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Lucas 15, 1-3, 11-32 / 3 domingo de Cuaresma –C-

“… su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos ”. Lucas 15, 1-3, 11-32 / 3 domingo de Cuaresma –C-. Yo ya lo apagu é para escucharte. ¡El hijo pródigo regresó sin celular!. Monición de entrada.

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Lucas 15, 1-3, 11-32 / 3 domingo de Cuaresma –C-

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Presentation Transcript


  1. “…su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos”. Lucas 15, 1-3, 11-32 / 3 domingo de Cuaresma –C-

  2. Yo ya lo apagué para escucharte ¡El hijo pródigo regresó sin celular!

  3. Monición de entrada Celebramos la Eucaristía en el cuarto domingo de Cuaresma El Evangelio de hoy nos recuerda que la misericordia de Dios sigue siendo mucho mayor que nuestras limitaciones; la acogida y el perdón que el “padre bueno” de la parábola, tuvo con su hijo pródigo, es, junto a nuestro reconocimiento de pecadores, la invitación a saber a hacer fiesta cuando un alejado vuelve a casa.

  4. CRISTO ROMPE LAS CADENAS, LAS CADENAS DEL PECADO. CRISTO ROMPE LAS CADENAS, Y NOS DA LA SALVACIÓN. • ¿Cómo es posible que yo viva sin Jesús, si elfundamento de mi vida eres Tú? Él me ha librado del pecado y de la muerte. ¿Cómo es posible que yo viva sin Jesús?

  5. CRISTO ROMPE LAS CADENAS, LAS CADENAS DEL PECADO. CRISTO ROMPE LAS CADENAS, Y NOS DA LA SALVACIÓN. • ¿A quién iré, oh, a quién iré, quién iré sino a Jesús? Él me salvó, mi alma transformó. ¿A quién iré sino a Jesús?

  6. ORACIÓN COLECTA. Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fistas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo…

  7. Monición para la Primera lectura. El texto del libro de Josué describe un paso importante en el camino del pueblo de Israel hacia su libertad. Cuando comenzaron a pisar la Tierra Prometida cambiaron sus hábitos de alimentación, ya que el desierto y sus intemperies quedaban a tras. Ahora ya podían comer de los frutos de la tierra. Así se acercaban a su nueva vida de pueblo libre y sedentarizado. Nosotros, comiendo el pan vivo que es Jesús Resucitado, también avanzamos en nuestra conversión hacia Dios y hacia su libertad.

  8. En aquellos días, el Señor dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto”. Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al atardecer del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó. El día siguiente a la Pascua, comieron del fruto de la tierra, panes ázimos y granos de trigo tostados.

  9. PALABRA DE DIOS. ¡TE ALABAMOS, SEÑOR! A partir de aquel día, cesó el maná. Los israelitas ya no volvieron a tener maná, y desde aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán.

  10. Has la prueba y verás qué bueno es el Señor. Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.

  11. Has la prueba y verás qué bueno es el Señor. Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. ¡Qué bueno es el Señor!

  12. Has la prueba y verás qué bueno es el Señor. Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.

  13. Monición para la Segunda lectura. San Pablo nos presenta la obra de Cristo como una mediación entre Dios y nosotros. Jesús es el camino que nos conduce al Padre. Él nos muestra su amor con el testimonio de sus obras a favor de los más desvalidos. Con ellas se presenta como el testigo del amor del Padre que quiere que todos sus hijos vivan unidos, se amen unos con otros y sean felices en su regazo. Por eso Pablo nos estimula a vivir unidos con Dios por el amor.

  14. Hermanos: El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.

  15. Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación.

  16. Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhortara a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios.

  17. Palabra de Dios R. ¡Te alabamos, Señor! Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a Él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.

  18. Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. ¡Honor y gloria a ti, Señor Jesús!

  19. 1En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. 2 Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.

  20. Jesús les dijo entonces esta parábola: 11 “Un hombre tenía dos hijos, 12 y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.

  21. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta.

  22. 14 Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad.

  23. 15Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos.16Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.

  24. 17Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! 17Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; 19 ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’. 20Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre.

  25. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. 21El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.

  26. 22Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; 23traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, 24porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.

  27. 25El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. 26Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. 27Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.

  28. 28Salió entonces el padre y le rogó que entrara; 29 pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! 30Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.

  29. PALABRA DEL SEÑOR. ¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS! 31El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. 32Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’”.

  30. Ofertorio normal

  31. Yo no soy nada y del polvo nací pero tu me amas y moriste por mi. Ante la cruz solo puedo exclamar: tuyo soy, tuyo soy.

  32. TOMA MIS MANOS, TE PIDO , TOMA MIS MANOS, TOMA MIS LABIOS, TE AMO. TOMA MI VIDA, ¡OH PADRE! TUYO SOY, TUYO SOY

  33. Cuando de rodillas te miro Jesús veo tu grandeza y mi pequeñez, qué puedo darte yo: solo mi ser. TUYO SOY, TUYO SOY.

  34. ComuniónPerdona a tu pueblo

  35. Adoración de la Santa Cruz • PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONA A TU PUEBLO PERDÓNALE, SEÑOR. • Por tus profundas llagas crueles por tus salivas y por tus hieles, perdónale Señor.

  36. PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONA A TU PUEBLO PERDÓNALE, SEÑOR. • Por las heridas de pies y manos, por los azotes tan inhumanos perdónale Señor.

  37. PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONA A TU PUEBLO PERDÓNALE, SEÑOR. • Por los tres clavos que te clavaron, y las espinas que te punzaron perdónale, Señor.

  38. PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONA A TU PUEBLO PERDÓNALE, SEÑOR. • Por los tres horas de tu agonía, en que por madre diste a María perdónale, Señor.

  39. PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONA A TU PUEBLO PERDÓNALE, SEÑOR. • Por la abertura de tu costado, no estés eternamente enojado perdónale, Señor.

  40. Imagen final

  41. “…su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos”.

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