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Dios es nuestro amparo y fortaleza

Salmo 46.1-3. Dios es nuestro amparo y fortaleza,nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.Por tanto, no temeremos,aunque la tierra sea removida,y se traspasen los montes al corazn del mar;aunque bramen y se turben sus aguas,y tiemblen los montes a causa de su braveza.. Salmo 46.

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Dios es nuestro amparo y fortaleza

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Presentation Transcript


    1. Dios es nuestro amparo y fortaleza Dr. Samuel Pagán

    2. Salmo 46.1-3 «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza».

    3. Salmo 46 El Salmo 46, que es uno de los más populares y famosos de la Biblia. ¡Posiblemente es uno de los más leídos! ¡Uno de los más citados en momentos de dolor! Es el primero de una serie que se conoce como los «Cánticos de Sión»: Poemas que afirman y destacan la importancia de la ciudad de Jerusalén como lugar de morada divina; además, subrayan su inviolabilidad, pues el Señor mora en esa ciudad y la protege. Jerusalén en la Biblia es conocida poéticamente como Sión o Ciudad de Dios (Sal 48; 76; 84; 87; 122; 132).

    4. Es un salmo de inspiración Fue el Salmo que inspiró a Martín Lutero a escribir el famoso himno de la Reforma Protestante: «Castillo fuerte es nuestro Dios». Tanto el Salmo como el himno celebran la confianza que el pueblo de Dios debe tener en el Señor, particularmente en momentos de crisis, en instantes de dolor agónico, en medio de los «via crusis» de la vida. El mensaje fundamental es que el Dios bíblico tiene la capacidad y el firme deseo de intervenir de forma salvadora para redimir a la ciudad y a su pueblo en el momento de dificultad mayor en la vida, en la adversidad, angustia y desesperanza.

    5. Mensaje básico del salmo Dios es nuestro amparo y fortaleza... El mensaje del Salmo es claro y directo: El Señor es refugio, castillo, alcázar, protección, ayuda, fuerza, seguridad, apoyo, autoridad, poder, virtud, energía, cobertura, coraza, escudo, blasón, gracia, gloria, fortaleza... El corazón del mensaje es que Dios nos protege del mal y nos brinda las fuerzas necesarias en el momento oportuno para triunfar en la vida.

    6. El Señor es fuente de seguridad Para el salmista, el Señor es fuente de esperanza y seguridad, pues le ayuda a superar las grandes dificultades y tribulaciones de la vida. El salmo es fuente de fortaleza, pues identifica a Dios como el agente de bienestar y futuro, es el poder que trae futuro y gracia, es la virtud que transforma y redime, es la gracia que salva y sana. ¡Dios es nuestro amparo y fortaleza!

    7. El Salmo ante la crisis El Salmo alude a la crisis personal e individual; apunta hacia la dificultad familiar y comunitaria; identifica al problema de carácter e interpersonal; hace referencia a los conflictos internos y de personalidad; descubre las situaciones que tratan de quitarnos la paz y la tranquilidad; rechaza el recuerdo que atenta contra nuestra salud mental y espiritual; y subraya las relaciones conflictivas en el hogar, el trabajo y la comunidad.

    8. ¡No temeré! No temeremos... Aunque la tierra sea removida, que es una referencia poética a los grandes cataclismos del mundo y la historia: Terremotos, maremotos, deslizamientos de tierra, inundaciones... No temeremos, ante las grandes catástrofes de la vida, ante las adversidades más agónicas, ante los problemas más serios, ante las dificultades más destructivas.

    9. La esperanza El salmista desea afirmar la esperanza ante los problemas que no son superficiales y comunes, los conflictos que pueden llegar a sacudir los cimientos de nuestra fe, y las dificultades que tienen como objetivo minar el fundamento de nuestra esperanza.

    10. ¡No temas! Una peculiaridad teológica de la Biblia es la relación que tiene la frase «no temas» con las afirmaciones de esperanza: «Mira que te mando que te esfuerces y seas muy valiente; no temas...» (Jos 1.9). «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú...» (Is 43.1). «No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino» (Lc 12.32).

    11. Un mensaje de esperanza y gozo El salmista no se refiere en el Salmo a los problemas rutinarios, alude a las dificultades extraordinarias. No se refiere al dolor de cabeza, sino al tumor cerebral; no se refiere al problema estomacal, sino al cáncer interno; no se refiere al desangrado común, sino a la leucemia; no se refiere al catarro producto de las defensas bajas, sino al SIDA…

    12. Un mensaje de transformación … no se refiere las diferencias de opinión matrimonial, sino a la ruptura del compromiso por la infidelidad; no se refiere a alguna dificultad de «cash flow», sino a la quiebra del negocio; no se refiere a alguna crisis social del pueblo sino a la anarquía que lleva a las comunidades a su autodestrucción.

    13. El mensaje El salmista habla de temblores de tierra, derrumbes de montañas, agitación de las aguas, ruptura del orden y de los espacios a los que Dios puso la creación. ¡Describe una vuelta al caos primitivo! Es una manera poética de aludir al retroceso, al volver atrás, al abdicar la fe, al regresar al mundo de donde salimos.

    14. El mensaje El poeta se refiere en el Salmo al problema particular de proporciones gigantes, a la dificultad impensada, a la adversidad extraordinaria, a la crisis total y angustiante, al conflicto que confunde y desorienta. El autor habla de lo improbable en la vida, de lo que esperamos que nunca suceda, de lo que hemos evitado por años, de lo que tememos sea verdad.

    15. El mensaje El salmista alude a las fuerzas que se oponen a Dios y rechazan su voluntad; alude a lo que se contrapone al Señor y su gracia, a lo que intenta hacer lo contrario a la voluntad divina, que se propone ignorar el plan de Dios para el mundo, y desea establecer un programa alterno que no toma en consideración el deseo divino para la humanidad, para las naciones, para las comunidades, para las familias, y para los individuos.

    16. La voluntad divina La voluntad de Dios para los niños y las niñas: Es que tengan educación adecuada, alimentación correcta, protección de los peligros e inseguridades, servicios de salud eficientes, vivienda segura y digna, familias estables, funcionales y cariñosas, ambientes de respeto, amor, nobleza, integridad, moral, santidad, decoro, y valores y principios cristianos. Es fundamental e indispensable que aprendan a amar, perdonar, compartir, ayudar...

    17. La voluntad divina La voluntad de Dios para la juventud: Es que se propicie un ambiente educativo grato que fomente el respeto, aprecie la individualidad, incentive la imaginación, genere la creatividad, propicie el crecimiento, y motive el desarrollo moral, ético y espiritual.

    18. La voluntad divina La voluntad divina para los jóvenes es un programa educativo que les ayude a crecer como personas serias, responsables y trabajadoras; unas dinámicas familiares que generen en el joven y la jovencita responsabilidad, decoro, nobleza y santidad; un entorno social que facilite el diálogo, la conversación franca y sincera, y el análisis crítico y la reflexión sosegada; y un hogar estable, funcional y digno.

    19. La voluntad divina La voluntad divina para las personas ancianas es que se les atienda con cariño, responsabilidad, respeto, amor, y se les brinde albergue; es que se les de atenciones, cuidados, protección, y que se les visite y atiendan sus necesidades básicas de salud, comprensión y seguridad. La voluntad divina para los matrimonios es que vivan y celebren los siguientes valores, principios y experiencias: fidelidad, diálogo, comprensión, respeto, atenciones, cariños, lealtad y apoyo mutuo.

    20. La voluntad divina La voluntad divina para las iglesias es que tengan programas evangelísticos y educativos relevantes, visión transformadora, misión liberadora, adoración renovadora, ministración pertinente, mensaje profético, actual y desafiante, y respuestas adecuadas a las necesidades de la comunidad. La voluntad divina para su pueblo es que viva en fidelidad, santidad, consagración, moralidad, dignidad e integridad.

    21. Mensaje del Salmo La voluntad divina para las congregaciones es que anuncien y denuncien, sirvan y amen, y afirmen y apoyen a la gente necesitada. La voluntad divina para los creyentes es que adoren, proclamen la virtud divina, se desarrollen en la fe, maduren en su experiencia religiosa... La voluntad divina para los pastores y pastoras es que vivan a la altura de las exigencias cristianas en fe, amor, compañerismo, santidad, integridad, esperanza, justicia, y salud mental y espiritual.

    22. La voluntad divina La voluntad divina para los músicos de las congregaciones es que se organicen de forme efectiva para que puedan guiar a las congregaciones a una experiencia grata de alabanza, que se fundamente en la adoración verdadera. Es que practiquen para poner de manifiesto un nivel alto de profesionalidad y eficiencia. Es que entiendan que la adoración que se necesita es en «espíritu y verdad», que es una referencia a la intervención del Espíritu Santo y la revelación de Cristo, que es la «Verdad».

    23. La voluntad divina La voluntad divina para los líderes de las alabanzas en las iglesias es que se consagren para que puedan vivir lo que cantan y predican con sus instrumentos musicales. Es que vivan a la altura de las demandas éticas y morales del Evangelio. Es que entiendan la gran responsabilidad espiritual que tienen al ser líderes de toda la comunidad de fe en sus alabanzas al Señor. Es que se alleguen al Señor con humildad y le digan: ¡Rompe mi vida y hazla de nuevo!

    24. El Señor de los ejércitos Este nombre divino alude al Dios de las batallas y los conflictos; es una referencia a la salida de Egipto y al período de conquista de Canaán, la Tierra Prometida; la imagen es la de un guerrero poderoso y triunfante, aunque también puede relacionarse con el Señor que gobierna los astros y el cosmos.

    25. El Dios de los ejércitos Este nombre del Señor pone de manifiesto el poder absoluto de Dios, que tiene autoridad sobre los ejércitos humanos, sobre los astros del cielo y también sobre las divinidades paganas. Es una manera de enfatizar la grandeza divina, una forma de subrayar el poder de Dios, una expresión que apunta hacia la majestad del Señor.

    26. ¡Dios nos acompaña! Para el salmista, el Dios de los ejércitos, el que no pierde una batalla y manifiesta su poder sobre batallones humanos, celestiales y angelicales, ha decidido estar al lado de su pueblo. Es un Dios de presencia, un Dios de acompañamiento, un Dios que está al lado nuestro en el instante oportuno, en el momento adecuado, en el tiempo pertinente, en la hora precisa. ¡El Dios bíblico ha decidido acompañarnos en nuestros peregrinares por la vida! ¡No nos deja! ¡Ni nos desampara! ¡No se aleja! ¡Ni se esconde!

    27. ¡Dios nos acompaña! La gran noticia del salmista es la siguiente: ¡El Señor nos acompaña! Como acompañó a Moisés frente al Mar Rojo; como acompañó a Josué en Jericó; como acompañó a Jesús en el Getsemaní; como acompañó a Pedro, Pablo y Silas en la cárcel; como acompañó a Juan en Patmos. ¡Así nos acompaña a nosotros!

    28. ¡No estamos solos! ¡No estamos solos!, aunque no lo notemos, aunque no lo sintamos, aunque no lo esperemos, aunque no lo reconozcamos, aunque no lo escuchemos, aunque no nos percatemos de su presencia. ¡No estamos solos! Sus promesas se hacen realidad en medio de las crisis de la vida: Yo estaré con ustedes...

    29. El Dios de Jacob Esta referencia a Dios nos ubica en el tiempo de los patriarcas y matriarcas de Israel. La expresión se relaciona con el Dios que llamó a Abrahán y a Sara a salir de su tierra y parentela, albergando solo una promesa y una esperanza: ¡Serán líderes de un pueblo numeroso, tan numeroso como las estrellas del cielo y las arenas del mar!

    30. El Dios de Jacob La frase revela al Dios que hace pactos con su pueblo, revela al Dios que se comunica y se compromete con la humanidad, manifiesta al Dios que interviene en medio de las realidades humanas para revelar su voluntad.

    31. Nuestra seguridad y esperanza Nos llama a ser creyentes renovados, fieles, responsables y visionarios; nos llama a ser luz en medio de las tinieblas; nos llama a ser sal en un mundo lleno de irresponsabilidad y desesperanza; nos llama a ser apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros; nos llama a vivir el cielo nuevo y la tierra nueva...

    32. Dios es nuestro amparo y fortaleza Hermanos y hermanas: Dios es nuestra esperanza: Contra la enfermedad, el mal genio, la pereza, el rencor, la infidelidad, el odio, la irresponsabilidad, los complejos, las memorias pasadas que nos hieren, los recuerdos malsanos, las preocupaciones, los conflictos, las pequeñeces, los dolores, las congojas, los problemas, las angustias, los desvelos, las desesperanzas, los errores, las añoranzas y los pecados...

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