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No hay otro mandamiento más importante que éstos.

No basta que el pueblo se pregunte qué es ser leal a la ley. Ahora es necesario preguntarse qué es ser leales al Dios de la compasión. Jesús confronta a la gente, no con aquellas leyes de las que hablan los escribas, sino con un Dios compasivo.

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No hay otro mandamiento más importante que éstos.

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Presentation Transcript


  1. No basta que el pueblo se pregunte qué es ser leal a la ley.Ahora es necesario preguntarse qué es ser leales al Dios de la compasión. Jesús confronta a la gente, no con aquellas leyes de las que hablan los escribas,sino con un Dios compasivo. Lo importante en el reino de Dios no es contar con personas observantes de las leyes, sino con hijos e hijas que se parezcan a Dios y traten de ser buenos como lo es él. Jesús busca la verdadera voluntad de Dios con una libertad sorprendente.No se preocupa en absoluto de discutir cuestiones de moral casuística;busca directamente qué es lo que puede hacer bien a las personas. El amor a Dios y al prójimo es la síntesis de la ley, el principio supremo que da nueva luz a todo el sistema legal. El amor lo relativiza todo. Si un precepto no se deduce del amor o va contra el amor, queda vacío de sentido; no sirve para construir la vida tal como la quiere Dios. José Antonio Pagola. Jesús: aproximación histórica. Texto: Marcos 12, 28-34 / 31 T.O. –B-Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez Cabriada.Música:Veracini. Sonata nº 3. Largo (Cantabile).

  2. 28 Un maestro de la ley que había oído la discusión y había observado lo bien que les había respondido se acercó y le preguntó –¿Cuál es el mandamiento más importante? Jesús trató temas delicados en sus discusiones con los dirigentes judíos: su autoridad personal (11,28), el tributo al césar (12, 13s), la suerte de los muertos en el más allá (12,18s)... Las discusiones iban subiendo de tono.El texto está situado en este contexto de confrontación. Marcos, a diferencia de Mateo y Lucas, no dice que este hombre pregunta a Jesús para tentarlo.

  3. 28 Un maestro de la ley que había oído la discusión y había observado lo bien que les había respondido se acercó y le preguntó –¿Cuál es el mandamiento más importante? No se trata de una simple curiosidad intelectual.Aparece un maestro de la ley empeñado en la búsqueda de lo esencial. Un número exagerado –613- de prohibiciones e imposiciones impedía ver con claridad lo realmente importante.El actual código de Derecho Canónico tiene 1752 cánones. Es interesante discernir lo fundamental de lo secundario y no elevar lo secundario a categoría de fundamental.

  4. 29 Jesús contestó:–El más importante es éste: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. 30 Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. 31 El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El primer y fundamental mandamiento es doble. Tal vez con frecuencia se caiga en la tentación y en el error de considerar el amor al prójimo como algo opcional y/o secundario.No se ama por ley, sino por decisión libre y personal. El Mandamiento de Jesús es un encargo, una invitación, una liberación, una bienaventuranza, una respuesta. En el lenguaje bíblico “como a ti mismo” significa como a los de tu casa, como a las personas que más quieres. La invitación es a amar a tod@s como amamos a nuestra familia, a l@s amig@s, con la misma solidaridad, generosidad y profundidad.

  5. No hay otro mandamiento más importante que éstos. En un contexto de multitud de preceptos y normas, Jesús critica todo legalismo y denuncia a los dirigentes religiosos que cargan fardos pesados sobre las personas y ellos no mueve ni un dedo para llevarlas (Mt. 23). Jesús habla con mucha claridad; para entenderle y para seguirle no hace falta memorizar muchos cánones ni catecismos. La única forma de amarle es amar a l@s demás como él ama, como él nos ama, como nos amamos a nosotr@s mismos, como queremos que nos amen.

  6. 32 El maestro de la ley le dijo:–Muy bien, Maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay otro fuera de él; 33 y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Muchas personas no sienten que Dios las quiere, les resulta difícil sentir a l@s demás como herman@s. Son personas explotadas, maltratadas, crucificadas por la injusticia, el abuso y la insolidaridad. Nuestra misión es construir un mundo donde sea creíble el Amor de Dios a tod@s sin excepción, actuar de modo que el mundo crea. Jesús dice muy claro que tender manos, aliviar sufrimientos, curar, acoger, luchar contra la injusticia, servir..., vivir como vivió él es superior al culto, a las leyes y a los ritos. Jesús sigue repitiendo: “misericordia quiero, y no sacrificios”.

  7. 34 Jesús, viendo que había hablado con sensatez, le dijo:–No estás lejos del reino de Dios.Y nadie se atrevía ya a seguir preguntándole. Está cerca del Reino quien da importancia al amor en su vida. Basándose en mi forma de hablar y de actuar, ¿Me diría Jesús que estoy cerca del reino?El Evangelio no es ley, es Buena Noticia, Noticia liberadora de todo temor, a la vez tranquilizadora y comprometida. Amar a l@s demás es vivir como vivió Jesús. Seguir, con él, su mismo camino. Quien lo descubre y lo hace vida ya no necesita hacer más preguntas.

  8. Otro mundo posible. La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar. Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les gusta comer promesas. El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle. La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse. Los desesperados serán esperados y los perdidos encontrados, porque son los que se desesperaron de tanto esperar y se perdieron de tanto buscar. En este mundo cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero. Amén

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