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FOLLETO VIA LUCIS

FOLLETO VIA LUCIS. VIA LUCIS. Movimiento Apostólico de Schoenstatt Campaña del Rosario Vicaría Belgrano. DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO Guía: Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu se derrama sobre la comunidad para fortalecerla y santificarla.

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FOLLETO VIA LUCIS

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Presentation Transcript


  1. FOLLETO VIA LUCIS

  2. VIA LUCIS Movimiento Apostólico de Schoenstatt Campaña del Rosario Vicaría Belgrano

  3. DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO Guía: Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu se derrama sobre la comunidad para fortalecerla y santificarla. Queda inaugurado el "tiempo de la Iglesia". A partir de este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, peregrina por los caminos de la historia en la fuerza del Espíritu. Ese mismo Espíritu llena mi propia. Pequeña historia personal, dándole movimiento, calidez y un norte claro, hasta que un día participemos del gozo junto a Dios en el cielo Preguntémonos: ¿Camino en esta Iglesia animada por el Espíritu Santo? ¿Conozco y pido los dones del Espíritu Santo para mis tareas? Padre nuestro, Ave María, Gloria. Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz. Madre de Nuestro Señor. Carta de presentación Queridos amigos: En sus manos tienen un ejemplar del “Via lucis”. El mismo fue confeccionado por Misioneras de la Campaña del Rosario del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, Vicaría Belgrano. Este “Vía Lucis” quiere ser una continuación del Vía Crucis, una antigua y acendrada tradición de la Iglesia que ha encontrado su momento para rezarlo cada viernes de semana y, en especial, el Viernes Santo. Si el Vía crucis busca acompañar a Jesús en el camino de su pasión, el Vía lucis pretende despertar el asombro como Él nos acompaña en esos 40 días que transcurren entre su resurrección y su vuelta al Padre a través del acontecimiento de la Ascensión. Como el vía crucis cualquier momento es bueno para rezarlo pero creemos que hay dos días especialmente para ello: el domingo, primer día de la semana, donde recordamos como cristianos la resurrección del Señor y los días jueves donde junto con toda la Iglesia rezamos los misterios luminosos del Santo Rosario. Que este vía lucis nos ayude a vivir en la cercanía de Cristo resucitado, Señor de la historia, nuestro Señor. Si así se da, todo el esfuerzo y el cariño puesto en su confección será recompensado ampliamente. Que Dios bendiga a todos los que lo recen. P. JUAN JOSÉ RIBA Asesor sacerdotal de la Campaña del Rosario Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Lector: “De repente un ruido del cielo, como una violenta ráfaga de viento resonó en toda la casa donde se encontraban y vieron aparecer lenguas de fuego que se repartían posándose encima de cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse”. (Hechos 2, 1-4)

  4. DÉCIMOSEGUNDA ESTACIÓN: LA ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR Guía: Todos se han reunido para la despedida del Maestro. Sienten el dolor de la separación, pero el Señor les ha llenado de esperanza. Una esperanza firme: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Por eso los dos ángeles sacuden el embobamiento de los apóstoles de quedarse mirando al cielo. Es el momento de ponerse a trabajar, de emplearse a fondo para llevar el mensaje de alegría, la Buena Noticia, a todo el mundo, porque contamos con la compañía de Jesús, que no nos abandona. Y no podemos perder ni un instante, porque el tiempo no es nuestro, sino de Dios, para emplearlo en su servicio. Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros, para que vivamos con la ardiente esperanza de acompañarlo un día en su Reino. Y está sentado a la derecha del Padre,hasta que vuelva al final de los tiempos. Preguntémonos: ¿Anhelo el cielo para mí y mi pueblo donde nos espera Aquel que se nos adelantó? ¿Soy un cristiano embobado mirando al cielo o lucho por construir un mundo más justo? Padre nuestro, Ave María, Gloria Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de Nuestro Señor PRIMERA ESTACIÓN: CRISTO VIVE: ¡HA RESUCITADO! (se enciende una velita, (con la luz del cirio pascual) que corresponde a cada estación . Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Lector: “Dicho esto, los apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Éste Jesús que les ha sido quitado y fue llevado al cielo, vendrá de la misma manera, que lo han visto partir” (Hechos 1, 9-11). Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo Lector: “Pasado el sábado al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor de tierra. El Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. El Ángel dijo a las mujeres. No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, como lo había dicho... Ha resucitado de entre los muertos”. (Evangelio según San Mateo 28, 1-7) Guía: En los sepulcros se suele poner "aquí yace", en cambio en el de Jesús el epitafio no estaba escrito sino que lo dijeron los ángeles: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado" (Lc 24, 5-6). Cuando parece que todo está acabado, cuando la muerte parece haber dicho la última palabra, escuchamos llenos de gozo y asombro que Cristo vive, porque ha resucitado. Esa es la gran noticia, la gran verdad que da consistencia a nuestra fe como afirma San Pablo, que llena de una alegría desbordante nuestra vida, y que se entrega a todos: "hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Noticia" (1 Pe 4, 6), porque Jesús abrió las puertas del cielo a los justos que murieron antes que Él. Cristo, que ha querido redimirnos dejándose clavar en un madero, entregándose plenamente por amor, ha vencido a la muerte. Su muerte redentora nos ha liberado del pecado, y ahora su resurrección gloriosa nos ha abierto el camino definitivo hacia el Padre. Preguntémonos: ¿seguimos buscando entre las cosas muertas al que vive? ¿qué significa para mí el mensaje “Cristo resucitó”? (Breve silencio) Padre nuestro. Ave María y Gloria- Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor

  5. SEGUNDA ESTACIÓN: LOS DISCÍPULOS PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN EL SEPULCRO VACÍO . Cristo ha vencido a la muerte, y no es una vana ilusión: es un hecho de la histo- ria que va a cambiar la historia. Después de este acontecimiento, el Señor sal-. dría al encuentro de Pedro, como expresión de la delicadeza de su amor, y así el que llegaría a ser la cabeza de los Apóstoles, y tendría que confirmarlos en la fe ,recibió una visita personal de Jesús. Así nos lo cuenta Pablo y Lucas; “Cristo se apareció a Cefas y luego a los doce”. (1 Cor.15,5;Cf. Lucas.24,34) Preguntémonos: ¿creo en la resurrección sin haber visto al Señor? ¿me uno a mis hermanos que conmigo creen en Cristo resucitado? Padre nuestro, Ave María y Gloria Por la resurrección de Cristo. Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor DECIMOPRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ENVÍA A LOS DISCÍPULOS POR EL MUNDO Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa pascua redimiste al mundo. Lector: “Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él, sin embrago, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo y Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo Lector: “Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrieron los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro, y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía y entro en el sepulcro.... él también vio y creyó” (Evangelio según San Juan 20,3-8). Guía: Pedro y Juan son los primeros apóstoles en ir al sepulcro. Han llegado corriendo, con el alma Esperanzada y el corazón latiendo fuerte. Y comprueban que todo es como les han dicho las mujeres. Hasta los más pequeños detalles de cómo estaba el sudario, quedan grabados en su interior, y reflejados en la Escritura. . , , . enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mateo 28,16-20). Guía: Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones. La intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del resucitado, disfrutando estos últimos instantes con Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen por delante: "Id al mundo entero...". Ese es su mandato: hay que ponerse en camino para llevar a todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las tres grandes tareas de todo apóstol, de todo cristiano: predicar, hablar de Dios para que la gente crea y descubran en él al Padre misericordioso, que celebren los sacramentos; y vivan según el Evangelio para parecerse cada día más a Jesús, el Maestro, el Señor. Preguntémonos: ¿Valoro mi bautismo por el cual llegué a ser cristiano? ¿conozco y celebro el día en que fui bautizado? ¿Llevo el mensaje de ser cristiano a los ambientes donde me muevo o me lo guardo temerosamente para mí? Padre nuestro, Ave María, Gloria Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de Nuestro Señor

  6. DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS CONFIERE EL PRIMADO A PEDRO preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, tú lo sabes, todo, sabes que te quiero. Jesús le dijo: “apacienta mis ovejas”...(San Juan, 21, 15-19). Guía: Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el Señor. Y se siente avergonzado porque le ha fallado cuando más lo necesitaba. Pero Jesús no le reprocha su cobardía: el amor es más grande que todas nuestras miserias. Le lleva por el camino de renovar el amor, de recomenzar, porque nunca hay nada perdido. Las tres preguntas que le formula Jesús son la mejor prueba de que Él sí es fiel a sus promesas, de que nunca abandona a los suyos: siempre está abierta la puerta de la esperanza para quien sabe amar. Cuando ha dado tres veces su confesión de amor, le confirma en su tarea de pastor del rebaño. La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle a él y a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al Pueblo de Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano, de un servidor. Así, de la mano de Pedro, el primer Papa, y luego de sus sucesores, Cristo continúa guiando hoy a su Iglesia. Preguntémonos: ¿Amo al Señor más que los otros o me muevo por la mediocridad? ¿Tengo amor al Santo Padre? ¿rezo por su tarea de pastor universal? Padre nuestro, Ave María, Gloria Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de Nuestro Señor TERCERA ESTACIÓN: EL ENCUENTRO CON LA MAGDALENA Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Guía:-Después de comer, Jesús le dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” El le respondió: “Si, Señor, tu sabes que te quiero”, y Jesús le respondió “Apacienta mis corderos”. Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?. El le respondió: “Sí, Señor, sabes qute amo”. Jesús le dijo: “apacienta mis ovejas”. Le Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa pascua redimiste al mundo Lector:“María se había quedado afuera llorando junto al sepulcro..... Jesús le preguntó: mujer ¿porqué lloras? ¿a quién buscas?. Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió. Señor si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.Y Jesús le dijo. ¡María! Ella lo reconoció y le dijo en hebreo, ¡Raboní!, es decir Maestro.... (Evangelio según San Juan 20. 11-16)- Guía: María Magdalena, va al frente de las mujeres que se dirigen al sepulcro para terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús. Llora su ausencia porque ama, pero Jesús no se deja ganar en generosidad y sale a su encuentro. La Magdalena ama con un amor limpio y grande. Su amor está hecho de fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que saben hacer de él entrega. María ha buscado al maestro y la respuesta no se ha hecho esperar: el Señor reconoce su cariño sin fisuras, y pronuncia su nombre. Así es como Cristo nos llama por nuestros nombres, personalmente, porque nos ama a cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia de un hortelano, o de tantos hombres o mujeres que pasan, sin que nos demos cuenta, a nuestro lado. Preguntémonos: ¿Busco a Jesús como lo buscaba la Magdalena? ¿Enjugo las lágrimas de los que tengo cerca contándoles con alegría y serenidad la resurrección del Señor? Padre nuestro. Ave María, Gloria. Por la Resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor

  7. CUARTA ESTACIÓN: JESÚS EN EL CAMINO DE EMAÚS Guía: En aquel camino polvoriento que conduce desde Jerusalén a Emaús, caminan tristes los discípulos con un viajero desconocido. “Era la tarde de aquel primer día después del sábado en el que había ocurrido lo increíble. Según la promesa, Cristo había resucitado, pero ellos aún no lo sabían. Sus palabras no son comunes, pero poco a poco habían hecho enardecer sus corazones. Estas mismas palabras hacen arder hoy nuestros corazones y hacen florecer la esperanza y la confianza, a cuantos buscan el sentido verdadero de su existencia” (SS Juan Pablo II). Por eso los discípulos lo invitaron “Quédate con nosotros”. Preguntémonos: ¿invito como los discípulos frecuentemente a Jesús a “quedarse” conmigo, con mi familia, en mi parroquia? ¿Cuándo fue la última vez que ardió mi corazón al escuchar algo del Señor? Padre nuestro. Ave María, Gloria. Por la Resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor NOVENA ESTACIÓN: JESÚS SE PARECE EN EL MAR DE TIBERÍADES Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo Lector: “En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar". Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.Estabaya oscureciendo , cuando Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Lector:“Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día a una aldea llamada Emaús (...). Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo (...) Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, Él les hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron diciendo: "Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída". Y entró para quedarse con ellos”.(Evangelio según San Lucas 24,13-24). Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?". Ellos contestaron: "No". Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis". La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor" (San Juan, 21,1-7). Guía: Frente a la incertidumbre, los apóstoles retornan a sus tareas habituales: ser pescadores. Así se unen en el trabajo con Pedro. La barca de Pedro, el pescador de Galilea, es imagen de la Iglesia, cuyos miembros, a lo largo de la historia están llamados a poner por obra, el mandato del Señor: "seréis pescadores de hombres". Pero no vale únicamente el esfuerzo humano, hay que contar con el Señor, fiarnos de su palabra, y echar las redes. En las circunstancias difíciles, cuando parece que humanamente se ha puesto todo de nuestra parte, es el momento de la confianza en Dios, de la fidelidad a la Iglesia, a su palabra. El apostolado, la extensión del Reino, es fruto de la gracia de Dios y del esfuerzo y entrega del hombre. Pero hay que saber descubrir a Jesús en la orilla, y Él nos premiará con frutos abundantes.  Preguntémonos: ¿Estoy atento a la indicación del Señor cuando me dice “echa ahora las redes”? ¿Trabajo por el Reino de Dios de manera generosa sin medir esfuerzos? Padre nuestro, Ave María, Gloria Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor

  8. OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS FORTALECE LA FE DE TOMÁS Guía: Tomás no se deja convencer por las palabras, por el testimonio de los demás apóstoles, Y busca los hechos: quiere ver y tocar. Jesús que conoce tan íntimamente nuestro corazón, Busca recuperar esa confianza que parece perdida. Cuando Tomás vuelve a la fe, salen de sus labios una de las confesiones de Cristo más claras y audaces del Evangelio: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28). La fe es una gracia de Dios que nos lleva a reconocerlo como Señor, que mueve nuestro Corazón hacia Él, que nos abre los ojos del espíritu. La fe supera nuestras capacidades pero no es irracional, ni algo que se imponga contra nuestra libertad: es más bien una luz que ilumina nuestra existencia y nos ayuda y fortalece, para reconocer la verdad y aprender a amarla.. ¡Qué importante es estar junto a Cristo!. Aunque no lo toquemos ni lo veamos, él está junto a nosotros. Preguntémonos: ¿Vuelvo al Señor después de mis crisis de fe? ¿Soy consciente de lo que digo después de la consagración “Señor mío y Dios mío”? Padre nuestro, Ave María, Gloria. Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de Nuestro Señor QUINTA ESTACIÓN: JESÚS PARTE EL PAN CON LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa pascua redimiste al mundo Lector: ”Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición, luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista- (San Lucas, 24.30-31). Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Lector: “Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo:”la paz esté con ustedes” Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo. Aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe. Tomás respondió: “Señor mío y Dios mío”. Jesús le dijo: “ Ahora crees , porque has visto, felices los que creen sin haber visto”.(San Juan, 20, 26-29) Guía: Ya se hacía tarde. Los discípulos están a la mesa con aquél viajero misterioso que les ha manifestado el sentido de la historia que estaban viviendo. Después de la palabra vino el gesto “partir el pan”, como en la cena eucarística.. Aquél rostro los lleva a algo que ya conocen: al Cristo del Cenáculo, que en el pan y el vino ofrece su cuerpo y su sangre, alimento para la vida del mundo. A nosotros es necesario a veces que se nos abran los ojos para reconocer a Jesús al partir el pan. Preguntémonos: ¿Reconozco a Jesús muerto y resucitado en el pan de vida? ¿Pido al Señor que abra mis ojos para descubrirlo y amarlo en cada caristía que participo? Padre Nuestro, Ave María, Gloria Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor

  9. VIA LUCIS Nos ponemos en la presencia del Señor invocando su nombre: “ En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.  Los acontecimientos del Via Crucis concluyen en un sepulcro, y dejan quizás en nuestro interior una imagen de fracaso. Sin embargo ese no es el final. Como nos lo señala la Sagrada Escritura: Jesús con su Resurrección triunfa sobre el pecado y sobre la muerte. Y, resucitado, dedicará nada menos que cuarenta días en devolver la fe y la esperanza a los suyos. Después les dejará diez días de reflexión - a modo de jornadas de retiro y oración - en torno a María para que reciban la fuerza del Espíritu que les capacite para cumplir la misión que El les ha confiado.En los encuentros de Jesús con los suyos, llenos de intimidad y de esperanza, el Señor parece jugar con ellos: aparece de improviso, donde y como menos se esperan, les llena de alegría y fe, y desaparece dejándoles de nuevo esperando. Pero después de su presencia viene la confianza firme, la paz que ya nadie Podrá arrebatarles. Todo se ilumina de una luz nueva.El “Via Lucis” es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con Cristo y gracias a Cristo resucitado. Vamos a vivir con los discípulos su alegría desbordante que sabe contagiar a todos. Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acción de Cristo resucitado (se enciende el cirio) que vive ya para siempre entre nosotros. Vamos a dejarnos llenar por el Espíritu Santo que vivifica el alma. DECIMOTERCERA ESTACIÓN: LOS APÓSTOLES JUNTO A MARÍA A LA ESPERA DEL ESPÍRITU SANTO Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa pascua redimiste al mundo. Lector: “Todos ellos íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos” (Hechos 1,14) Guía: La comunidad se reúne en torno a María en la fe, en la oración constante y en amor. Fieles apóstoles de Jesús, todos juntos alabando a Dios, dando testimonio de su fe en el Cristo Resucitado, de la vida nueva, a la espera que se cumpla la promesa de Jesús de enviar al Espíritu Consolador “para que permanezca con ustedes para siempre”. (Juan 14, 16). María y el Espíritu están al comienzo de la historia de la Iglesia, así como estuvieron juntos en la Anunciación. En esta época marcada por fuertes dolores de parto también el Espíritu junto a María quiere gestar un nuevo nacimiento de Cristo en cada hombre y en cada pueblo. Preguntémonos: ¿Espero al Espíritu Santo rezando junto a María? ¿Promuevo la oración en mi familia, en mi parroquia, entre mis amigos? Padre nuestro, Ave María, Gloria. Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de Nuestro Señor

  10. CONCLUSIÓN Caminamos muchas veces derrotados hacia Emaús. Sin embargo un Peregrino se acerca silenciosamente y camina junto a nosotros. Su palabra nos hace arder el corazón y así entendemos las escrituras. Ahora comprendemos que era necesario que el Mesías padeciera. Lo reconocemos vivo cuando compartimos el pan. Derrotamos toda oscuridad porque Él nos acompaña: lejos quedan la desesperanza y los temores. Como bautizados, hemos sido llamados a dar testimonio para que todos puedan gozar de la luz de la vida sin fin que resplandece en Cristo resucitado. Aleluya Aleluya Cantamos......

  11. SEXTA ESTACIÓN: JESÚS SE APARECE A LOS DISCÍPULOS Guía: Los discípulos están en el Cenáculo, el lugar donde fue la Última Cena. Temerosos y desesperanzados, comentan los sucesos ocurridos. Es entonces cuando Jesús se presenta en medio de ellos, y el miedo da paso a la paz. Al principio la sospecha de estar frente a un fantasma es fuerte. ¿No ha sido Jesús sepultado en la tumba con los signos de tortura y de la crucifixión? Sin embargo ahí está él, delante de sus amigos con las manos y los pies heridos lleno de vida. Esta vida nueva es la que expulsa la amargura, la tristeza y la duda, y nos hace mirar más allá de la muerte y el silencio hasta descubrir en sus manos y sus pies “el dolor resucitado”. Preguntémonos: ¿Es para mí Jesús un fantasma o el Señor resucitado? ¿Le he ofrecido con fe mis dolores y heridas para que Él las cure? Padre nuestro, Ave María, Gloria. Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS DA EL PODER DE PERDONAR NUESTROS PECADOS. Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa pascua redimiste al mundo. Lector: Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo, los pecados serán perdonado a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan” (San Juan, 20, 22-23) Te adoramos Cristo y te bendecimos Que por tu Santa Pascua redimiste al mundo. Lector:“Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”, y atónitos llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les pregunto: “¿porqué están turbados y se les presentan dudas?. Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo- …” (San Lucas 24,36-40). Guía: Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor del primer momento da paso a la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor les dará el poder de perdonar los pecados de ofrecer a los hombres la misericordia de Dios. Este soplo de Cristo en la tarde de Pascua se difunde en los discípulos que lo rodean admirados.Es un símbolo de la Nueva Creación que surge de sus labios.Es el signo de un nuevo nacimiento que solamente el Espíritu puede operar, haciendo salir de la muerte del pecado y poniéndolo en camino a una vida nueva en la verdad y la justicia. En la Iglesia siempre debe soplar este aliento divino del perdón, que renueva, transforma y santifica a la humanidad. Preguntémonos: ¿Visito con frecuencia la confesión para que el Señor me haga resucitar de la muerte de mis pecados? ¿Promuevo este sacramento del consuelo, con el que el Resucitado nos pone de nuevo de pie entre los que tengo cerca? Padre Nuestro, Ave María, Gloria. Por la resurrección de Cristo Llévanos a la luz, Madre de nuestro Señor

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