard, M., Pagadala, S., Wixon, R., Scott, R.A., J. Am. Oil Chem. Soc. 2000;77: 483–487 Weder, J.K.P., Adv. Exp. Med. Biol. 1986;199:239-279 Wei, H., Bowen, R., Cai, Q., Proc Soc Exp Biol Med 1995;208:124-130 Whitten PL, Naftolin F., Baillieres Clin. Endocrinol. Metab. Dec 1998; 12(4):667-690 Yamaguchi, M., Gai, Y.H., Biochem Pharmacol 1998;55:71-76 Zava, D.T., Duwe, G., Nutr Cancer 1997;27:31-40 Zhang, R., Li, Y., Wang, W., Nutr Cancer 1997;29:24-28 Zhou, Y., Lee, A.S. J Natl Cancer Inst 1998;90:381-388 Nestel, P.J., Yamashita, T., Sasahara, T., Arterioscler Thromb Vasc Biol 1997;17:3392-3398 Osteoporosis overview. Osteoporosis and Related Bone Diseases~National Resource Center, www.osteo.org (accessed 4/27/99) Peterson, G., Barnes, S., Cell Growth Differ 1996;7:1345-1351 Peterson, G., Barnes, S., Prostate 1993;22:335-345 Polkowski K, Mazurek AP., Acta Pol. Pharm. 2000;57(2):135-155 Potter, S.M., Baum, J.A., Teng, H., Am J Clin Nutr 1998;68(suppl):1375S-1379S Salamone, L.M., Pressman, A.R., Seeley, D.G., Arch Intern Med 1996;156:1293-1297 Tansey, G., Hughes, C.L., Jr., Cline, J.M., Proc Soc Exp Biol Med 1998;217:340-344 Tikkanen, M.J., Wähälä, K., Ojala, S., Proc Natl Acad Sci 1998;95:3106-3110 Troll, W., Frankel, K., Wiesner, R. (): Adv. Exp. Med. Biol. 1986;199:153-165 Wagner, J.D., Cefalu, W.T., Anthony, M.S., Metabolism 1997;46:698-705 Wang, C., Sherrard, M., Pagadala, S., Wixon, R., Scott, R.A., J. Am. Oil Chem. Soc. 2000;77: 483–487 Weder, J.K.P., Adv. Exp. Med. Biol. 1986;199:239-279 Wei, H., Bowen, R., Cai, Q., Proc Soc Exp Biol Med 1995;208:124-130 Whitten PL, Naftolin F., Baillieres Clin. Endocrinol. Metab. Dec 1998; 12(4):667-690 Yamaguchi, M., Gai, Y.H., Biochem Pharmacol 1998;55:71-76 Zava, D.T., Duwe, G., Nutr Cancer 1997;27:31-40 Zhang, R., Li, Y., Wang, W., Nutr Cancer 1997;29:24-28 Zhou, Y., Lee, A.S. J Natl Cancer Inst 1998;90:381-388

More Related