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24 d’octubre Dia de la biblioteca 2013

24 d’octubre Dia de la biblioteca 2013. Les biblioteques als llibres. Hola, amic lector!

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24 d’octubre Dia de la biblioteca 2013

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  1. 24 d’octubre Dia de la biblioteca2013 Les biblioteques als llibres

  2. Hola, amic lector! Les biblioteques ens han acompanyat des de l’Antiguitat i atresoren les veus dels homes. Constitueixen un univers, com deia Borges. Et proposem un recorregut literari algunes de les biblioteques més llegides: la biblioteca del monestir de El nom de la rosa, la de Babel, les dels escriptors, les biblioteques de nit, la dels llibres perduts i, és clar, la biblioteca pública de Muñoz Molina. Què faríem en un món sense biblioteques, com el que ens descriu Ray Bradbury en Fahrenheit 451?

  3. BORGES, Jorge Luis. “La biblioteca de Babel” (1941)En: Narraciones. Madrid : Cátedra, 1990 « El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas. A izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades finales. Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto. En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito… La luz procede de unas frutas esféricas que llevan el nombre de lámparas. Hay dos en cada hexágono: transversales. La luz que emiten es insuficiente, incesante… » (p. 105)

  4. RADBURY, Ray. Fahrenheit 451 (1953)Barcelona : Proa, 1994 «En l’ardor i la fogositat del moment només tingué temps per llegir una línia, però durant el minut següent, aquesta va cremar-li dins el cervell com si la hi haguessin gravat amb un ferro roent. “El temps s’ha adormit en el sol del capvespre”. Va llençar el llibre. Tot seguit li’n va caure un altre a les mans. Montag, puja! La seva mà va tancar-se com una boca, va prémer el llibre contra el pit amb una devoció salvatge, amb cega inconsciència. Mentrestant, els altres, al pis de dalt, abocaven piles de revistes a l’aire polsós. Queien com ocells exterminats i la dona s’estava a baix, com una nena petita, entre els cossos. » (pp. 69-70)

  5. ECO, Umberto. El nom de la rosa (1980)Barcelona : Destino, 1985 «- Us podreu moure per tota l’abadia, ja us ho he dit. Però no pas per l’últim pis de l’Edifici, la biblioteca. - Per què? - Us ho hauria hagut d’explicar abans, però em pensava que ja ho sabíeu. No ignoreu pas que la nostra biblioteca no és pas com les altres... - Sé que conté més llibres que cap biblioteca cristiana. Sé que els armaria de Bobbio o de Pomposa, de Cluny o de Fleury, em comparança amb els vostres, semblen la cambra d’un vailet que estigués aprenent a fer servir l’àbac. Sé que els sis mil còdexs i més de què feia gala Novalesa ara fa més de cent anys són ben poca cosa davant els vostres, i potser molts d’aquells són aquí. Sé que la vostra abadia és l’unica llum que la cristiandat pot oposar a les trenta-sis biblioteques de Bagdad, als deu mil còdexs del visir Ibn al-Alkami, que el nombre de les vostres bíblies iguala els dos mil quatre-cents alcorans de què s’ufana el Caire i que la realitat dels vostres armaria és una evidència lluminosa contra la llegenda presumptuosa dels infidels que anys enrere proclamaven (adeptes com són del príncep de la mentida) que la biblioteca de Trípoli contenia sis milions de volums i comptava amb vuitanta mil comentadors i dos-cents escrivents.» (p. 43)

  6. MUÑOZ MOLINA, Antonio. “Elogio laico de la biblioteca”. En: La huerta del Edén. Madrid : Ollero & Ramos editores, 1996 «Como yo entonces, mis hijos ahora no acababan de comprender que podían llevarse a casa cualquiera de aquellos libros, que eran suyos y a la vez de todos, sin la mediación del dinero: yo creo que por primera vez meditaban sobre la misteriosa naturaleza de lo público, aquello que no pertenece al reino egoísta de lo individual, sino que es nuestro en la medida en que es compartido, de modo que nuestro derecho personal a su disfrute está garantizado por la responsabilidad común con que lo usamos. Aquellos libros que se llevaron a casa, hojeándolos con impaciencia por la calle, y que luego leyeron cada uno en la intimidad de su dormitorio y dejaron con una señal sobre la mesa de noche antes de apagar la luz, habían sido leídos antes por otros, y cuando ellos los devolvieran pasarían a otras manos impacientes. El valor de lo público se entrecruzaba así con el valor de la literatura que también es íntima y personal y a la vez es una cosa multiplicada y compartida…» (pp. 39-40)

  7. LAUBIER, Guillaume de. Bibliotecas del mundo. Barcelona : Carroggio, 2003 « ¿Cómo serán nuestras bibliotecas dentro de cincuenta años? ¿Seguiremos construyendo edificios cada vez más grandes para contener el caudal incesante de libros, periódicos, grabaciones, fotografías y películas que se producen en todos los lugares del mundo? Es muy posible que la informatización llegue a suplantar totalmente a las bibliotecas, al menos en el sentido que damos a esta palabra. Quizá sea un centro servidor nacional, europeo y mundial, al que podrá acceder cualquier persona desde su casa, lo que sustituya a esas maravillosas salas de lectura donde tantos estudiantes, investigadores, escritores y eruditos se han reunido –juntos- durante siglos... El futuro, por espléndido que sea, a veces deja paso a la nostalgia» (pp. 10-11)

  8. MANGEL, Alberto. La biblioteca de noche. Madrid : Alianza Editorial, 2007 « El amor a las bibliotecas, como la mayor parte de los amores, hay que aprenderlo. El que entra por primera vez en una habitación hecha de libros no puede saber instintivamente cómo comportarse, qué se espera de él, qué se promete, qué se permite. Puede verse dominado por el horror –a la acumulación o a la magnitud, al silencio, a la admonición burlona de que es mucho lo que ignora, a la vigilancia-, y parte de esa sensación abrumadora puede seguir aferrada a él una vez aprendidos los rituales y las convenciones, una vez cartografiado el territorio, una vez comprobada la actitud amistosa de los nativos. » (pp. 23-24)

  9. COLOMA, Rafael. Un dia a la Biblioteca. València : Biblioteca Valenciana, 2009 «La Biblioteca encara no ha obert. Sembla vetlar el son dels llibres, prompte tornaran a la vida. El jardí penja de la característica llum sense matisos que empara els paisatges solitaris. A la façana el sol hi fa els primers passos. Més avall, a la porta, algú fent temps.» (p. 10)

  10. DOREN, Charles van. Breve historia del leer. Barcelona : Ariel, 2009 «Este libro es el fruto de una historia de amor que ha durado toda una vida. Leer es, creo, mi actividad favorita; los libros y yo hemos sido inseparables hasta donde me alcanza la memoria... Aún hoy, me angustia no tener a mano un libro, una revista, un periódico, un trozo de papel para leer... Me gusta el olor de los libros, más aún su tacto. La vida sin libros sería para mí un horror vacío.» (contracoberta)

  11. BONNET, Jacques. Bibliotecas llenas de fantasmas. Barcelona : Anagrama, 2010 «Los libros han acabado por invadir todos los muros, por expulsar a los pósters, grabados y cuadros y luego se han adueñado de la habitación contigua en la que están ahora las obras y los catálogos temáticos, los libros de arquitectura y fotografía, así como toda clase de “libros bonitos” fuera de lo corriente. Las monografías están ordenadas alfabéticamente y por escuelas (pintura francesa, italiana, alemana, etc.) para facilitar la búsqueda. Las obras temáticas están a veces unidas por afinidades un tanto extrañas. [...] sin que se haya creado el menor problema, dicho sea de paso. » (pp. 77-78)

  12. MARCHAMALO, Jesús. Donde se guardan los libros : bibliotecas de escritores. Madrid : Siruela, 2011 «Siempre he tenido la manía, entre otras, de fijarme en las bibliotecas ajenas. Pararme ante los estantes, recorrer los lomos de los libros y reparar en las afinidades y diferencias con los propios. Cada biblioteca se rige por una serie de códigos, unos usos ni siquiera conscientes, caprichosos la mayor parte de las veces, que acaban señalando al lector, y que hablan de sus afanes y rarezas. Decía Marguerite Yourcenar que una de las mejores maneras de conocer a alguien es ver sus libros. Y creo que es verdad. En el caso de los escritores se añade además la sospecha fundada de que sus bibliotecas esconden una parte del mapa del tesoro. De su manera de plantearse y entender la literatura.» (pp. 15-16)

  13. ITURBE, Antonio G. La bibliotecària d’Auschwitz. Barcelona : Columna, 2012 «Però la vida no s’atura, i la Dita tampoc no vol que ningú noti el seu neguit. Per això es presenta a primera hora del matí a la biblioteca, asseguda en un banc amb l’esquena contra el tir horitzontal de la xemeneia i els llibres a l’altre banc allargat del davant, desafiant el món. En Lichtenstern li ha cedit un dels assistents perquè l’ajudi a controlar el tràfec de llibres durant els canvis d’hora, i aquest matí s’asseu al seu costat un noi de pell blanca tan callat que ni tan sols ha obert la boca. » (p. 145)

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