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“Un par de botas”

“Un par de botas”. Producciones Gonpe presenta. Chacho Santa Cruz. Ratón, no por favor. Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientes cuando el cabo se presentó trayendo al detenido.

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“Un par de botas”

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Presentation Transcript


  1. “Un par de botas” Producciones Gonpe presenta Chacho Santa Cruz Ratón, no por favor

  2. Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientescuando el cabo se presentó trayendo al detenido.

  3. Un mozo de treinta años a lo sumo. Vestía bombacha gris, corraleraque a juzgar por lo vieja estaba dando pruebas de la miseria de su dueño.

  4. Sin levantar la vista de los papeles, prestó oído a las palabras del cabo:-Me lo entregó el sargento. Asegún dice, este paisano vagole robó unas botas al bolichero Vivas, comisario.

  5. -¿Unas botas? ¡Ajá! ¡Ladrón barato! ¿Cómo te llamás?

  6. -Orencio Nievas. -¿Y de aonde sos? -De acá mismo, señor.

  7. -¿Trabajás? -No señor, no hallo trabajo; estuve conchabaopa la cosecha en la chacrade Barcala, pero en cuantito terminó la juntada del maíz me echaron.Ahora hago algunas changas y ansí vivo.

  8. -¿A qué le llamas changas? ¿¡A andar robando?! El paisano bajó la vista al suelo.

  9. -¿A dónde tenés la botas? -En el rancho.-¡Cabo!, mande a buscarlas y páselo pa adentro a este ratero,que ya vamos a ver lo que le damos.

  10. Salió el cabo llevando al detenido, y el comisario se quedópensando:“Un par de botas: ni pa robar sirven estos paisanos vagos.”

  11. No habían pasao dos horas que un milico se le cuadró en la puerta del despacho.-Permiso, comisario, fui hasta el rancho del detenido Nievasa traer las botas que le robó a don Vivas.

  12. Me las dio su mujer; las tenía puestas un hijo de ellos, un chico de siete años.

  13. -¿Con que esas son las botas? Son muy chicas pa ensuciarse las manos. ¿Qué decía la mujer?

  14. -Y nada, lloraba como una magdalena, comisario.Y cuando me iba a ir, me dio esta carta pa que se la entregara a usteden sus propias manos.

  15. -A ver, leáme. Mujeres que le piden los maridos: nada más natural; pero lo malo es que siempre los hallan angelitos, aunque le hagan sombra al mismo diablo.

  16. Señores reyes magos, yo les pido que este año no se olviden de traerme las boticas.yo soy bueno, y según dicen los otros chicos, si uno se porta bien todito el año, ustedes no se olvidan del regalo. Pero esa carta era distinta a todas: escrita en un papel de traza, mugriento y arrugado las palabras eran una hilera torpe de garabatos que había estampado la gracia y la inocencia de aquella criaturita de siete años, ajena por completo a la desgracia que la miseria echó sobre su rancho.

  17. El ceño del comisario se fruncía al tiempo que la iba descifrando,y al acabar de leer casi temblaba la sucia hoja de papel entre sus manos.

  18. -¡Agente! • Mande, mi comisario. • Vaya y devuelva a la mujer de Nievas esas botas que ha traído. • Dígale… dígale que fue un error. Que nos disculpe. Después me le pregunta al bolichero de parte del comisario cuánto valen las botas; se las paga y que se olvide el caso.

  19. -Espere, no se vaya. A Orencio Nievas ya mismo me lo largan;y que no deje de llegarse hasta acá mañana mismo;puede que le haya hallado algún trabajo.

  20. Se retiró el milico tras la orden, y Don Segundo se acomodó en la silla para repasar esa hoja que aún temblaba como un pajarito hondeado entre sus manos.

  21. Señores reyes magos, yo les pido que se acuerden este año de traerme las boticas.Yo soy bueno, y asegún me han contao los demás chicos, si uno se porta bien todito el año, ustedes no se olvidan del regalo.

  22. Al apartar la vista de la hoja, sintió como una braza dentro del pecho,y echó afuera la rabia, murmurando: “Mientras que la miseria haga ladrones de esta laya…yo nunca serviré pa comisario.”

  23. Hecho en Cádiz el20/11/09 Como homenaje a todos los poetas argentinos Gonzalo Pérez.

  24. Sentado en su despacho, el comisario estaba ojeando expedientescuando el cabo se presentó trayendo al detenidoun mozo de treinta años a lo sumo, vestía bombacha gris, corraleraque a juzgar por lo vieja estaba dando muestra de la miseria de su dueño.Sin levantar la vista de los papeles, prestó oído a la palabra del cabo,me lo entregó el sargento, a según dice, este paisano vagole robó unas botas al bolichero Vivas, comisario.Unas botas ajá!, ladrón barato ¿cómo te llamás?-Orencio Nievas. -¿Yde dónde sos? -De acá mismo, señor. ¿trabajás? no señor, no hallo trabajo, estuve, estuve trabajando en la chacrade don Barcala, pero en cuanto terminó la juntada del maíz,me echaron y ahora hago algunas changas y ansina vivo señor,¿y a qué le llamas changas?, a andar robando? El paisano bajó la vista al suelo. A dónde tenés la botas? en el rancho señor.Cabo mande a buscarlas y páselo pa adentro a este ratero,que ya vamos a ver lo que le damos. Salió el milico tras la orden , y el comisario se quedó pensando:un par de botas, ni pa robar sirven estos paisanos vagos. Usa ahora el ratón

  25. No habían pasao dos horas que un milico se cuadró en la puerta del despacho:-Permiso, mi comisario, fui hasta la casa del detenido Nievasa traer las botas que le robó a don Vivas.me las entregó, me las entregó su mujer, las tenía puestas un hijo de ellos, un chico de unos siete años, señor.-¿Con que esas son las botas? Son muy chicas pa ensuciarse las manos. ¿Yqué decía la mujer? -Y nada comisario, lloraba como una magdalena,y cuando me iba, me dio esa carta pa que se la entregue a usteden las propias manos.-A ver, déme, nada más natural, mujeres que piden los maridos, lo maloque siempre los hallan angelitos, aunque le hagan sombra al mismo diablo.Pero esa carta era distinta a todas, escrita en un papel de traza, mugriento y arrugadolas palabras eran una hilera torpe de garabatos que había estampadola gracia y la inocencia de aquella criatura de siete años, ajena por completoa la desgracia que la miseria tendió sobre su rancho. Usa ahora el ratón

  26. El ceño del comisario se fruncía al tiempo que la iba descifrando,y al acabar de leer casi temblaba la hoja de papel entre sus manos.-Agente…, vaya hasta la casa del detenido Nievas y devuélvale a la mujer esas botas. Dígale, dígale…que fue un error.. que nos disculpe, después me le pregunta al bolichero de parte del comisario cuánto valen las botas, se las paga y que se olvide el caso.Espere, espere, no se vaya. A Orencio Nievas ya mismo me lo sueltany que no deje de llegarse hasta aquí mañana mismo;puede ser, puede ser que le haya hallado algún trabajo.Se retiró el milico tras la orden, y Don Segundo se acomodó en la silla para repasaresa sucia hoja de papel que aún temblaba como un pajarito herido entre sus manos.“Señores reyes magos, yo les pido que este año no se olviden de traerme las boticasyo soy bueno, y según dicen los otros chicos, si uno se porta bien todito el año, ustedes no se olvidan deL regalo.Al dejar de leer… el comisario sintió como una braza dentro del pecho,y echó pa fuera toda la rabia, murmurando: “Mientras que la miseria haga ladrones de esta laya…yo nunca serviré pa comisario.” http://huturi.blogspot.com/2008/08/un-par-de-botas-de-carlos-portela.html Usa ahora el ratón

  27. Visita mi web: entra en Google y escribe GONPE: ahí está “El mundo del arte”. O directamente pincha aquí: http://elmundodelarte.iespana.es

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