1 / 24

YO MUJER, Y DIOS A MI LADO GLORIA JOSEFINA A. PALACIOS CUEVAS

YO MUJER, Y DIOS A MI LADO GLORIA JOSEFINA A. PALACIOS CUEVAS INTEGRANTE DE LA CVX MONTSERRAT DE OAXACA, MEXICO MAGIS III. Señor: ¡ Ilumina mi mente! ¡Abre mi entendimiento! Y sobre todo dame la capacidad de externar todo lo que siento por tí, lo que he aprendido de ti.

zia-larson
Download Presentation

YO MUJER, Y DIOS A MI LADO GLORIA JOSEFINA A. PALACIOS CUEVAS

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


  1. YO MUJER, Y DIOS A MI LADO GLORIA JOSEFINA A. PALACIOS CUEVAS INTEGRANTE DE LA CVX MONTSERRAT DE OAXACA, MEXICO MAGIS III

  2. Señor: ¡ Ilumina mi mente! ¡Abre mi entendimiento! Y sobre todo dame la capacidad de externar todo lo que siento por tí, lo que he aprendido de ti. Suelta mi mente y mi lengua que lo que siento y lo que he aprendido, vivido, experimentado acerca de tu divinidad, me sea posible comunicarlo a otros.

  3. Permiteme compartir mi experiencia, que sepan que no están solos que todos en este mundo te amamos y buscamos reconocerte de alguna manera, que nos sentimos hambrientos de ti, que te tenemos siempre junto a cada uno de nosotros, que estas en todo tiempo y en todo lugar, que solo debemos soltar nuestras manos para encontrarnos con las tuyas, que solo debemos voltear la mirada para encontrarnos con tus ojos misericordiosos que se presentan en todas las cosas bellas o desagradables que nos rodean, y pedirte con todo nuestro corazón que nos permitas “ver” tú presencia, sentirte, entenderla y aplicarla en tu nombre para apoyar a nuestros semejantes.

  4. Sé de tu presencia, siento que estas aquí y ahora enséñame a verte, mostrarte a otros, sobre todo a mis nietas a Jimena y a Regina, que te conozcan, que te sientan, que te busquen, que confien plenamente en tu presencia. ¿Cómo hacerlo? ¡Con tu ayuda, puedo! Acércamelas suavemente y guíame, ilumíname

  5. Más quien escandalizare a uno de estos parvulillos, que creen en Mí Mejor le seria que le colgasen del cuello una de esas piedras de molino que mueve un asno, y así fuese sumergido en lo profundo del mar. Mateo 18.6

  6. Esta cita, me suena amenazante, su contenido me parece fuerte y drástico y ahora puedo darme cuenta que entre mis cinco y siete años esta era la imagen del Dios que yo tenía y al que temia. La educación religiosa se basaba en el temor constante a un Dios castigador que me vigilaba sin pestañear, quien todo sabia y veía es más, mi mamá y “las monjitas” decian que Dios adivinaba mis próximas acciones para sancionarme. Sin embargo por instantes yo era una niña feliz, lo cual mostraba la presencia del Dios bueno.

  7. El temor era tal, que al salir de la escuela a las cinco de la tarde temía el que se ocultara el Sol, pues esa era la señal de que le mundo se acabaría por haberme portado mal. Hablo de los años cincuenta en la ciudad de Oaxaca, en esa época una ciudad pequeña, marcada por el “que diran” Mi percepción de ese tiempo como niña, fue de terrible miedo hacia Dios y el de considerar que todo era pecado y que por lo mismo recibiría un castigo .

  8. Es importante saber que mi madre era hermana menor de un sacerdote bastante impositivo y convencido de que era él nuestro único e indiscutible guía familiar. Cuando cumplí los siete años, mis padres nos llevaron a vivir al estado de Chiapas y ahí lejos del “tío cura” y también de las monjitas, experimenté al Dios “cuidador” que me salvaba junto con mis hermanas de todos los bichos, el clima, las tempestades… mi madre, se acercó a la Iglesia y era agradable visitarla y pedirle a Dios su protección en un ambiente diferente, pues los Santos en los altares eran escasos y había mucha luz.

  9. La luz era muy importante para mí en esa etapa de mi vida, los lugares cerrados, me impresionaban, (por ejemplo en Oaxaca) la Ceremonia de los Viernes Santos, en los que asistía con mi abuela materna a la Iglesia de San Felipe Nerí y en esa ceremonia, a las tres de la tarde apagaban las luces y se oía la voz del sacerdote al mismo tiempo que el de láminas que hacían sonar para semejar los relámpagos y los truenos del Monte Calvario, eso si que era para asustar a chicos y grandes y reafirmaba mi pobre e inocente imagen de Dios.

  10. Por situaciones familiares, regresé de Chiapas a Oaxaca al siguiente año para vivir con mi abuela paterna que era maestra de primaria, muy enérgica y adusta para con los demás, pero a mí me adoraba, por ser su primera nieta e hija de su único hijo, ella creía en Dios y asistíamos a misa los domingos como preámbulo para asistir al concierto dominical y a comer a un restaurante, en eso consistió el ritual religioso que conocí.

  11. En ese tiempo mi Dios era más agradable pues después de visitarlo tan solo por un rato, obtenía un premio dominical

  12. Durante las vacaciones cortas mi abuela paterna, me llevaba al pueblo en donde vivían mis abuelos maternos con el “tío cura” Entonces las cosas cambiaban y vivía prácticamente en la Iglesia pues asistía a misa, cantaba… en latín? el tamtum ergum con mi abuela, oía todo el día hablar a mi tío, del pecado y del castigo para quienes lo cometían. Volvía en esos días mi temor a Dios e influía para que en mis actividades como catequista, transmitiera ese temor ante los chiquitos, ese Dios al que yo tanto temía.

  13. Así fue pasando el tiempo, continué mis estudios en una secundaria católica, en la que también mediante el manejo del “temor a Dios” se me inculcaron valores que ahora a través del tiempo trato de que revalorandolos y dandoles su verdadera dimensión yo pueda, inculcárselos a mis nietas por medio del amor y la comprensión adaptándolos a su tiempo y en el contexto del medio ambiente que les rodea.

  14. Mi abuela paterna observaba (ahora lo entiendo) que algo tenía que frenar mi ímpetu de juventud y entonces prácticamente me obligaba con regaños, y malas caras para que asistiera a misa los domingos, al rosario, a ser parte de alguna congregación de Hijas de María con el fin de que fuera cuidándome y pusiera en práctica los valores morales que había ido adquiriendo.Yo quiero tener una actitud amorosa, para ahora inculcar esos valores a nis nietas.

  15. Terminé mi carrera de Maestra de Primaria y me fui a trabajar a un pueblo cercano en donde las madres de mis alumnas me pedían, llevara yo a sus hijas a la Iglesia y les “prendiera una vela” pues eso iba a ser signo de que eran mis ahijadas y yo las tendría que cuidar y formar en lo referente a la Iglesia.

  16. En esa época, retomé al Dios vigilante que conocía, con tal de que por el temor, las niñas tuvieran otra actitud ante su familia, a mi me servía en esos momentos, pues demostraba mi autoridad y mi capacidad como maestra en todos los aspectos Servía también, para que las madres de mis alumnas-ahijadas, me permitieran traerlas a la ciudad, a mi casa y así yo tenía una compañía y un cariño dulce e inocente que me hacia muy feliz.

  17. Ahora al paso del tiempo, recuerdo con mucha dulzura esos años, en los que Dios me permitía darlo a conocer, aunque con tantos errores, con tantos miedos y es algo que enturbia a veces esos recuerdos y me provoca un dolorcito que, calmo cuando me digo que por mi propia formación, deformé la información para esas niñas, que espero ya tengan también otro conocimiento de Nuestro Padre Dios en base a sus experiencias y condición de madres o abuelas si es que ya lo son.

  18. Continúe mi vida profesional ya casada y con mis tres hijos varones. Como esposa, fui recibiendo otra educación en la que Dios solo estaba presente para cumplir, los sacramentos necesarios, que nos permitieran recibir el nombre de católicos, mi esposo me permitía trabajar, pero no ir a la Iglesia.

  19. En un principio acepte gustosa por la comodidad que eso representaba,pues me daba la oprtunidad de vivir más en la mundanidad, pero mi conciencia hacia que no estuviera tranquila y por las tardes, cuando me quedaba sola con mi hijo mayor que tenía un año y medio, yo me hincaba ante una imagen y lloraba sin consuelo, pidiendo tranquilidad para mi alma.

  20. Ahora buscaba a ese Dios Padre, para que me ayudara. Cuando podía salir con mis hijos, los llevaba a la Iglesia a rezarle al Santo Niño de Atocha. (venerado siempre por mi padre) Me volví fanática del Niño, le pedía que resolviera todos los problemas que se me iban presentando en mi familia, lo buscaba todo el tiempo le lloraba…le suplicaba, sentía que al salir de la Iglesia, todo estaba en orden.

  21. Eduqué a mis hijos en ese fanatismo que les provocaba temor y a veces tranquilidad, y del cual hasta la fecha los ha mantenido alejados un poco de la Iglesia. Ahora cuando ellos me ven en esta etapa de mi vida en la que me encuentro feliz… realizada tratando de apoyar a los que menos tienen en todos los aspectos y que todo esto es por mi reconocimiento del Señor Nuestro Padre Dios, ellos observan y con alegría he notado que a mis acciones para con la Iglesia me apoyan y en alguna ocasión, ante un problema se dejan guiar por mí en relación a la confianza y la entrega que debemos hacer a Nuestro Padre Dios de los sentimientos y las cosas que no nos han sido dadas.

  22. De esta manera yo busco acercarme más a Dios Padre, al querer se me permita, acompañar a mis dos nietas en este camino del conocer al Dios Papá-Máma.

  23. ¡SEÑOR! TUVE MIEDO… DUDÉ DE MI FE… ME ASUSTÓ EL SILENCIO, MI SOLEDAD INTERIOR Y QUISE CONFRONTARTE, INTERROGARTE SOBRE LO QUE ME PASABA, PORQUE CUANDO “YO” HABÍA DECIDIDO LLEGAR A TI SIN SABER EXACTAMENTE DE QUE MANERA, TÚ ME PONÍAS TRABAS, ME DABAS LARGAS; Y ESO ME INQUIETÓ, ME ASUSTÓ.

  24. QUIERO IMAGINAR QUE ANTE MIS DUDAS, TÚ JUNTO A MÍ SONREÍAS Y MOVÍAS LA CABEZA DICIENDO “TONTITA”, Y ME PUSISTE EN EL LUGAR EXACTO, EN LO QUE ME GUSTAS, EN LA COMODIDAD, EN LA ABUNDANCIA, EN LO AGRADABLE Y YO POCO LO APRECIABA, YO QUERÍA LLEGAR A TI, ADONDE ESTABAN TODOS, SENTÍA QUE DE ALGO ME ESTABA PERDIENDO Y AL MISMO TIEMPO, TÚ ERAS MI MAESTRO PARTICULAR, EXCLUSIVO, MOSTRÁNDOME COMO LLEGAR A TI A REENCONTRARTE POR OTRO CAMINO, QUE NO ERA EL QUE YO HABÍA TRAZADO, Y TÚ COMO EL PRIMER ARQUITECTO DE MI VIDA ME ACOMPAÑABAS A RECORRER OTRO DISTINTO, CON AMOR, CON CUIDADOS, COMO TU HIJA PREDILECTA QUE SOY.

More Related