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En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo. بسم الله الرحمن الرحيم. Día 11 del mes de Dhul Qa‘dah. Felicidades por el bendito nacimiento del octavo Imam de Ahl-ul Bait , ‘Ali ibn Musa Ar-Rida –la paz sea con él-. Dijo Ibrahim ibn Al- ‘Abbas :

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En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo

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Presentation Transcript


  1. En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosísimo بسم الله الرحمن الرحيم

  2. Día 11 del mes de Dhul Qa‘dah Felicidades por el bendito nacimiento del octavo Imam de Ahl-ul Bait,‘Ali ibn Musa Ar-Rida–la paz sea con él-.

  3. Dijo Ibrahim ibn Al- ‘Abbas: “No vi a nadie más virtuoso que Abul Hasan Ar-Rida. En él vi lo que no vi en nadie más. Nunca vi que hubiera menospreciado a alguien en absoluto; no vi que haya interrumpido la palabra de nadie hasta que terminara de hablar; no le negó a nadie una necesidad que él pudiera satisfacer; no estiraba sus pies ante otra persona que estuviera sentada, ni se apoyaba en un respaldo encontrándose reunido con alguien. Sus cualidades: No vi que insultara a ninguno de sus criados y sirvientes, ni lo vi reírse a carcajadas, sino que su risa era una sonrisa. Y cuando servían la comida hacía sentar a la mesa a sus criados, tanto al jefe de los mismos como al portero. Dormía poco durante la noche; ayunaba mucho y jamás dejaba de ayunar tres días de cada mes. Practicaba la benevolencia en demasía y era cuantiosa la limosna que daba en secreto, lo que hacía la mayoría de las veces en las noches oscuras. Así pues, quien pretenda que ha visto a alguien semejante en cuanto a virtud, no le creáis”.

  4. Su conocimiento: Dijo Ibrahim ibn Al-‘Abbas: “No vi que le hicieran a Ar-Rida alguna pregunta sin que supiera su respuesta, y no vi a nadie más sabio que él en cuanto a lo sucedido en la historia hasta su tiempo y época. [El califa] Al-Ma’mun solía probarlo con preguntas sobre todas las cosas y él le respondía, siendo todas sus respuestas extraídas del Corán”.

  5. Un hombre que había perdido su dinero le pidió al Imam una cantidad de dinero para proveerse y volver a su comarca. Entonces el Imam ingresó en su casa y volvió con una bolsa de dinero; se la entregó al hombre por detrás de la puerta, y le dijo: “¡Márchate sin verme y sin que yo te vea!”. Al observar esto sus compañeros, le preguntaron la razón de lo que había hecho, y él respondió: “Temí llegar a ver en su rostro la humillación del que pide, y en mí mismo la altivez de aquél a quien se le pide”. Su generosidad:

  6. Cuando Al-Ma’mun ocupó el Califato, le escribió al Imam Ar-Rida (a.s.) requiriéndole que se dirigiera hacia Jorasán -en el actual Irán-, pero él no aceptó y se excusó de hacerlo. Al-Ma’mum permaneció insistiéndole al Imam, quien se rehusaba a hacerlo, puesto que sabía que la razón de su invitación era un juego político con el que Al-Ma’mun pretendía engañar a la gente. Pero Al-Ma’mun continuó insistiendo hasta llegar a amenazarle, tal como cuentan los historiadores. Cuando el Imam vio que no tenía otro remedio más que dirigirse allí, partió junto a su hijo Al-Yawuad acompañado por Raya’ ibn Ad-Dahhaq, uno de los oficiales de Al-Ma’mun. Narró As-Saduq, de As-Sayistani: “Cuando llegó a Medina el mensajero requiriendo la presencia en Jorasán de Ar-Rida, yo me encontraba en la ciudad. El Imam ingresó a la Mezquita para despedirse del Mensajero de Dios (s.a.w.) varias veces, y cada vez él volvía hacia la tumba y elevaba su voz en llanto y gemido. Entonces me acerqué a él y lo saludé, y me respondió el saludo. A continuación me dijo: “Me voy de la vecindad de mi abuelo para morir alejado de los míos”. ¿Por qué se dirigió a Jorasán?

  7. Cuando el Imam ingresó en Nishapur en su viaje a Jorasán (en Irán), lo recibió una gran cantidad de narradores de hadices y oradores religiosos, entre los cuales se hallaba Zira’ah y Muhammad ibn Aslam At-Tusi, y junto a ellos, un gran número de personas. Ellos se presentaron ante el Imam y le pidieron que les mostrase su rostro, puesto que estaba dentro de un toldo cerrado, y que les narrara un Hadiz. Entonces el Imam hizo detener la mula y les ordenó a sus sirvientes que descubrieran la parte delantera del toldo. Cuando sacó su cabeza y apareció frente a ellos, la gente comenzó a llorar y a gemir. Los sabios les pidieron que hicieran silencio y les ordenaron prestar oídos a lo que iba a decir el Imam. Entonces, volteándose hacia ellos el Imam (a.s.) dijo: El Hadiz La cadena de oro:

  8. “Mi padre, el siervo recto de Dios, Musa Ibn Ya‘far (a.s.) me narró: Mi padre As-Sadiq Ya‘far ibn Muhammad (a.s.) me narró: Mi padre Abu Ya’far Muhammad ibn ‘Ali Baqir ‘Ilm Al-Anbia’ (a.s.) me narró: Mi padre ‘Ali Ibn Al-Husain Zain Al-‘Abidin (a.s.) me narró: Mi padre, el Señor de los Jóvenes del Paraíso, Al-Husein (a.s.) me narró: Mi padre ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.) me narró: Escuché al Profeta (s.a.w.) decir: Escuché al Ángel Gabriel decir: Dijo Dios Majestuoso e Imponente: “Ciertamente que Yo soy Dios; fuera de Mí no existe otra divinidad. Así pues, ¡adoradme! Aquél que con sinceridad atestigüe que “No hay divinidad fuera de Dios” (la ilaha il·lal·lah), entrará en Mi fortaleza, y aquél que entre en Mi fortaleza estará a salvo de Mi castigo”.

  9. Después de decir esto, el Imam dio unos pasos con su cabalgadura, y entonces agregó: “Con sus condiciones, y yo soy una de esas condiciones”. (Es decir, la fe en la unicidad de Dios que origina la salvación del castigo divino tiene sus condiciones, y aceptar la Wilaiah (Potestad y Supremacía) y el Imamato de los Inmaculados Imames (a.s.) es una de esas condiciones). Veinticuatro mil personas escribieron esta narración mientras el Imam la pronunciaba.

  10. En una de las celebraciones islámicas como el ‘Id Al-Fitr o ‘Id Al-Ad·ha, Al-Ma’mun envió un mensaje al Imam (a.s.) pidiéndole que aceptase dirigir la oración del ‘Id. El Imam le respondió: “Tú sabes perfectamente las condiciones existentes entre nosotros dos. Exímeme de dirigir la oración”. Al-Ma’mun dijo: “¡Mi intención es que la gente se asegure y conozca tus virtudes!”. Debido a que Al-Ma’mun insistió mucho, el Imam le respondió: “Preferiría que me eximieses de ello. Pero en caso de que te rehúses, y me vea obligado a realizarlo, entonces me presentaré para dirigir la Oración de la misma manera que lo hacían el Mensajero del Islam (s.a.w.) y el Emir de los Creyentes ‘Ali (a.s.)”. Al-Ma’mun aceptó y dijo: “Preséntate como quieras”. Y ordenó que los comandantes del ejército, los cortesanos y toda la gente se presentaran frente a la casa del Imam en la madrugada del día del ‘Id. Celebración de la oración del 'Id (Festividad)

  11. El día señalado, las calles y caminos se llenaron de gente, e incluso las mujeres y niños estaban presentes esperando que el Imam saliese de su casa. Los comandantes montados sobre sus caballos y acompañados de sus soldados se encontraban parados fuera de la casa del Imam (a.s.). Salió el sol. El Imam realizó el gusl —baño ritual— especial de ese día y vistió sus ropas. Luego rodeó su cabeza con un turbante blanco de algodón y colocó un extremo de éste sobre su pecho y el otro sobre su espalda; se perfumó, cogió un bastón y les dijo a los que lo acompañaban: “¡Imitadme en todo lo que yo haga!”.

  12. Entonces, recogió su pantalón y túnica hasta la mitad de la pantorrilla, y descalzo, comenzó a caminar. Después de dar unos pasos, levantó la cabeza y dijo: “¡Al·lahu Akbar!”(¡Dios es el más Grande!) Sus compañeros repitieron: “¡Al·lahu Akbar…!” El Imam llegó al portón de la casa y se detuvo. Cuando los comandantes y sus soldados vieron al Imam, bajaron de sus monturas y se quitaron los calzados. Todos se encontraban descalzos y sobre la tierra. El Imam fuera de su casa volvió a exclamar: “¡Al·lahu Akbar!” Y la gente lo siguió. La escena desbordaba tanto esplendor y grandeza, que era como si el cielo y la tierra también estuviesen engrandeciendo a Dios.

  13. Los sollozos y gritos abarcaron a la ciudad de Marv. Cuando Fadl ibn Sahl observó la situación, se dirigió ante Al-Ma’mun y le dijo: “¡Oh Emir! Si Ar-Rida continúa de esta manera hasta el lugar destinado para la oración, sin duda ocasionará una revuelta. Todos nosotros tememos por nuestras vidas. ¡Ordénale que regrese!”. Al-Ma’mun envió un mensaje al Imam diciendo: “Nosotros te hemos ocasionado molestias. No deseamos incomodarte ni fatigarte más. ¡Regresa! La misma persona que anteriormente dirigía la oración, lo hará también esta vez”. El Imam pidió que le trajesen sus sandalias, las calzó, y montando su caballo regresó a su casa. La gente se percató de la hipocresía y falsedad de Al-Ma’mun y se dio cuenta de que aquello que sostenía respecto al Imam era falso, y que su única meta era lograr sus intereses políticos.

  14. Su padre: El Imam Musa Al-Kadzim (a.s.) Su madre: Naÿmah Su apodo: Abul Hasan, al igual que su abuelo el Imam ‘Ali (a.s.) Lugar de entierro: Ciudad de Mash·had (Irán)

  15. Santuario del Imam Ar-Rida –la paz sea con él- en Mash·had (Jorasán – Irán)

  16. Fue una realización de: Instituto de Cultura yCienciasdel Islam ICCI Al-Gadir Montaje: Zeinab Áminah Morhell Sonido: Ruqueiah Morhell

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