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Cartisei brajá:

Cartisei brajá: En el siglo XIV Rabi Jacob Haleví ben Moshé Moellín (1360-1427), propuso que se añadiera en toda carta enviada durante el mes de Elul la inscripción "Leshaná Tová Tikatevu". Esta costumbre se perpetuó durante cientos de años hasta hoy en día.

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  1. Cartisei brajá: En el siglo XIV Rabi Jacob Haleví ben Moshé Moellín (1360-1427), propuso que se añadiera en toda carta enviada durante el mes de Elul la inscripción "Leshaná Tová Tikatevu". Esta costumbre se perpetuó durante cientos de años hasta hoy en día. Pero recién a partir del siglo XIX se instituyó la costumbre de enviar tarjetas de felicitaciónpara el año nuevo o Kartisei brajá. Las primeras tarjetas postales se produjeron en Viena el 1ero. de octubre de 1869 pero no se hicieron realmente populares hasta que aparecieron en Alemania hacia 1889 las primeras postales con ilustraciones. Las ilustraciones de los kartisim, utilizan técnicas fotográficas y artísticas reflejando el contexto sociocultural y el acontecer de cada época. Por ejemplo: paisajes de Israel, lugares sagrados y escenas del retorno a la Tierra; imágenes de dirigentes sionistas como T. Herzl, D. Wolfson, etc.; imágenes de la vida en el kibutz y del ejército de Defensa de Israel. Entre los años 1898 y 1918 el enviar kartisei brajá causó furor en toda Europa. Su uso se generalizó como medio de comunicación en las familias divididas entre los que quedaban en Europa y los nuevos inmigrantes que vivían pendientes de lo que ocurría "en el otro lado". Estos kartisim también se coleccionaron transformándose así en un testimonio histórico. A principios del siglo XX muchas imprentas judías en Varsovia tales como Yehudia, Sinaí, Lebanón, etc., competían en la producción de kartisim ampliando la colección de las mismas y mejorando estilos y contenidos. Algunos editores mantenían en su estilo la temática judía, y otros representaban motivos o inventos novedosos y de época como el aeroplano o el zepelín. Pero todos coincidían en que los kartisim debían ser accesibles a todos. Los kartisim fueron fuente de educación y entretenimiento y persiguieron fines propagandísticos en una época en que los periódicos ilustrados estaban aún en estado embrionario y los libros con fotos no eran fáciles de conseguir. La editorial Yehudia, en Varsovia, fue una de las más famosas. Un álbum, con 249 kartisim firmados por el artista Jaim Goldberg de esta imprenta, se encontró en las ruinas del Gheto de Varsovia. Este álbum se conserva aún en la Biblioteca Nacional de Varsovia. La temática de los kartisim de principios del siglo XX estaba compuesta por elementos de la tradición judía (escenas del ciclo de vida judía) y por los nuevos ideales sionistas. Las dos emigraciones, a EEUU y a Israel, se veían reflejados en los nuevos kartisim, algunos con humor y otros con romanticismo. Algunos incluían fotos de familia y/o poemas en idish de felicitación. En ciertos lugares, los kartisim quedaron como la única documentación artística que se rescató después de la Segunda Guerra Mundial. Tanto los judíos pertenecientes a círculos religiosos como judíos tradicionalistas disfrutan del envío y recepción de kartisim, haciéndose habitual expresar deseos de alegría, confraternidad y anhelos de paz. Los kartisim establecen un puente entre pasado y presente de un legado cultural.

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