200 likes | 295 Views
Domingo 11º del tiempo ordinario. Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
E N D
Domingo 11º del tiempo ordinario Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
Las Lecturas nos muestran un Dios de bondad y de misericordia, que detesta el pecado, pero ama al pecador.
La 1ª Lectura presenta la historia de DAVID PECADOR. • El Rey David cometió adulterio con la mujer de Urías. • Cuando supo que la mujer estaba embarazada, mandó colocar a Urías en el lugar más peligroso de la batalla, donde acabó muriendo.
- El Profeta Natán acusa al Rey de ese crimen y le anuncia los castigos de Dios contra él y su familia. • El Rey reconoce su error: “He pecado contra el Señor". • El Señor perdona su pecado.
En la 2ª Lectura, Pablo destaca que, por la fe en Cristo, somos justificados y liberados. Vivo yo,pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
ElEvangelionarra la historia de la MUJER PECADORA. Es el evangelio de la misericordia.
Un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él.
Una mujer, una pecadora vino con un frasco de perfume, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Si fuera un profeta, sabría quién es esta mujer y lo que es: una pecadora.
Entonces Jesús tomó la palabra y le dijo:-Simón, tengo que decirte una cosa.-Di, Maestro.-Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Pero como no tenían para pagarle, les perdonó la deuda a los dos.
¿Quién de ellos lo amará más? Simón respondió:-Supongo que aquél a quien le perdonó más. Jesús le dijo: -Haz juzgado rectamente.
¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no ... ... ella, en cambio... Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Tres miradas diferentes: - El mirar orgulloso de SIMÓN. - El mirar misericordioso de CRISTO. - El mirar humilde de la PECADORA.
Salmo 31 Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Había pecado lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa».Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,me rodeas de cantos de liberación. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;aclamadlo, los de corazón sincero. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Aleluya Dios nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.