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HELDER CAMARA

HELDER CAMARA. «Si doy comida a un pobre, me llaman santo, pero si pregunto por qué es pobre, dicen que soy comunista». (Helder Cámara). Hoy día siete de febrero del año tantos y tantos, (desde mi ventana veo caer la nieve a este lado del Charco),

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Presentation Transcript


  1. HELDER CAMARA

  2. «Si doy comida a un pobre, me llaman santo, pero si pregunto por qué es pobre, dicen que soy comunista». (Helder Cámara).

  3. Hoy día siete de febrero del año tantos y tantos, (desde mi ventana veo caer la nieve a este lado del Charco), cuando alguien me está soplando que hoy cumpliría cien años el obispo Hélder Cámara.

  4. ¿Cien? (efemérides del bien, respondo, con un sentimiento hondo), sin embargo, los santos no cumplen años, proclamo, son gente nacida en tierra de pobres, para los pobres, herederos de la eternidad, porque él, como tantos y tantos, (recuerdo a Luther King, y a mi entrañable amigo Romero, obispo cercano y santo, el humilde salvadoreño), trabajaron por la paz.

  5. Una cruz de sufrimiento cargó en sus hombros el otrora obispo de Recife, (intrépido, humilde, servidor de la paz), por el proceder innoble de una dictadura militar.

  6. “La caridad, -recordó-, no es generosidad ni expiación del pecado, sino deber y justicia si ha de ser caridad”.

  7. La caridad, deber obligado es (del cristiano y del pagano), de dar al que no tiene, techo, cobijo, y comida, trabajo, cultura y salario, y una dignidad de vida.

  8. Y aquel día, Hélder Cámara escribía: «Que nadie se haga ilusiones falsas, que nadie obre de manera ingenua: que quien escucha de Dios la voz y hace su opción interior, sale de sí mismo y parte para luchar con pacífico talante por un mundo más justo más humano, ni piense que va a encontrar un camino trillado y fácil, con pétalos de rosas a sus pies, o multitud que le aplaudan, y encima, como protección decisiva, la Mano de Dios divina. Quien se arranque de sí mismo y parta como viandante de la Justicia y la Paz, prepárese a enfrentar desiertos de incomprensión y abundante soledad».

  9. Y así, de pronto, el desierto floreció en la utopía más noble de la Teología que hablaba, a los humildes y pobres, de Dios y la Liberación.

  10. HELDER CAMARA «Si doy comida a un pobre, me llaman santo, pero si pregunto por qué es pobre, dicen que soy comunista». (Helder Cámara). Hoy día siete de febrero del año tantos y tantos, (desde mi ventana veo caer la nieve a este lado del Charco), cuando alguien me está soplando que hoy cumpliría cien años el obispo Hélder Cámara. ¿Cien? (efemérides del bien, respondo, con un sentimiento hondo), sin embargo, los santos no cumplen años, proclamo, son gente nacida en tierra de pobres, para los pobres, herederos de la eternidad, porque él, como tantos y tantos, (recuerdo a Luther King, y a mi entrañable amigo Romero, obispo cercano y santo, el humilde salvadoreño), trabajaron por la paz. Una cruz de sufrimiento cargó en sus hombros el otrora obispo de Recife, (intrépido, humilde, servidor de la paz), por el proceder innoble de una dictadura militar. “La caridad, -recordó-, no es generosidad ni expiación del pecado, sino deber y justicia si ha de ser caridad”. La caridad, deber obligado es (del cristiano y del pagano), de dar al que no tiene, techo, cobijo, y comida, trabajo, cultura y salario, y una dignidad de vida. Y aquel día, Hélder Cámara escribía: «Que nadie se haga ilusiones falsas, que nadie obre de manera ingenua: que quien escucha de Dios la voz y hace su opción interior, sale de sí mismo y parte para luchar con pacífico talante por un mundo más justo más humano, ni piense que va a encontrar un camino trillado y fácil, con pétalos de rosas a sus pies, o multitud que le aplaudan, y encima, como protección decisiva, la Mano de Dios divina. Quien se arranque de sí mismo y parta como viandante de la Justicia y la Paz, prepárese a enfrentar desiertos de incomprensión y abundante soledad». Y así, de pronto, el desierto floreció en la utopía más noble de la Teología que hablaba, a los humildes y pobres, de Dios y la Liberación. Juan Manuel del Río

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