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LA CREACIÓN Y LA CAÍDA

Lección 6 para el 9 de febrero de 2013. LA CREACIÓN Y LA CAÍDA. LA SERPIENTE ANTIGUA. “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho…” (Génesis 3:1).

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LA CREACIÓN Y LA CAÍDA

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Presentation Transcript


  1. Lección 6 para el 9 de febrero de 2013 LA CREACIÓN Y LA CAÍDA

  2. LA SERPIENTE ANTIGUA “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho…” (Génesis 3:1) ¿Qué nos dicen la Biblia y el Espíritu de profecía acerca de la identidad y el aspecto de la serpiente que dialogó con Eva en el Edén? “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Apocalipsis 20:2) “Satanás tomó la forma de una serpiente y entró en el Edén. Esta era una hermosa criatura alada, y mientras volaba su aspecto era resplandeciente, semejante al oro bruñido. No se arrastraba por el suelo sino que se trasladaba por los aires de lugar en lugar, y comía fruta como el hombre. Satanás se posesionó de la serpiente, se ubicó en el árbol del conocimiento y comenzó a comer de su fruto con despreocupación” (E.G.W. “La historia de la Redención”, cp 4, pg. 33)

  3. LA ASTUCIA DE LA SERPIENTE “La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: —¿Es verdad que Dios os dijo que no comierais de ningún árbol del jardín?” (Génesis 3:1 NVI) Aparentemente, la intención de la serpiente era que Eva le aclarase la orden de Dios respecto de los árboles del jardín. Sin embargo, su propósito era distinto: Plantear dudas respecto de la generosidad de Dios: ¿Cómo es posible que Dios no os deje comer de estas deliciosas frutas? Provocar a Eva para que entrase en discusióncon el maestro del engaño. “Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no vais a morir! Dios sabe muy bien que, cuando comáis de ese árbol, se os abrirán los ojos y llegareis a ser como Dios, conocedores del bien y del mal” (Génesis 3:4-5 NVI) Ahora la tentación es clara: El árbol es bueno, su fruto te dará sabiduría en lugar de muerte… ¿a quién vas a creer, a Dios o a las evidencias?

  4. DIALOGAR CON EL DIABLO “Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:2-3) ¿Qué implicaba la respuesta de Eva? ¿Qué podemos aprender de esta breve conversación entre Eva y la serpiente? • Conocer la dinámica del ataque original de Satanás. • ¿Qué podemos aprender, por medio de la historia de Eva, acerca de la dinámica de las tentaciones de Satanás? • Confiar en la Palabra de Dios por sobre nuestros sentidos. • ¿Cómo nos ayuda la historia de Evaa confiar más en la Palabra de Dios? • Consagrar nuestros caminos a Dios. • ¿Cómo puedes hacer que Dios viva su vida y su palabra más plena y completamente en tu vida?

  5. ENGAÑADA POR LA EVIDENCIA “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3:6) ¿Cuáles fueron las evidencias que, aparentemente, hacían injusta la orden divina? Era bueno para comer. Era agradable a los ojos. Era codiciable para alcanzar la sabiduría. Eva, tentada por el diablo, puso su racionamiento y sus sentimientos por encima de Dios… y pecó. Adán, que no fue engañado como Eva, puso sus sentimientos hacia ella por encima de Dios… y pecó.

  6. “Adán lamentó que Eva se hubiera apartado de su lado, pero ya todo estaba hecho. Debía separarse de aquella cuya compañía tanto amaba. ¿Cómo podía permitirlo? Su amor por Eva era intenso. Y totalmente desanimado resolvió compartir su suerte. Razonaba que Eva era parte de sí mismo, y si ella debía morir, moriría con ella, porque no podía soportar el pensamiento de separarse de ella. Le faltaba fe en su misericordioso y benevolente Creador. No se le ocurrió que Dios, que lo había creado del polvo de la tierra para hacer de él un ser viviente y hermoso, y había creado a Eva para que fuera su compañera, la podía reemplazar. Después de todo, ¿no podrían acaso ser correctas las palabras de esa sabia serpiente? Allí estaba Eva ante él, tan encantadora y tan hermosa, y aparentemente tan inocente como antes de desobedecer. Manifestaba mayor amor por él que antes de su desobediencia, como consecuencia del fruto que había comido. No vio en ella señales de muerte. Eva le había hablado de la feliz influencia del fruto, de su ardiente amor por él, y decidió afrontar las consecuencias. Tomó el fruto y lo comió rápidamente, y al igual que Eva no sintió inmediatamente sus efectos perjudiciales. La mujer creía que era capaz de discernir el bien y el mal. La lisonjera esperanza de alcanzar un nivel más elevado de conocimiento la había inducido a pensar que la serpiente era su amiga especial, que tenía gran interés en su bienestar. Si hubiera buscado a su esposo y ambos hubieran transmitido a su Hacedor las palabras de la serpiente, habrían sido librados al instante de esa artera tentación. El Señor no quería que averiguaran nada acerca del fruto del árbol del conocimiento, porque en ese caso se verían expuestos a la astucia de Satanás. Sabía que estarían perfectamente seguros si no tocaban ese fruto” (E.G.W. “La historia de la Redención”, cp 4, pg. 38)

  7. JESÚS Y LA SERPIENTE Compara las tentaciones de Satanás a Eva con las que le planteó a Jesús (Mateo 4:3-10). ¿Qué similitudes puedes ver? “SI ERES HIJO DE DIOS…” En sus límites humanos, todo lo que Jesús estaba observando y experimentando sugería que el anuncio en su bautismo estaba equivocado. Como pasó en Eva, Cristo tuvo que elegir entre sus percepciones y análisis, y la Palabra de Dios. Ahora podemos ver la importancia de su respuesta: “No solo de pan vivirá el hombre [por lo que ve y analiza] sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. ¿Por qué Jesús no se dejó engañar por la “serpiente antigua”? ¿Cómo podemos nosotros vencer como lo hizo Él? “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados” (2ª de Crónicas 20:20)

  8. GRACIA Y JUICO EN EL EDÉN Después del pecado de Adán y Eva, Dios se acercó a ellos y los juzgó. Observa las preguntas a través de las cuales realizó este juicio: • “¿Dónde estás tú?” (Gn. 3:9) • “¿Quién te enseñó que estabas desnudo?” (Gn. 3:11) • “¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” (Gn. 3:11) • “¿Qué es lo que has hecho?” (Gn. 3:13) Una vez analizadas las evidencias, Dios dictó sentencia sobre las partes implicadas.

  9. GRACIA Y JUICO EN EL EDÉN “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6-7) Al leer el mensaje del primer ángel, vemos su similitud con el juicio de Dios en Edén. • Primero, el Evangelio (v. 6) • Después, el juicio (v. 7) • ¡Y todo ello enmarcado en el tema de la Creación!

  10. “Cuando Satanás escuchó las palabras: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar» (Génesis 3:15), comprendió que el ser humano recibiría el poder para resistir a sus tentaciones. También comprendió que su pretendida posición de ser el príncipe del nuevo mundo creado sería derrotada, y que él y sus ángeles serían definitivamente vencidos. Sus sentimientos de seguridad y poder se desvanecieron. Aunque Adán y Eva habían cedido a sus tentaciones y su posteridad sentiría la fuerza de sus asaltos, no serían dejados sin un ayudador. El Hijo de Dios vendría a este mundo para ser tentado, pero para vencer en nuestro beneficio” E.G.W. (Review and Herald, 3 de mayo de 1906)

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