La promoción vocacional como un esfuerzo colectivo de colaboración con Dios

1. La promoción vocacional como un esfuerzo colectivo de colaboración con Dios “A Dios rogando y con el mazo dando”José Morales

2. 1. Convicciones • La vocación a la vida religiosa es un don, una gracia de Dios. Esta vocación es una concreción de la vocación a la vida cristiana que se fundamenta y surge en el bautismo. Siendo una gracia la llamada a la vida religiosa, Dios es quien toma la iniciativa, y el hombre y la mujer deben discernir a qué los llama Dios como cristianos.

3. Es necesario orar constantemente e insistentemente al Señor por las vocaciones a la vida religiosa, porque la mies es mucha, y los operarios pocos (Lc 10,2). • La vida religiosa sigue siendo un carisma muy importante dentro de la vida de la Iglesia, como testimonio de la presencia amorosa de Dios en el mundo y como instrumento que anuncia el mensaje evangélico y construye el reino de Dios ya desde ahora.

4. Dios condiciona las vocaciones a la vida religiosa a la dedicación y el esfuerzo humanos por suscitarlas, descubrirlas y acompañarlas en el proceso de discernimiento y maduración.

5. Situación socio-cultural. • En la cultura moderna y potmoderna, impregnada por una mentalidad racionalista y secularizada, la vida religiosa y la Iglesia daría la impresión que van a la baja. • En esta cultura los valores religiosos son periféricos, y muchas veces se conciben como productos de mercado.

6. El ser humano se considera creyente pero sin pertenencia a ninguna Iglesia. • La imagen de la Iglesia católica se ha visto muy dañada en algunas países por ciertos escándalos y su postura ante ciertos temas candentes… • Se necesita una nueva evangelización, con un nuevo lenguaje y unas nuevas formas de inculturizar el evangelio y llegar al corazón de las nuevas generaciones.

7. Actualmente las familias no suelen tener muchos hijos y los padres de familia no alientan en ellos la vocación religiosa. • Algunos creen que las vocaciones llegan por si mismas y que no e necesita hacer promoción vocacional. • Se dice que hoy es el tiempo de los laicos.

8. Situaciones que se dan dentro de la vida religiosa. • Incongruencia entre los que los religiosos decimos querer vivir y lo que de hecho vivimos. • Cuando no existe testimonio de auténtica pobreza, tanto en el estilo de vida como de solidaridad eficaz y real con los más pobres, cuando falta disponibilidad apostólica y cuando no se vive con el corazón totalmente entregado a Dios y a la misión apostólica, es muy difícil y poco probable que los jóvenes actuales se sientan llamados a la vida religiosa.

9. La falta de visibilidad y transparencia. En vez de ser signos de la presencia salvífica de Dios en nuestro mundo, los religiosos somos anti-testimonio o permanecemos desconocidos para los jóvenes actuales. Los jóvenes no quieren saber lo que hacemos, sino quiénes somos, qué nos mueve, cómo vivimos, cómo trabajamos. Ellos quieren visualizar en nosotros los que ellos podrían llegar a ser.

10. Timidez para hablar abiertamente de la vida religiosa, para compartir la alegría y la belleza de nuestra vocación. • Poca vitalidad y creatividad apostólica, la falta de planeación, con prioridades apostólicas, objetivos y metas claras que susciten esperanza y abran al futuro.

11. Una pastoral juvenil inadaptada a nuestros tiempos y a nuestra cultura. • A veces los religiosos que han recibido la misión de trabajar en la promoción no han sido las personas más idóneas. • La urgencias y las presiones están hipotecando la existencia y misión que los animadores vocacionales tienen que desarrollar.

12. Pistas pedagógicas para la promoción vocacional • Oración. Convencernos de que dios quiere enviar operarios a su mies por medio de la oración. • Recuperar el gozo y entusiasmo original por la vocación. Es necesaria una conversión más profunda de mente y corazón: • expresada y alimentada continuamente en la oración personal y en común, en el amor a Cristo como centro de la vida y de la misión apostólica.

13. Esta conversión se expresa también en una vida comunitaria que es signo de la presencia reconciliadora de Dios. • Una vida comunitaria abierta y hospitalaria que permite e impulsa a los jóvenes a decir: venid y ved. • Una vida comunitaria donde se comparte, se reflexiona, se ora, se discierne como comunidad apostólica, cuyo centro es el Señor y su misión, y en clara solidaridad con los que más sufren. • Dicha conversión también se expresa en la libertad interior y la disponibilidad y movilidad apostólica.

14. El sujeto de la promoción vocacional no es el promotor vocacional o el equipo de animación, sino que es todo religioso, toda comunidad y toda obra apostólica. La promoción vocacional no es un ministerio entre otros, sino una dimensión de la vida y misión que todos tenemos como bautizados.

15. Recuperar el contacto directo y personal, con los jóvenes y ser constantes en su acompañamiento espiritual y de discernimiento. • La pastoral juvenil ha de preparar y llevar a los jóvenes a una experiencia religiosa de encuentro personal con Dios, en la que puedan experimentar su existencia como una llamada, como una vocación de Dios.

16. La promoción vocacional es también un trabajo a mediano y largo plazo. La semilla de la vocación a la vida religiosa como una forma concreta de seguir a Cristo, hay que sembrarla a temprana edad, con la esperanza que germine y dé frutos después…