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POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936

POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936. POSGUERRA: el exilio.

joella
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POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936

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Presentation Transcript


  1. POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936

  2. POSGUERRA: el exilio Luis Cernuda : «Tierra nativa»Es la luz misma, la que abrió mis ojos toda ligera y tibia como un sueño, sosegada en colores delicados sobre las formas puras de las cosas.         El encanto de aquella tierra llana, extendida como una mano abierta, adonde el limonero encima de la fuente suspendía su fruto entre el ramaje.         El muro viejo en cuya barda abría a la tarde su flor azul la enredadera, y al cual la golondrina en el verano tornaba siempre hacia su antiguo nido.         El susurro del agua alimentando, con su música insomne en el silencio, los sueños que la vida aún no corrompe, el futuro que espera como página blanca.         Todo vuelve otra vez vivo a la mente, irreparable ya con el andar del tiempo, y su recuerdo ahora me traspasa el pecho, tal puñal fino y seguro.         Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca? Aquel amor primero, ¿quién lo vence? Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida, tierra nativa, más mía cuanto más lejana?

  3. NOCTURNO Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven: son palabras. Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas, ¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene en la garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar que no puede por imposible, y calla. Siento esta noche heridas de muerte las palabras R. Alberti

  4. POSGUERRA: Generación del 36

  5. EL HAMBRE (M. HERNÁNDEZ: El hombre acecha) Tened presente el hambre: recordad su pasado turbio de capataces que pagaban en plomo. Aquel jornal al precio de la sangre cobrado, con yugos en el alma, con golpes en el lomo. El hambre paseaba sus vacas exprimidas, sus mujeres resecas, sus devoradas ubres, sus ávidas quijadas, sus miserables vidas frente a los comedores y los cuerpos salubres. Los años de abundancia, la saciedad, la hartura eran sólo de aquellos que se llamaban amos. Para que venga el pan justo a la dentadura del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos. Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, los que entienden la vida por un botín sangriento: como los tiburones, voracidad y diente, panteras deseosas de un mundo siempre hambriento. Años del hambre han sido para el pobre sus años. Sumaban para el otro su cantidad los panes. Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes. Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos. Por haber engordado tan baja y brutalmente, más abajo de donde los cerdos se solazan, seréis atravesados por esta gran corriente de espigas que llamean, de puños que amenazan. No habéis querido oír con orejas abiertas el llanto de millones de niños jornaleros. Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas a pedir con la boca de los mismos luceros. En cada casa, un odio como una higuera fosca, como un tremante toro con los cuernos tremantes, rompe por los tejados, os cerca y os embosca, y os destruye a cornadas, perros agonizantes

  6. Leopoldo Panero HIJO MÍO Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento, hacia la luz primera que torna al alma pura, voy contigo, hijo mío, por el camino lento de este amor que me crece como mansa locura. Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento de mi carne, palabra de mi callada hondura, música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento, no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura. Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada, me empujas levemente ya casi siento el frío; me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada, me arrastras de la mano. Y en tu ignorancia fío, y a tu amor me abandono sin que me quede nada, terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.

  7. “De profundis” D. Alonso Si vais por la carrera del arrabal, apartaos, no os inficione mi pestilencia. El dedo de mi Dios me ha señalado: odre de putrefacción quiso que fuera este mi cuerpo, y una ramera de solicitaciones mi alma, no una ramera fastuosa de las que hacen languidecer de amor al príncipe, sobre el cabezo del valle, en el palacete de verano, sino una loba del arrabal, acoceada por los trajinantes, que ya ha olvidado las palabras de amor, y sólo puede pedir unas monedas de cobre en la cantonada. Yo soy la piltrafa que el tablajero arroja al perro del mendigo, y el perro del mendigo arroja al muladar. Pero desde la mina de las maldades, desde el pozo de la miseria, mi corazón se ha levantado hasta mi Dios, y le ha dicho: Oh Señor, tú que has hecho también la podredumbre, mírame, yo soy el orujo exprimido en el año de la mala cosecha, yo soy el excremento del can sarnoso, el zapato sin suela en el carnero del camposanto, yo soy el montoncito de estiércol a medio hacer, que nadie compra, y donde casi ni escarban las gallinas. Pero te amo, pero te amo frenéticamente. ¡Déjame, déjame fermentar en tu amor, deja que me pudra hasta la entraña, que se me aniquilen hasta las últimas briznas de mi ser, para que un día sea mantillo de tus huertos!

  8. MONSTRUOS Todos los días rezo esta oración al levantarme: Oh Dios, no me atormentes más. Dime qué significan estos espantos que me rodean. Cercado estoy de monstruos que mudamente me preguntan, igual, igual, que yo les interrogo a ellos. Que tal vez te preguntan, lo mismo que yo en vano perturbo el silencio de tu invariable noche con mi desgarradora interrogación. Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible tiniebla de la luz solar, me acechan ojos enemigos, formas grotescas que me vigilan, colores hirientes lazos me están tendiendo: ¡son monstruos, estoy cercado de monstruos! No me devoran. Devoran mi reposo anhelado, me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma, me hacen hombre, monstruo entre monstruos. No, ninguno tan horrible como este Dámaso frenético, como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos, como esta bestia inmediata transfundida en una angustia fluyente; no, ninguno tan monstruoso como esa alimaña que brama hacia ti, como esa desgarrada incógnita que ahora te increpa con gemidos articulados, que ahora te dice: «Oh Dios, no me atormentes más, dime qué significan estos monstruos que me rodean y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche».

  9. Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches? “Insomnio”, D. Alonso, Hijos de la ira

  10. La poesía social (años 50)Primera generación de posguerra

  11. BIOGRAFÍA No cojas la cuchara con la mano izquierda.No pongas los codos en la mesa.Dobla bien la servilleta.Eso, para empezar. Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.Eso, para seguir. ¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.Eso, para vivir. No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.No bebas. No fumes. No tosas. No respires.¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos. Y descansar: morir G. CELAYA

  12. ESPAÑA EN MARCHA Nosotros somos quien somos. ¡Basta de Historia y de cuentos! ¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos. Ni vivimos del pasado, ni damos cuerda al recuerdo. Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos. Somos el ser que se crece. Somos un río derecho. Somos el golpe temible de un corazón no resuelto. Somos bárbaros, sencillos. Somos a muerte lo ibero que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero. De cuanto fue nos nutrimos, transformándonos crecemos y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto. ¡A la calle! que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo. No reniego de mi origen pero digo que seremos mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo. Españoles con futuro y españoles que, por serlo, aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno. Recuerdo nuestros errores con mala saña y buen viento. Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño. Vuelvo a decirte quién eres. Vuelvo a pensarte, suspenso. Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo. No quiero justificarte como haría un leguleyo, Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso. España mía, combate que atormentas mis adentros, para salvarme y salvarte, con amor te deletreo. G. Celaya: Cantos iberos

  13. En el principio Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra. Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra. Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra. Blas de Otero: Pido la paz y la palabra

  14. DIGO VIVIR Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)Digo vivir, vivir como si nadahubiese de quedar de lo que escribo.Porque escribir es viento fugitivo,y publicar, columna arrinconada.Digo vivir, vivir a pulso,airadamente morir, citar desde el estribo.Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,abominando cuanto he escrito: escombrodel hombre aquel que fui cuando callaba.Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obramás inmortal: aquella fiesta bravadel vivir y el morir. Lo demás sobra. Blas de Otero

  15. c) Años 60: Segunda promoción de posguerra

  16. Ángel González Aquí, Madrid, mil novecientos cincuenta y cuatro: un hombre solo. Un hombre lleno de febrero, ávido de domingos luminosos, caminando hacia marzo paso a paso, hacia el marzo del viento y de los rojos horizontes -y la reciente primavera ya en la frontera del abril lluvioso...- Aquí, Madrid, entre tranvías y reflejos, un hombre: un hombre solo. - Más tarde vendrá mayo y luego junio, y después julio y, al final, agosto -. Un hombre con un año para nada delante de su hastío para todo.

  17. Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo, fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo el mar y toda tierra, fértiles vientres de mujer, y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes en otro cuerpo nuevo. Solsticios y equinoccios alumbraron con su cambiante luz, su vario cielo, el viaje milenario de mi carne trepando por los siglos y los huesos. De su pasaje lento y doloroso de su huida hasta el fin, sobreviviendo naufragios, aferrándose al último suspiro de los muertos, yo no soy más que el resultado, el fruto, lo que queda, podrido, entre los restos; esto que veis aquí, tan sólo esto: un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento, que avanza por caminos que no llevan a ningún sitio. El éxito de todos los fracasos. La enloquecida fuerza del desaliento...

  18. INVENTARIO DE LUGARES PROPICIOS PARA EL AMOR (Ángel González) Son pocos. La primavera está muy prestigiada, pero es mejor el verano. Y también esas grietas que el otoño forma al interceder con los domingos en algunas ciudades ya de por sí amarillas como plátanos. El invierno elimina muchos sitios: quicios de puertas orientadas al norte, orillas de los ríos, bancos públicos. Los contrafuertes exteriores de las viejas iglesias dejan a veces huecos utilizables aunque caiga nieve. Pero desengañémonos: las bajas temperaturas y los vientos húmedos lo dificultan todo. Las ordenanzas, además, proscriben la caricia ( con exenciones para determinadas zonas epidérmicas -sin interés alguno- en niños, perros y otros animales) y el «no tocar, peligro de ignominia» puede leerse en miles de miradas. ¿Adónde huir, entonces? Por todas partes ojos bizcos, córneas torturadas, implacables pupilas, retinas reticentes, vigilan, desconfían, amenazan. Queda quizá el recurso de andar solo, de vaciar el alma de ternura y llenarla de hastío e indiferencia, en este tiempo hostil, propicio al odio.

  19. Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable, hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola, tal vez querrás no haber nacido, yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado, entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Un hombre solo una mujer así tomados de uno en uno son como polvo no son nada, pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otros hombres, tu destino está en los demás, tu futuro es tu propia vida, tu dignidad es la de todos, entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo, la vida es bella tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor tendrás amigos. Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio, perdóname no sé decirte nada más, pero tú comprende que yo aún estoy en el camino, y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. J. A. GOYTISOLO: «Palabras para Julia»

  20. Jaime Gil de Biedma No volveré a ser joven, de Poemas póstumos Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran tan sólo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.

  21. José Ángel Valente Sólo el amor, de La memoria y los signos Cuando el amor es gesto del amor y queda vacío un signo solo. Cuando está el leño en el hogar, mas no la llama viva. Cuando es el rito más que el hombre. Cuando acaso empezamos a repetir palabras que no pueden conjurar lo perdido. Cuando tú y yo estamos frente a frente y una extensión desierta nos separa. Cuando la noche cae. Cuando nos damos desesperadamente a la esperanza de que solo el amor abra tus labios a la luz del día.

  22. LA POESÍA DESDE LOS 70: los novísimos

  23. Leopoldo M. Panero DESEO DE SER PIEL ROJA La llanura infinita y el cielo su reflejo. Deseo de ser piel roja. A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido el relincho de un onagro o el trotar de un bisonte. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto: no hay tambores que anuncien su llegada a las Grandes Praderas. Deseo de ser piel roja. El caballo de hierro cruza ahora sin miedo desiertos abrasados de silencio. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto y no hay tambores para hacerlo volver desde el reino de las sombras. Deseo de ser piel roja. Cruzó un último jinete la infinita llanura, dejó tras de sí vana polvareda, que luego se deshizo en el viento. Deseo de ser piel roja. En la Reservación no anida serpiente de cascabel, sino abandono. DESEO DE SER PIEL ROJA. (Sitting Bull ha muerto, los tambores lo gritan sin esperar respuesta.)

  24. si se supiera que a los vietnamitas del Líbano les abren en canal en Guatemala más no se inventó el napalm para Le Bois de Boulogne ni la violada de El Salvador será Miss Play Boy en abril aunque abril siga siendo el mes más cruel en ésta guerra sólo se mata en los arrabales el centro es ciudad abierta por mutuo acuerdo entre el Bien y el Mal, mientras la ciencia del alma calcula como calcular lo incalculable por ejemplo cuántos deben morir cada día en Etiopía para que nos salga social de pronto la poesía. «SI SE SUPIERA» (M. Vázquez Montalbán) Si se supiera lo que se presiente y no se dice desde que Hiroshima nos dejó sin habla que la tercera guerra mundial se ha declarado que se muere en los cuatro puntos cardinados que crucifican la tierra en cruz gamada lejos del parking amortizable del supermercado de leches descremadas de los lugares de vacaciones invernales de las familias de hijos únicos desplegables lejos del Louvre y de la poesía tónica lejos muy lejos de la Plaza Roja y de la Casa Blanca

  25. El cine de los sábados maravillas del cine galerías de luz parpadeante entre silbidos niños con su mamá que iban abajo entre panteras un indio se esfuerza por alcanzar los frutos más dorados Ivonne de Carlo baila en Scherezade no sé si danza musulmana o tango amor de mis quince años marilyn ríos de la memoria tan amargos luego la cena desabrida y fría y los ojos ardiendo como faros Teatro de operaciones, Antonio Martínez Sarrión

  26. A PARTIR DE 1980 La casa como barco en alta mar de junio. Las calles como trenes de noche sosegada. Estas cosas no pasan en el mundo. Estoy por afirmar que ahora vivo en un libro de poemas. Pero si tú me miras, decidida a existir desde el fondo templado de tus ojos, también existe el mundo. Y muy probablemente yo acabaré por existir contigo. LUIS GARCÍA MONTERO Disciplina secreta

  27. PARA UN COMBATIENTE DEL EBRO ¿Qué sabemos nosotros de los viejos caminos llenos de barro y lodo? ¿Qué podemos nosotros recordar de la pasada guerra, de esos pueblos pequeños rodeados de viñas? ¿De esos bailes de pueblo sobre las verdes eras y a la luz del carburo, cuando el sagrado azul, el azul del crepúsculo se queda entre las tumbas, viejas y abandonadas? Otoño, otoño mío, ¿Qué sabemos nosotros de la guerra? Dime por qué el azul, sagrado azul, es el color de los que nunca vuelven, de aquellos que partieron una mañana antigua por los viejos caminos llenos de barro y lodo. Andrés TRAPIELLO

  28. Debes saberlo ahora que recuerdas: jamás llegará nadie a este lugar, aquí nos trae el mar los peces muertos y no hay más vida que la de las olas estallando en la noche de las grutas, soñarás una barca cada noche, soñarás unos labios cada noche, en vano escucharás junto a las rocas, jamás llegará nadie a este lugar, recorrerás las salas del convento, escrutarás la faz de la Diana, los gatos mirarán la fría aurora, habrá un fresco con grumos de salitre en la cripta, sin techo, del castillo, el huracán arrancará geranios, jamás llegará nadie a este lugar, jamás llegará nadie a este lugar y las gaviotas me darán tristeza. ANTONIO COLINAS: «Sepulcro en Tarquinia» (FRAGMENTO)

  29. Amor mío, mira mi boca de vitrioloy mi garganta de cicuta jónica,mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muerepor los desiertos de tomillo de Rimbaud,mira los árboles como nervios crispados del díallorando agua de guadaña. Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,también en la capilla del espejo esto veo,y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra Alejandría,ni escribir cartas para Rilke el poeta. BLANCA ANDREU

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