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129 y 125 ANIVERSARIO DE LAS CONGREGACIONES LA MISIÓN AMIGONIANA EN LOS TIEMPOS FUNDACIONALES

129 y 125 ANIVERSARIO DE LAS CONGREGACIONES LA MISIÓN AMIGONIANA EN LOS TIEMPOS FUNDACIONALES. La misión aparece como algo íntimamente ligado a la vivencia espiritual del P. Luis y de las dos Congregaciones que fundó.

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129 y 125 ANIVERSARIO DE LAS CONGREGACIONES LA MISIÓN AMIGONIANA EN LOS TIEMPOS FUNDACIONALES

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Presentation Transcript


  1. 129 y 125 ANIVERSARIO DE LAS CONGREGACIONES LA MISIÓN AMIGONIANA EN LOS TIEMPOS FUNDACIONALES

  2. La misión aparece como algo íntimamente ligado a la vivencia espiritual del P. Luis y de las dos Congregaciones que fundó. • Es determinante para las fundaciones y es el aspecto que dinamiza el caminar congregacional, estimulando a las hermanas y hermanos a la entrega al Señor, siendo testigos de su misericordia entre los más necesitados.

  3. MOVIDOS A COMPASIÓN

  4. Pasados tan solo unos días de la fundación de las Hermanas Terciarias Capuchinas el dolor estremecía la sociedad valenciana. Una epidemia de cólera empezó a hacer estragos en la población, cebándose especialmente en los humildes y desprotegidos. El mal se extendió rápidamente y el pánico se apoderó de muchos que huían despavoridos. • Las Hermanas Terciarias Capuchinas escucharon desde su lugar fundacional, el santuario de Montiel, enclavado en un monte, los gritos de dolor y las angustiosas llamadas de ayuda y, abandonando el tranquilo retiro, bajaron a auxiliar a los enfermos del pueblo cercano, Benaguacil. Una religiosa lo cuenta así:

  5. “Nuestras religiosas, ardiendo en amor al sacrificio, se ofrecieron a auxiliar a los apestados. Antes de emprender tan ardua tarea, hicieron tres días de retiro, pidiendo al Señor les aceptara como víctimas, si era su voluntad, después de haber asistido a los enfermos.” Hna. Isabel de Benisa

  6. Poco después, les pidieron también ayuda desde Masamagrell, lugar donde residía el P. Luis. Todas las religiosas se ofrecieron con total libertad y, de entre ellas, escogieron a cuatro para esta misión. • Al poco de llegar, se ganaron, por su testimonio sacrificado de amor, el corazón del pueblo. Tanto desafiaron los peligros y tanto “despreciaron” por amor la propia vida que tres murieron contagiadas por el cólera. • El Señor quiso que aquellas primeras mártires de la caridad, fueran las piedras preciosas y firmes sobre las que se levantase una nueva obra. Fue para el P. Luis y las primeras hermanas una experiencia fuerte de la Providencia de Dios

  7. UNA VEZ PASADA LA EPIDEMIA Y, AL VER QUE QUEDABAN MUCHOS NIÑOS SIN AMPARO POR HABER MUERTO SUS PADRES, DICE EL P. LUIS: «Movido yo a compasión, pensé en que podríamos recogerlos y, al efecto, pregunté a la Madre Ángela, la única de las cuatro que había quedado con vida, si se veía con ánimos para cuidar aquellos niños si los recogíamos en una casa. Llena de celo y movida de caridad, se ofreció a ello muy gustosamente». OCLA 86

  8. NO DISPONÍAN DE DINERO NI DE CASA ALGUNA, COMENZABAN DE CERO, COMO CUENTA EL P. LUIS: «Consulté el asunto a las juntas de la Tercera Orden, que lo aprobaron muy gustosas y, sin pérdida de tiempo, alquilamos en Masamagrell la casa llamada del Castillo, para convertirla en Asilo donde recoger los niños. Salimos luego por la población a recoger algunos muebles que nos ofrecieron y con varias limosnas que me dieron compramos algunos jergones, sábanas, mantas y otro utensilios y, sin contar con más recursos, pero confiados en la Divina Providencia, que mantiene hasta las aves del cielo, abrimos el Asilo el 9 de agosto del 1885». OCLA86

  9. En cuanto a los Religiosos Amigonianos, pocos días después de la fundación de la Congregación, el P. Luis, acompañado del único sacerdote que había ingresado en la Congregación, P. Francisco de Sueras, viajó a Madrid. • El objetivo era entrevistarse con una asociación formada por eminentes políticos y otras personalidades sociales que preparaban un centro para acoger a los jóvenes díscolos e indisciplinados a fin de educarlos de forma conveniente y evitar así su posible encarcelación posterior. • El Centro se llamaba Escuela de Reforma de Santa Rita, ya inaugurado, pero no despegaba pedagógicamente. • La idea de dirigir este centro no desagradó ni al P. Luis ni a su acompañante por la conexiones que guardaba con el fin de dedicarse a la moralización de los penados pero, de momento, remitieron para el año siguiente un posible compromiso.

  10. En mayo de 1890, poco antes de profesar los primeros religiosos, fue de nuevo a Madrid el P. Luis con el P. José de Sedaví para firmar un primer contrato con la asociación. El 29 de octubre tomaron posesión del centro. El trabajo desarrollado en esta Escuela, al tiempo que fue danto lugar al nacimiento de la pedagogía amigoniana, fue propiciando poco a poco el cambio de rumbo apostólico dentro del naciente Instituto.

  11. EL SEÑOR NOS PRECISA LA MISIÓN

  12. El P. Luis - al fundar sus dos Congregaciones para dar cauce al deseo de mayor perfección que sentían los hombres y mujeres de la Tercera Orden Franciscana Seglar que él personalmente estaba acompañando en su itinerario de crecimiento humano y espiritual - determinó para sus hijas e hijos aquellos mismos campos apostólicos que, de alguna manera, venían desempeñando como laicos. Esos campos apostólicos, eran en principio tres en cada una de las Congregaciones:

  13. «Las hermanas servirán al Señor en vida mixta entregándose unas veces a las dulzuras de la contemplación y dedicándose otras, con toda solicitud y desvelo, al socorro de las necesidades corporales y espirituales de sus prójimos en los hospitales y asilos o casas de enseñanza, particularmente orfelinatos, siendo estos ejercicios de caridad los que, con preferencia, abrazará este Instituto. Sin embargo, si en algún tiempo la Iglesia las pidiese para las misiones entre infieles, se prestaran con toda docilidad». OCLA2293

  14. «Los religiosos trabajarán con toda solicitud e formar su espíritu e inflamar su voluntad en el amor de Dios por medio de la oración para, de este modo, poder comunicar a sus prójimos los incendios del divino amor y estar más dispuestos a servirles en los ministerios a que en especial se consagra esta Congregación, como son: la instrucción de adultos y párvulos en las ciencias y artes, el servicio de los enfermos, en especial a domicilio, y el régimen y dirección de las cárceles y presidios.» OCLA 2360

  15. La evolución posterior siguió, sin embargo suertes distintas en cada una de las Congregaciones. Mientras que las hermanas, no solo los mantuvieron, sino que los ampliaron bien pronto con el de corrección paternal y la primera evangelización; los hermanos, desde un principio, fueron variando el rumbo apostólico primero, centrando el fin misional propio en la enseñanza y moralización de las acogidos en las Escuelas de Reforma y correccionales.

  16. En el momento fundacional de los religiosos, cobró fuerza la instrucción y moralización de los penados en cárceles y presidios, idea que fue a todos muy simpática. • Luego viene el contacto con la vida que ofrece nuevos datos, el Espíritu ilumina nuevos caminos, surgen otras necesidades. • La experiencia hace ver que las formulaciones iniciales, demasiado generales, son inviables. • La atención a los enfermos y la instrucción de adultos y párvulos en las ciencias y artes no se excluyen, al menos de forma explícita, pero tampoco se les dedica una atención singular en las ordenaciones del P. Fundador ni en otras disposiciones de los Superiores.

  17. Con la aceptación de la Escuela de Reforma de Santa Rita, se inicia una evolución que será continua y profunda al mismo tiempo. De la moralización de los penados en cárceles, misión que por dificultades de tipo gubernamental no llegó a ejercerse, se pasa a una misión casi análoga y similar, la reeducación de la juventud extraviada.

  18. Aunque el P. Luis siguió albergando por un tiempo la ilusión de que sus religiosos se dedicasen a los encarcelados, se fue percatando el mismo los primeros religiosos que era la cristiana educación de los niños y jóvenes apartados del camino de la verdad del bien, el camino por el que requería Dios sus servicio. Es lo que transmiten los primeros religiosos cuando escriben su historia para solicitar a la Santa Sede la aprobación de la Congregación:

  19. «Siendo muy dificultoso encargarnos del gobierno y dirección de la cárceles y presidio, que fue el primer fin propuesto por el P. Fundador y habiéndose abierto un campo muy amplio y con abundante mies que poder cosechar para nuestro Instituto cuando se encargó de la Escuela de Santa Rica, que tiene por objeto principal la educación correccional, moralización y enseñanza de ciencias y artes a los acogidos en ella, nos convencimos de que en este ministerio serviríamos mejor al Señor y a su santa Iglesia y sin duda alguna con más provecho que con los múltiples fines intentados en un principio». P. Ignacio de Torrent.

  20. Esta evolución se ha desarrollado sin traumas, más aun, con el beneplácito de los religiosos todos que, con su Fundador, han visto en este cambio el cumplimiento de la voluntad de Dios; y con el aplauso de las autoridades civiles y religiosas. Finalmente la evolución y el cambio son reconocidos por la Iglesia en el decreto de aprobación de la Congregación:

  21. El fin u objeto especial que se proponen dichos hermanos es… compelidos por el singular ejemplo de Cristo, ejercer la caridad con los jóvenes extraviados, de tal manera que, apartándolos con medios muy oportunos del cieno de los vicios, cuidan con gran solicitud de instruirlos y educarlos piadosamente.

  22. Y, al tiempo que sus Congregaciones impulsadas por el mismo Espíritu fueron evolucionando con un estilo propio y característico, pero igualmente legítimo, también el P. Luis fue percatándose de que, entre los distintos campos apostólicos que el Espíritu le había inspirado en un principio, el que había llegado a ser común a sus dos fundaciones y distinguía de un modo particular el Carisma misericordioso que Dios había querido regalar, por medio de él, a la iglesia y a la sociedad, era, precisamente, el de la educación cristiana de los y las jóvenes alejados del camino de la verdad y desviados del camino del bien.

  23. El P. Luis procuró, tanto en su magisterio oral como escrito, mantenerse cercano a sus hijas e hijos en la aventura pedagógica en que se había embarcado con muy buena voluntad, pero con poco conociendo técnico, y poner su granito de arena para la elaboración de una pedagogía terapéutica adecuada al mundo concreto del menor en conflicto, algo que entonces era un verdadero reto encuadrado en un movimiento científico aun pionero a nivel mundial.

  24. Contemplamos y damos gracias al Señor por el regalo del Carisma y la misión amigoniana. ¿Qué me llama la atención de esta actuación de Dios y de nuestros primeros hermanas y hermanos? • ¿Qué actitudes y opciones se nos pide a nosotros hoy como continuadores de la misión Amigoniana? • ¿Qué pasos podemos dar para encarnar esa misión como Familia Amigoniana?

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