1 / 11

LA PESADILLA HUMANA EN OTROS POETAS.

LA PESADILLA HUMANA EN OTROS POETAS.

daktari
Download Presentation

LA PESADILLA HUMANA EN OTROS POETAS.

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


  1. LA PESADILLA HUMANA EN OTROS POETAS.

  2. Otros grandes poetas se adentran el mundo del surrealismo; unos comprometiéndose con el movimiento como Larrea, Hinojosa, Ory, Cirlot , Carriedo, Labordeta y Neruda; y otros, se acercan al mundo de la imagen visionaria y de la expresión ilógica, pero las amoldan a sus propios temas y al particular compromiso de si poesía con el mundo, como Dámaso Alonso y los poetas rehumanizadores Otero, Celaya y Hierro. Entre ellos estudiaré el uso del cuerpo humano como parte de la estructura de la imagen visionaria.

  3. 1.- Juan Larrea (1895- 1980): En sus obras “Perdida pureza” y “Versión celeste” (todos ellos inéditos en libro hasta su aparición, en Italia, y luego en España que apareció en la editorial Barral, Barcelona, 1970), aparecen versos donde el cuerpo humano se entrega al surrealismo onírico. Algunos de estos versos son: “… tus ojos uniformes de ansiedad y mira cómo la tinta que se desprende de mi pelo a cada temblor de lira, oscurece el sentido de una imagen lejana. La noche agranda el grito del navegante eterno que anuncia: `tierra! ¡tierra! en toda carne, en todo hueso, en toda ambición humana, … ya nuevos astros quieren acusar mis ojeras de fusil que ha soñado toda una noche con rosas.” “Centenario”.

  4. FECUNDACIÓN INMORTAL. • Iríamos con todas las articulaciones encendidas • como los cristales de una ciudad con pies callados de hostia • iríamos sin llamamiento a engendrar el desorden • con tus anhelos con tus ardores con tus cerraduras de sombra • con tus claros de lluvia esquilados al cerrarnos todas las puertas • tus triunfos puros pies • iríamos deteniéndonos en cada peldaño de tus ojos • con las manos en los bolsillos secretos de la ceniza • cohetes del cielo decaído con vuestras ruinas siempre en los dedos • hasta que en una piedra por lo menos haya encontrado sus límites. • Y que la ausencia hinche la centella de tu cuerpo. • Desnuda las llanuras te desvisten todavía • desnuda muestras el camino sin venganza.”

  5. 2.- José María Hinojosa, (1904- 1936): • En su obra “Orillas de la luz” (1928), aparece el surrealismo onírico, donde el cuerpo humano se convierte en sombra al igual que en Alberti y Aleixandre: • “… • Él negaba su carne, • niega su carne ella, • y los dos convencidos • unen sus sombras muertas.” • “Campos de batalla” • La desaparición del cuerpo humano y la sustitución por la sombra, adelanta la alineación del hombre producida por el sufrimiento físico que más tarde aparecerá en su obra cumbre “La sangre derramada”, donde “la acumulación de imágenes violentas da al libro un carácter muy superior a sus dos libros anteriores, que resulta además reforzada visualmente por las ilustraciones surrealistas de Ángel Planells”. , (Julio Neira).

  6. LA CASA MUERTA Paso a paso llegué a la verja un día no habiendo nadie y con mi poca altura abrí la puerta y penetré en la oscura casa que estaba en su interior vacía. Como la lluvia allí no me podía dormité con un sueño que aún me dura; pues bien, nunca saldré de esta aventura la que yo llamo la ventura mía. Yo soy aquella la lejana casa y aquel el hombre triste que la habita empeñado en no abrir jamás la puerta. No el viento pasa. No la lluvia pasa. Ni aún nadie se le acerca porque evita el miedo que le da la casa muerta.” 3.- Carlos Edmundo de Ory: El soneto de “La casa muerta”, escrito en Madrid en 1947, establece la conexión surrealista del hombre como una casa vacía. La escritura humana a través del sueño se convierte en una casa donde habita la muerte:

  7. Otros versos que se adentran en el surrealismo son: ”. . . Mi casa es un relincho de muerto monocromo . . . Allí ya no se duerme si no es para gritar con una boca hambrienta de espesas esperanzas Me da pena su ombligo lleno de soledad” “El rey de las ruinas” (Madrid, 1947)

  8. 4.- Juan Eduardo Cirlot : Se aproxima al surrealismo aunque con tintes modernos, cercanos a los novísimos: “La posesión crucial de su camina de forma, del forzoso caudal caliente en carne y alta sangre se producía como un roto contagio de guerreros con espadas y rayos penetrantes.” “ 13 poemas de amor” (1951)

  9. 5.- Dámaso Alfonso : En su obra “Hijos de la ira” (1944), Dámaso Alfonso utiliza la imagen visionaria del surrealismo para fortalecer su expresión poética que no es otra que la narración de la destrucción del hombre por el hombre. Aunque parte de su técnica poética se adentre en el surrealismo onírico, la pesadilla que acerca al lector el completamente real. Son las visiones de la guerra y la posguerra las que aparecen en estos poemas, aquí no hay sueño, tan sólo realidad. Algunos versos con claro matiz surrealista son los siguientes:

  10. “. . . He sentido siempre una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla, como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma, como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo, . . . Algún chillido como un limón agrio que pone amarilla un momento la noche. . . . ¿es que le pesan, es que le cuelgan del cerebro Sus recuerdos de la tierra en putrefacción, Y se le tensan tirantes cables invisibles Desde sus tumbas diseminadas?.” “mujer con alcuza”.

  11. “. . . Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca.” “Insomnio”. “. . . Como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos, como esta bestia inmediata transfundida en una angustia fluyente,” “monstruos”

More Related