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La fuerza del creyente no es el poder, sino DIOS

La fuerza del creyente no es el poder, sino DIOS. PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA. CONTEMPLACION ACCIÓN. ORACION. MEDITACION. Yo soy el PAN VIVO bajado del cielo. LECTURA. PREPARACION. Ambientación.

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La fuerza del creyente no es el poder, sino DIOS

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Presentation Transcript


  1. La fuerza del creyente no es el poder, sino DIOS

  2. PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA CONTEMPLACION ACCIÓN ORACION MEDITACION Yo soy el PAN VIVO bajado del cielo LECTURA PREPARACION

  3. Ambientación Desde siempre el hombre ha querido independizarse de Dios, ha querido ser como Dios. La tentación crece en la medida en que avanza en sus hallazgos, en la técnica. Pero si el hombre es sincero consigo mismo descubre que no es así, que está lleno de limitaciones: es pobre en el amor, no sabe construir una sociedad mejor, se hace egoísta y enemigo del que es hermano suyo.

  4. Este Domingo nos recuerda que El hombre ha sido creado por Dios y El se ha comprometido en llevarlo hacia su auténtica plenitud. Si el ser humano escucha a Dios y acoge su Palabra, descubre que «Dios ha escogido lo débil del mundo, para confundir a lo fuerte» (1Co. 1, 27), que «la fuerza de Dios se muestra perfecta en la flaqueza del hombre» (2Co. 12, 9).

  5. INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO PREPARACION

  6. Espíritu Santo, ven. Necesitamos tu presencia vivificadora para disponernos a escuchar la Palabra. Necesitamos tu asistencia que nos capacite para acoger esa Palabra en el corazón. Espíritu de esperanza, de fe en las promesas, de paciencia y de vigilia, haznos dóciles para hacer lo que nos pide la Palabra. Amén.

  7. ¿QUÉ DICE el texto? LECTURa

  8. primera lectura: 1Re. 19, 4-8 «Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas»

  9. El relato de la vida de Elías en el libro de Reyes es uno de los más destacados del Antiguo Testamento: es una parábola de vida de FE. Hoy leemos sobre el descorazonamiento de Elías; tiene un enorme trabajo frente a él, y no es mejor que otras personas. Pero Dios lo empuja hacia adelante, le da pan para comer, y lo llena de energía. En medio de la crisis Elías se siente ayudado por Dios.

  10. Pero el profeta acepta esta ayuda como algo para recuperar sus fuerzas, como algo propio y no para los demás, para seguir luchando. Interviene Dios para decirle que se alimente más, que el camino y la tarea va a resultar superior a sus fuerzas. Elías cree y acepta el alimento que le viene de Dios, se fía de Él y sigue su camino.

  11. SALMO RESPONSORIAL: Sal. 34(33) «Gusten y vean qué bueno es el Señor»

  12. El salmo 34(33) está organizado así: 1. Canto de acción de gracias (vv. 2-11) 2. Reflexión sapiencial (vv. 12-23) Es un salmo alfabético de carácter sapiencial con elementos de acción de gracias. Como es lógico, la forma alfabética de un salmo hace que, a veces, sea un poco forzado el desarrollo del pensamiento.

  13. Esta forma literaria se desarrollo durante el destierro y con posteridad a él, con vistas a retener mejor el salmo en la memoria. Los versos del salmo son como «cadencia del agua cayendo gota a gota» (Mannati). «La enseñanza propuesta no es una doctrina teórica, sino la formulación de una experiencia espiritual. Por eso la doctrina tradicional no queda en rutina, sino que es personal y comunicativa» (A.Schókel).

  14. Existe una estrecha relación de ambas partes. En la primera se hace ver, por experiencia, lo que Dios es para el justo. En la segunda parte el autor intenta enseñar a otros desde su experiencia personal, es decir, desde lo que Dios ha realizado en él. «Gusten y vean qué bueno es el Señor» (v. 9): aquí los sentidos son símbolos de la experiencia espiritual. Se saborean las bondades que Él dispensa como si fueran manjares exquisitos. Dios se convierte en verdadero festín.

  15. El gustar, disfrutar, saborear las cosas de Dios es un don del Espíritu Santo. Y esta delicia y este gusto se hacen realidad especialmente en la Eucaristía. «¡Cállate, cierra los ojos, gusta! Es bueno recibir todo el sol de un solo golpe. Lo ha colocado sobre la lengua para que yo lo trague» (Paul CLAUDEL).

  16. SEGUNDA LECTURA: Ef. 4, 30 – 5,2 «No pongan triste al Espíritu Santo»

  17. «No pongan triste al Espíritu Santo», escribe San Pablo. ¿Qué puede entristecer al Espíritu Santo? No es el llevar una vida gravemente pecadora: en ese caso nosotros «expulsamos» al Espíritu Santo de nuestras vidas. Entristecemos al Espíritu cuando no le ponemos atención a nuestros pequeños pecados y defectos, no tratamos de ser mejores, cuando pasamos por alto sus inspiraciones, dentro de nuestros corazones, de hacer un bien por Dios o por los demás.

  18. El cristiano de nuestros días no se preocupa del Espíritu ni para su gozo ni para su tristeza. Para el cristiano de nuestros días el Espíritu podría recibir el nombre de «El Dios desconocido». Uno de los escándalos más serios de nuestros días es la desconsideración existencial del Espíritu. Podríamos suprimir del Credo este artículo de fe y el pueblo de Dios apenas lo notaría.

  19. Por el contrario, para Pablo, hombre activo y contemplativo, luchador y hombre comprometido, el Espíritu es lo íntimo de Dios y del cristiano, es la base y la consolidación de su experiencia cristiana.

  20. EVANGELIO: Jn. 6, 41-51 «Yo soy el PAN VIVO bajado del cielo»

  21. EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGUN SAN JUAN  R/. Gloria a Ti, Señor. 41 Los judíos murmuraban porque había dicho que era el pan bajado del cielo; 42 y decían: –¿No es éste Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice que ha bajado del cielo?

  22. 43 Jesús les dijo: –No murmuren entre ustedes.44 Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré el último día. 45 Los profetas han escrito que todos serán discípulos de Dios. Quien escucha al Padre y aprende vendrá a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre, sino el que está junto al Padre; ése ha visto al Padre. 47 Les aseguro que quien cree tiene vida eterna.

  23. 48Yo soy el pan de la vida. 49 Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron. 50Éste es el pan que baja del cielo, para que quien coma de él no muera. 51Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá siempre. El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne. Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

  24. RE-LEAMOS LA PALABRA PARA INTERIORIZARLA El Evangelio que proclamamos en este Domingo es la continuación del proclamado el Domingo anterior. Jesús sigue adelante con su discurso sobre la necesidad de buscar vida espiritual y eterna. Una vida que se encuentra en El mismo. Sigamos sus enseñanzas paso a paso:

  25. Pistas para la lectura: El capítulo sexto del evangelio según San Juan presenta un carácter unitario, que desarrolla en torno al tema de la fiesta de la Pascua. A semejanza del cap. 5, también se se articula a través de un prodigio (Jn. 5, 1-9ª: curación del enfermo en la piscina de Betesda = Jn. 6,1-15: multiplicación de los panes) seguido por un discurso (Jn. 5,16-47: sobre la autoridad y el testimonio de Jesús = Jn. 6,25-71: sobre el Pan de Vida).

  26. Este capítulo (Jn. 6) presenta una parte de la actividad de Jesús en Galilea y precisamente el momento culminante: Jesús se autorevela como Pan de vida para ser creído y comido por quienes quieran ser salvados. El conjunto del capítulo 6° está organizado así: - Jn. 6, 1-15: encontramos el gran signo de la multiplicación de los panes; el relato de este prodigio está seguido por la narración del camino de Jesús sobre las aguas (Jn. 6, 16-21).

  27. - Jn. 6, 22-59: es el discurso que desvela el significado de ese signo: ese don del pan para el hambre física del pueblo prepara las palabras sobre el Pan de la vida eterna. - Jn. 6, 60-71 Jesús invita a los discípulos a decidirse, ya conociendo su incredulidad (vv. 60-66), ya solicitando la fe de los doce (vv. 66-71).

  28. Re-lectura: Es necesario un momento de silencio: Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros. Sigamos sus enseñanzaspaso a paso: Primero: La gente, que ha seguido a Jesús hasta ahora más por interés propio que por fe, lo empieza a criticar (Jn. 6,26.41.43ss). Eso significa que todavía no están listos para creer y seguir su Palabra, cuando les reprocha su prudencia humana y sus ideas preconcebidas.

  29. Esto no es extraño a nuestra propia experiencia: nosotros tendemos también a elegir lo que nos gustaría o no nos gustaría creer. Segundo:Aprendemos, una vez más, que la fe en Jesús es un regalo de Dios: «nadie puede venir a mí si mi Padre que me envió no lo atrae». Esto es aplicable a todos los que somos llamados a creer como cristianos. . Particularmente, de acuerdo a este Evangelio, en el Misterio eucarístico.

  30. Tercero: Jesús declara explícitamente que Él es el Pan de la vida, el pan de la vida eterna, enviado por Dios desde el cielo. Desarrollo del texto: «Murmuraban de Él los judíos porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo"» (v. 41). Jesús apenas había afirmado: «Yo soy el pan de la vida» (v. 35) y «he bajado del cielo» (v.38) y esto provoca desacuerdo entre la gente.

  31. Cristo es el único Pan que quita el hambre. Las palabras de los judíos son objeciones contra la persona de Jesús y al mismo tiempo paso para introducir el tema de la incredulidad. Este murmurar claramente deja ver la incredulidad y la incomprensión. «¿No es éste Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Pues cómo dice: Yo he bajado del cielo?"» (v. 42)): La ironía es sutil. Los incrédulos conocen los orígenes terrenos de Cristo, conocen ciertamente al hijo de José, pero no conocen al Hijo de Dios.

  32. Sólo los creyentes conocen su origen transcendente por intervención directa de Dios en la Virgen Santísima. Como otra vez en el desierto, los judíos murmuraban: no comprenden el origen ni el don de Jesús. Como en otro tiempo los padres rechazaron el maná, porque era un alimento muy ligero, ahora los hijos rechazan al Verbo hecho carne, pan bajado del cielo, pero no de origen terreno.

  33. «Jesús respondió: “No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le trae; y yo lo resucitaré en el último día”» (vv. 43-44): Jesús subraya que sólo el que es «atraído» por el Padre puede ir a Él. La fe es pues un don de Dios que tiene como condición la apertura de parte del hombre, la escucha... Pero, ¿qué quiere decir que «el Padre lo atrae»? ¿Es que no es libre el hombre en su caminar?

  34. La atracción es sólo en la trayectoria de un deseo escrito en aquellas «tablas interiores» que todo hombre lleva consigo: todo ser humano está abierto a la plenitud, al infinito, al Absoluto... Es por tanto libertad plena, adhesión espontánea a la fuente del propio existir. La vida no puede ser atraída sino por la vida, sólo la muerte no se deja atraer.

  35. «En los Profetas está escrito: "Y serán todos enseñados de Dios". Todo el que oye a mi Padre y recibe su enseñanza, viene a mi» (v. 45): El seguimiento está determinado por un orden bien preciso. No es una invitación, es un imperativo. El seguimiento no brota de una decisión autónoma o personal, sino del encuentro con la persona de Jesús y su llamada. Es un acontecimiento de gracia, no una elección del hombre.

  36. No son los discípulos quienes eligen al Maestro como sucedía con los «rabbi» del tiempo, sino es el Maestro quien escoge los discípulos como depositarios de la herencia de Dios que es más que una doctrina o enseñanza. La llamada comporta el abandono de los familiares, de la profesión, un cambio total de existencia por una adhesión de vida «sin posibilidad de rescate y sin límites de donación», como decía Pablo VI en una Homilía de Ordenación Sacerdotal (En Bogotá, Agosto de 1968), que no admite espacios al autocentralismo.

  37. Los discípulos son hombres del Reino. La llamada para convertirse en discípulos de Jesús es una «llamada escatológica». La frase del profeta del destierro babilónico dice textualmente: «y todos serán sus hijos [de Jerusalén]» en referencia a los hebreos. El uso de: «todos serán» es una expresión de la universalidad de la salvación de la que Cristo es el cumplimiento. «No que alguno haya visto al Padre, sino sólo el que está en Dios, ése ha visto al Padre» (v.46). Sólo Jesús, que viene de Dios, ha visto al Padre y lo puede revelar definitivamente.

  38. El hombre es llamado a venir de Dios. El conocimiento de Dios no es una conquista, es una proveniencia:venir de Dios, nacer de Dios... El movimiento no es externo. Si yo busco la proveniencia externa puedo decir que tengo un padre y una madre, criaturas del mundo creado. Si yo busco la proveniencia profunda de mi significado existencial puedo decir que vengo del Padre, Creador de toda vida.

  39. «En verdad, en verdad les digo: El que cree tiene la vida eterna» (v. 47): Creer a la Palabra de Jesús, a su Revelación, es condición para obtener la vida eterna y poder ser «amaestrado por el Padre». Creo, me apoyo en una roca. La estabilidad no está en mi límite de creatura, ni en la realización de mi perfectibilidad humana. Todo es estable en Aquel que es la fuente misma del ser y de la vida. ¿Cómo puede una criatura apoyarse sobre sí misma, cuando no es dueño de un solo instante de su vida?

  40. «Yo soy el pan de vida» (v. 48): Se vuelve a presentar el tema del Pan de vida que enlaza con el de la fe, y el de la Vida eterna. Jesús es el verdadero Pan de vida. Este versículo está ligado al 51: «Yo soy el Pan vivo». Sólo el que se alimenta de este Pan, el que asimila la Revelación de Jesús como Pan vital, podrá vivir.

  41. «Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron... Éste es el pan que baja del cielo, para que el que lo coma no muera» (vv. 49.50): El Pan que baja del cielo es contrapuesto al maná que alimenta a los padres sin preservarlos de la muerte. Este Pan que da la Vida eterna y proviene de lo alto es el Verbo de Dios Encarnado.

  42. El tema eucarístico, apuntado en algunas expresiones precedentes, ahora se convierte en central. La experiencia de la muerte terrena no contradice esta experiencia de vida si se camina por las sendas de lo transcendente. El límite no es un límite para el que se alimenta de este Pan, de Él. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre y el pan que yo le daré mi carne, para la vida del mundo» (v. 51): Alimento vital para el creyente será la «carne» de Jesús.

  43. El término carne (sàrx= sarx) que en la Biblia indica la frágil realidad de la persona humana de frente al Misterio de Dios, ahora se refiere al Cuerpo de Cristo inmolado sobre la cruz y a la realidad humana del Verbo de Dios. «Para la vida del mundo» indica «en favor» y pone de relieve la dimensión sacrificial de Cristo, cuyo sacrificio causa la Salvación del mundo.

  44. ¿QUÉ nos DICE el texto? meditación

  45. Para orientar la reflexión:: - «Murmuraban de él»: ¿cuántas voces de murmuración cuando se trata de Dios? - «Yo soy el pan bajado del cielo»: ¿dónde tomamos el pan que comemos cada día? - «Ninguno puede venir a Mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado»: ¿el Padre nos atrae o más bien vamos tras sus pasos criticando lo que dice a nuestra vida de cada día?

  46. - «Si uno come de este pan, vivirá para siempre»: nosotros nos alimentamos de la Palabra de Dios y del Pan repartido, una vez a la semana o a lo mejor todos los días... ¿por qué no corre la vida eterna en nuestras palabras y en nuestra experiencia humana? El Señor, alimento para el camino. El profeta Elias: Recibe una misión; experimenta el fracaso, el cansancio, la debilidad.

  47. El Señor, que sabe que el camino es superior a sus fuerzas, le da el pan por dos veces para que pueda andar cuarenta días y cuarenta noches y llegar al monte del Señor. Nuestra misión y nuestro monte es «ser imitadores de Dios», no en cosas excepcionales, sino en nuestro vivir diario; apartando toda amargura, ira, enfados, siendo bondadosos y comprensivos.

  48. Cuando no se acepta plenamente a Cristo su mensaje resulta incomprensible. Es lo que sucedió a los judíos. Jesús, en la lectura de hoy, es un incomprendido. Se le critica duramente el que haya dicho: «Yo soy el pan bajado del I cielo». «Pero -cómo dicen- ¿no conocemos todos a sus padres, no conocemos la posición social de ellos?».

  49. No «entristecer» al Espíritu Santo Según la enseñanza de San Pablo, no se puede aceptar a Cristo con solas las fuerzas humanas, ni con; silogismos humanos; todo lo contrario, se lo rechaza, porque incide como una cuña mordiente en la historia de todo hombre y hace daño al que no lo acepta. La presencia y la fuerza del amor en nosotros, en la comunidad parroquial, en la Iglesia, es fruto de la presencia y la acción del Espíritu Santo. Un amor que nos mantiene unidos y nos ayuda a vivir como hermanos.

  50. Por eso san Pablo en su carta a los Efesios que hemos leído en segundo lugar, les aconseja, y nos aconseja también a nosotros: «No pongan triste al Espíritu Santo». Y hace una larga lista de comportamientos, a los que Jesús añadirá: «no murmuren», es decir, «no critiquen», impropios de un cristiano, porque el cristiano debe vivir unido por el amor, convirtiendo en vida el mensaje de Jesús.

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